Desireé Duval se crió con un padre empresario de la industria textil. Su infancia y adolescencia transcurrieron sumergida en el gremio de la ropa y la indumentaria. Cuando decidió independizarse económicamente, a los 17, se inclinó por el mismo rubro que su papá, pero buscando otra darle vuelta de tuerca: plantear un modelo de trabajo en cooperativa y sin precarización. Hoy dirige WTTJ, la línea de indumentaria que estalló en Instagram y viste a numerosas personalidades de todos los ámbitos, desde Ofelia Fernández a Lizardo Ponce, y que hasta una Spice Girl elogió en vivo y en directo. Desde Filo.News hablamos con la fundadora de este movimiento que busca trascender y multiplicarse.
“Hay que partir del concepto de que ‘Todo es político’, por ende, la ropa es 100% política”, dice directo desde el taller, o como ella llama, el búnker. Alrededor suyo hay personas trabajando y cantando a la vez, otras organizando el depósito, un perro que pasea y hasta se roba la charla por unos segundos. El espíritu de cooperativa se respira a través de la videollamada.
Pensada para deletrear las siglas de “Welcome to the jungle” en un inicio (“Hoy por hoy no significa eso”, dice Duval), hoy WTTJ representa a muchxs jóvenes que, además de una prenda, buscan identificarse con su ideología: diversidad de género, diversidad de cuerpas, diversidad cultural.
Instagram fue su mayor herramienta de difusión, impulsando la masificación de la marca a través de figuras reconocidas de todos los ámbitos: desde la política, a la música, la comunidad LGBT+, el mundo influencer. Desde todas las esquinas había alguien con un buzo, una remera, un gorro o unas medias con la insignia de la marca.
Y esa misma herramienta no fue sólo utilizada como un canal de venta, también fue un medio para expresar ideas y cuestionar lo impuesto: desde textos como “¿Cuántos negres viste hoy en las revistas?” a citar artículos académicos sobre sexualidad y género según el psicoanálisis y prendas inspiradas en frases de grupos feministas de la Alemania Occidental.
WTTJ no es sólo sobre vender: se posiciona entre jóvenes y adultxs como una línea de indumentaria que además de vestir, representa una postura política. “Estamos planteando a WTTJ más que una marca, como un movimiento en el que nos estamos cuestionando y preguntando un montón de cosas: queremos una industria textil feminista, popular y nacional”.
¿Qué implica una industria de este tipo? “Para mí lo feminista y lo popular viene de la mano: no hay feminismo sino se tiene conciencia popular. Si no, es un feminismo de elite”, introduce Desirée. “Y populares porque trabajamos con los sectores populares, y aspiramos a seguir haciéndolo. Nosotros somos 20 en el taller pero tengo que hablar también de las otras 80 personas que trabajan en cooperativas de sectores populares, que generalmente todes laburan con ellos y sus producciones dependen de ellos pero hay una invisibilización extrema de eses compañeres”.
Las cooperativas con las que trabaja WTTJ pertenecen al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), dirigido por Juan Grabois y al cual Desireé llegó a través de Ofelia Fernández, legisladora porteña y amiga suya. “Yo quería empezar a capacitar gente que se encuentre en condiciones económicas y sociales vulnerables. Ella me dijo ‘Está buenísimo, pero por ahí podés empezar a trabajar con las cooperativas de trabajo que ya existen’”, relata. Así es que actualmente la marca funciona codo a codo con todo el ramal textil del MTE.
“Se encargan del proceso de corte, confección, armado y prenda terminada. Nosotres le bajamos la tela y hacemos el seguimiento, y ellas nos entregan la mercadería hecha”, explica la entrevistada sobre el rol que cumplen. “Son todas cooperativas que antes se encontraban en condiciones de trabajo esclavo y luego fueron organizadas por el movimiento MTE”, agrega.
