Un emprendimiento que impulsa una moda incipiente

Fuente: La Nación – Sus diseños se venden en España, Italia y Paraguay; la Argentina es un mercado que se expande

En un rincón especial de Buenos Aires, Stephanie Ripa, una argentina de 32 años, ha tejido su propia historia de éxito como sombrerera y emprendedora, fundando La Juanita Sombreros.

Licenciada en psicología y con una gran pasión por la artesanía, Stephanie ha transformado su amor por los sombreros en una próspera marca que honra la memoria de su abuela y se ha convertido en un referente en el mundo de la sombrerería en la Argentina.

Así, la inspiración detrás de esta empresa proviene de la propia familia de Stephanie. Su abuela, Juana, una mujer conocida por su elegancia y amor por los sombreros y capelinas, dejó una profunda impresión en la mente de Stephanie. Juana vivía en España y, a pesar de no haber tenido la oportunidad de convertirse en sombrerera, había atesorado telas y compartido historias sobre los sombreros que solía usar.

“Tras el fallecimiento de mi abuela, pasé tiempo en su casa en Galicia, donde encontré la inspiración para llevar a cabo un nuevo proyecto. Una mañana, me desperté con una idea clara en mente: crear mi propia marca de sombreros. Así nació La Juanita Sombreros, un tributo a la mujer que me inspiró en este viaje”, recuerda Stephanie Ripa.

La "hat experience" en una bodega
La «hat experience» en una bodega

“El camino hacia el establecimiento de la marca no fue fácil. Regresé a Buenos Aires y emprendí la búsqueda de alguien que pudiera enseñarme las técnicas de sombrerería. A pesar de las dificultades iniciales, encontré a la persona adecuada. Sin embargo, algunas voces me dijeron que no podía destacarme en un campo tan pequeño y especializado en la Argentina”, explica, y añade que “a pesar de estos obstáculos, seguí adelante con determinación. Aprendí las habilidades necesarias para la confección de sombreros de fieltro de manera artesanal y, con la práctica y la experiencia, desarrollé mi propia marca”.

Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en un negocio exitoso cuando comenzó a recibir solicitudes de clientes en todo el país y del extranjero.

Fue ahí donde se dio cuenta de que debía tomar una decisión crucial: seguir trabajando como licenciada en psicología o enfocarse por completo en su negocio de sombreros. A pesar de su amor por la psicología, siguió su corazón y decidió dedicarse por completo a su emprendimiento.

Su enfoque en la artesanía y la creación de sombreros personalizados ha llevado a un crecimiento constante de su negocio. Cada sombrero se confecciona de manera 100% artesanal y a medida, permitiendo a los clientes tomar decisiones sobre cada detalle, desde el tamaño del ala hasta el tipo de accesorios y una amplia gama de colores.

Además, ofrece sombreros personalizados para bodas, adaptándose al estilo y la esencia de cada pareja. La artesanía ha ganado reconocimiento en todo el país y más allá.

Hoy en día sus sobreros se venden en España, Italia y Paraguay. “Llevé la experiencia de La Juanita a diversas partes de la Argentina, ofreciendo la hat experience”, cuenta. Los participantes pueden aprender a crear sombreros mientras disfrutan de degustaciones de vino y recorren bodegas.

“Esta combinación única de artesanía y turismo atrae a visitantes de todas partes”, dice y agrega que “actualmente muchas personas viajan, no solo del interior del país sino también del exterior, a tomar mis clases de sombrerería, de manera individual, grupal, en familia, con amigos. Para algunos es un proyecto para emprender y para otros es una actividad para distenderse, una experiencia entre amigos”.

Este emprendimiento que poco a poco se consolidó como empresa es un testimonio del poder de la pasión y la dedicación en el mundo del emprendimiento.

“Mi historia es un recordatorio de que cuando seguimos nuestros sueños, le ponemos pasión y corazón, los sueños se hacen realidad”, finaliza.

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