Vendieron más de 10 millones de tapabocas en la Argentina, pasaron de 30 a 130 empleados y se preparan para exportar

Fuente: A24 ~ Kovi fabrica los barbijos Atom Protect, pero también toallas y cubrecamas ¿Cuáles son los planes de esta pyme textil que piensa expandirse?

“En junio de 2020 estábamos en un momento muy complicado. Sin producción, con la cadena de pagos rota y con un horizonte sombrío para la empresa. Sin embargo, la cosa cambió radicalmente y ahora tenemos un lindo presente y miramos el futuro con optimismo”, dice Alan Gontmaher, fundador de KOVI, a A24.com. La empresa fabrica los tapabocas Atom Protect, conocidos como los barbijos del CONICET.

Alan se dedica a la industria textil desde los 18 años (hoy tiene 46). Está casado con Ángeles Espeche (abogada, de 49). Ambos lideran una familia ensamblada de 6 hijos en total y KOVI SRL, una de las empresas que más creció en la Argentina en pandemia.

Ángeles Espeche y Alan Gontmaher, líderes de Kovi, la empresa textil que fabrica, entre otros productos, los "barbijos del CONICET".

Ángeles Espeche y Alan Gontmaher, líderes de Kovi, la empresa textil que fabrica, entre otros productos, los «barbijos del CONICET».

“Hoy la producción está dividida en dos, te diría 50 y 50 por ciento. Por un lado, nuestra línea textil histórica, donde producimos batas, toallas, cortinas y cubrecamas y por otro lado, la producción de barbijos”, agrega Alan, que estudió la licenciatura para administración de empresas hasta tercer año.

-¿Cuáles son las características y el valor del barbijo Atom Protect?

-Es un barbijo social biocida, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus. En el diseño estuvieron científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). Yo aporté el conocimiento textil y el Conicet, la UBA y la Unsam el conocimiento científico.

Destacamos que es un barbijo de uso social y no médico. El costo al público ronda los 600 pesos y puede durar 15 días. La gente lo lava día por medio y el promedio de uso es 8 horas diarias.

-¿Cuál es tu historia como empresario?

-Soy la cuarta generación que se dedica al rubro textil. Las anteriores fueron comerciantes. En el 2009, empezamos a agregar la parte industrial. Hoy tenemos la gama vertical de producción. De punta a punta. Entran fibras de algodón del campo y salen prendas que utilizan las personas (toallas y cubrecamas, entre otros productos). Hilandería, tejeduría, tintorería, corte, confección, venta y distribución, de todo, nos encargamos nosotros.

-¿Qué porcentaje de producción abarcan en el mercado argentino?

-En nuestros productos históricos, un promedio del 30 por ciento. En algunos casos llega al 45 por ciento, pero en otros baja al 22 por ciento. Crecimos mucho en pandemia, pasamos de 30 a 130 empleados y si contamos el trabajo indirecto, como la confección, por ejemplo, 400 personas trabajan para KOVI.

"Sí, ahora tenemos dos sedes industriales. Una en Bella Vista y la otra en La Matanza", le dijo Alan a A24.com.

«Sí, ahora tenemos dos sedes industriales. Una en Bella Vista y la otra en La Matanza», le dijo Alan a A24.com.

-¿Tuvieron que montar otra fábrica?

-Sí, ahora tenemos dos sedes industriales. Una en Bella Vista y la otra en La Matanza. Y estamos armando una planta nueva para generar tres veces el volumen de producción actual, mejorar el costo y, de esa manera, poder exportar. Calculo que para fines de este año o comienzos del próximo este proyecto será realidad.

-Eso va a generar más fuentes laborales

-Sin dudas. Aún no puedo cuantificarlo, pero necesitaremos mucha gente.

-Como emprendedor, con llegada al gobierno, por el desarrollo de los barbijos, ¿qué consejos daría a los funcionarios para que ayuden a las Pymes argentinas?

Cualquier gobierno, no sólo este, debe crear condiciones estables, previsión para el mediano plazo, sistema tributario más sencillo para estar a la altura de la competencia internacional. Nuestro costo productivo es muy diferente al de India, China o Pakistán, por ejemplo. Las Pymes necesiten apoyo del Gobierno para generar trabajo y en eso el crédito financiero también es clave.

-¿Algún consejo para el joven emprendedor argentino?

-Que tenga muy en cuenta que no es lo mismo competir en el extranjero que en la Argentina. Digo esto para todos los que piensan en irse. En nuestro país competís con 5 empresas, por ejemplo. En Estados Unidos o en Europa, competís con el mundo. Hay que evaluar bien el nicho, el espacio, ofrecer algo que el mercado pueda pagar. Saber que invertir es un riesgo, que no es garantía de éxito, pero está buenísimo intentarlo.

Es un barbijo social biocida, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus. En el diseño estuvieron científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).

Es un barbijo social biocida, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus. En el diseño estuvieron científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).

Alan y Angeles tienen como hobby la familia. “Nos juntamos todos los domingos a comer, a pasar el día juntos”, resume el hombre de la casa y aconseja: “No hay que relajarse, hay que seguir usando tapabocas, especialmente en bancos, subtes, colectivos, en lugares donde hay mucha gente. Creo que es una costumbre que llegó para quedarse”.

-¿Cuántos barbijos calculás que vendieron desde agosto del 2020, cuando empezaron a comercializarlos?

-Más de 10 millones seguro. Desde nuestra empresa salen a droguerías y farmacias. Desde allí, directamente al público.

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