En una nota con Revista Cítrica, Duval también cuenta que a veces le escriben “odiadores en las redes sociales y me dicen ‘todo para vender una remera’ pero lo que no ven es que a través de esa remera se generó un montón de laburo”. “No es que estás comprando una remera a un chabón que está precarizando a sus trabajadores y trabajadoras y se compra una lancha; yo viajo en bondi como viajan en bondi les talleristas, acá no es que están inflando un precio ni ayudando a una acumulación de riqueza”, sostiene.
Y agrega: “También me dicen ‘la ropa debería ser más barata por lo que militan’, pero la verdad es que yo voy a comprar las telas y no me dicen ‘Vos que laburás con cooperativas te cobro menos’ y tampoco puedo comprar telas de mierda porque no puedo estafar a la gente ni estoy a favor de que la ropa la puedan usar solo un día y la tiren. Por otro lado, el pago a les trabajadores; yo no voy a precarizar a les talleristas, el precio de mano de obra va acompañado a la inflación, la misma que sufren los productos y la materia prima, mis trabajadores no pueden pagar el precio de eso”.
Toda esta movida se fue gestando durante la experiencia de vida de Desireé que, rodeada del mundo en el que se desenvolvía su padre, fue entendiendo qué cosas le gustaban del ámbito y qué cosas definitivamente quería cambiar. “El trabajo empresarial por parte de mi papá era el convencional, el trabajo de marca de shopping que ya sabemos todas las políticas neoliberales que conlleva”, cuenta. Mientras en su adolescencia asistía en fechas especiales, como Navidad, Día del Padre o la Madre, se fue cruzando con situaciones de precarización laboral (“Más allá de que mi papá nunca fue un explotador”, aclara) y también con la exclusión absoluta del mundo de la moda.
Pero también aprendió aspectos positivos de la industria: “Ayudaba en los locales y, gracias a eso, aprendí sobre la comercialización que hoy me ayuda a comprender los locales cuando compran por mayor a WTTJ y plantean determinadas complicaciones, o por el lado de la producción, entendí cómo industrializar una marca y un proyecto: sé cuánto tenemos que laburar y cuánto recaudar para poder crecer y tener impacto dentro de la industria textil”.
En 2010 Duval dio el primer paso hacia lo que es hoy WTTJ con el objetivo de emanciparse económicamente y demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera: en equipo. Por muchos años lo mantuvo como una profesión secundaria, mientras se desempeñaba como actriz y directora de teatro pero sin dejar la militancia política de lado. “En ese momento hacía 20/30 prendas por mes, le vendía mayormente a mis conocides. También le dejaba algunos artículos a mi papá para que las venda con las marca de ropa que él trabajaba pero decidí militar a través del arte mientras WTTJ me daba un poco de estabilidad económica”, cuenta.
No fue sino entre 2017 y 2018 que viró el rumbo, etapa que Desi llama “un segundo renacer”: “Me junté con quien hoy es mi socia, Camila, y decidimos empezar a trabajar por el método cooperativa”. El lanzamiento de redes de WTTJ fue idea suya. “Yo era media anti, de hecho WTTJ no tenía redes anteriormente” -confiesa- “Ese hecho marcó la unión con mi compañera y generó el doble de potencia de venta”.
Si bien el trabajo en redes sociales se remonta a dos años atrás, en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus los números en IG crecieron exponencialmente: “Veníamos con un promedio de 35.000 seguidorxs y ahora ya tenemos casi tenemos 90.000” lo que, a su vez, hizo que el mensaje, el planteo de una nueva industria, llegue a otras personas y no se quede con ese sector “progre-under que ya estaba re ganado porque aparte eran nuestros amigues”.
“De una manera cuasi accidental, se empezó a trascender a otro público al que fue toda una decisión expandirse, pero después me di cuenta que tendemos a subestimarlo. Pensar ‘Ay tal público si consume programas de chimentos ni en pedo le va a interesar que hablemos de economía popular, que estemos en contra de la precarización laboral’ y la verdad es altamente prejuicioso ese concepto” -reflexiona, y sigue- “Me encontré con un montón de pibis que de golpe se sienten identificades porque tienen padres o madres comerciantes. Quizás elles son futures comerciantes o emprendedores y no hay mucha referencia de muchas personas que abran de manera sincera sus procesos de laburo y más con una búsqueda distinta. Me parece interesante que se está planteando”.
Además de llegar a otro público, esa masificación permitió generar más puestos de trabajo, uno de los objetivos que Duval tiene para WTTJ: “Comprendí que necesitábamos eso. Antes laburábamos con dos cooperativas, hoy con seis. Antes de que arranque la cuarentena éramos 6 personas laburando en el taller y ahora somos 20 más las 6 cooperativas. Esa decisión se tuvo que tomar y ahí fue el quiebre”. Hoy en día, son aproximadamente 100 personas las que trabajan dentro de WTTJ.
Además de quienes forman parte de la “brigada WTTJ” (algo así como sus embajadorxs oficiales) hubo una personalidad internacional que en medio de un Instagram live lo primero que hizo fue elogiar el buzo de la marca que vestía su entrevistador.
“No estés nervioso”, le dijo Mel C, integrante de las Spice Girls, a Martín Cirio AKA La Faraona, durante un vivo. “Solo quiero decir: amo ese buzo”. Era uno de los clásicos batik de la marca. “No sé si es poco cholula o qué, pero no me pega tanto”, dice Desi ante la consulta de Filo.News sobre su reacción a ese momento.
“Lo que vivo en potencia de realidad con WTTJ día a día es altamente superadora a que una Spice Girl desde su mansión diga ‘Qué lindo buzo’ y se lo diga a Martín Cirio que tampoco es que es referente de la marca, que a él le llegó ese buzo y valoro un montón que se lo haya puesto para la entrevista con una Spice Girl, pero la verdad es que la realidad supera a la ficción y a cualquier vivo de Instagram y eso me llega mucho más”, manifesta.
A fines del año pasado se sancionó la primera ley de talles del país, pero los ejemplos sobran para saber que las marcas siguen sin cumplirla. ¿Cómo se relaciona WTTJ con este punto?
“Más allá de laburar con la ropa, no estoy tan relacionada a lo que es ley e instituciones. Mi tema con las tablas de talle y eso está más relacionado a que yo tengo amigas gordas y si ellas no pueden ponerse la ropa de WTTJ se me cae la cara, se me rompe el alma. Es como desde ese lugar de sensibilidad”, sostiene. Pero para seguir el tema recomienda dos activistas “re zarpadas” Online Mami y Brenda Mato.
“Para abarcar todas las cuerpas posibles, necesitás hacer ropa a medida. Eso es lo ideal, lo dijo Brenda Mato. Estaría bueno que WTTJ tenga una parte de poder venir con una costurera y tomarte las medidas y adaptarte a tu cuerpa las cosas”.
“Lo que sucede es que en el mundo de la moda no hay gordas” -analiza- “Las marcas neoliberalistas del shopping que con tal de conservar patrimonio salen a precarizar zarpado o echar empleades y demás, ya teniendo esa filosofía empresarial, yo no sé cuándo van a aplicar la Ley de Talles. Se le está pidiendo a las grandes marcas para que vayas a Zara y te encuentres con un pantalón que te pueda entrar, o que vayas al shopping y encuentres algo que te pueda gustar.
“Quien tiene empatía por la diversidad no necesita ningún tipo de ley”, cierra.
Me gustaria saber cuales son las reglas gramaticales de la inclusiva,para saber cuando cambio o por e o bien por x .Tambien por a. Porque en algunas palabras si y en otras no.
Respecto a las Cooperativas, cual es la cantidad de unidades producidas por dia con las 100 personas ?