Fuente: Clarín – Tres generaciones, tres estilos, tres sombrereras. Una es milliner, nombre propio para quien diseña sombreros y tocados de alta costura. Otra tiene un estilo artesanal, explosivamente creativo. Y la otra, vestuarista, tiene una estética desbordante para crear lo inimaginable.
Dasha Zakharova
Es una sombrerera artesanal con un talento en donde prima la originalidad. Se ha consolidado en Argentina, donde reside desde los 15 años, dedicándose también a los deportes extremos.
Su trayectoria en el diseño de sombreros comenzó aproximadamente hace 5 años, tras su segunda visita al Festival Burning Man, que se realiza todos los años en el desierto de Nevada. Allí se construye una ciudad temporal llamada Black Rock City, en donde se dan cita creadores de diversas disciplinas.
Inspirada por ese ambiente y su estética, Dasha empezó a diseñar y fabricar sombreros y tocados únicos, primero para sí misma y luego para distintas clientas, lo que condujo al nacimiento de su marca, DACHICS.
En su formación aprendió de expertas como Florencia Tellado, Laura Noetinger, Sol Pardo y Maor Zabard, todas personalidades destacadas en el diseño y confección de tocados y sombreros. Estilo cowboy, el sombrero lleva un cordel que remata en plumas (Dasha Zakharova). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.
“Abordo mi trabajo como un arte, creando cada sombrero a mano, sin emplear asistencia o tercerización. Mis creaciones son piezas únicas” dice.
Su estilo artesanal la lleva a utilizar materiales y técnicas propias. Galeras, viseras, gorras y sombreros cowboy son parte de su menú productivo.
Entre sus diseños se destacan los sombreros hechos en fieltro de alta calidad, con detalles en cuero que le aportan un toque rústico, a los que añade plumas, que sugieren un aire de libertad y conexión con la naturaleza.
La inspiración proviene de la estética Boho Chic y de la paleta de colores que inspira el desierto de Nevada. “Para usarlos con jeans”, recomienda.
También confecciona vinchas con espíritu salvaje y tribal, hechas a mano con fibras naturales y detalles en cuero y madera.
Estos diseños evocan la naturaleza y el estilo bohemio. Ideal para protegerse del sol o acostarse a leer. “Es cancherísima para almuerzos o eventos al mediodía o atardecer”, dice.
Sus sombreros estilo cowboy son confeccionados a mano con fibras naturales. Combinan cuero, metal y plumas.
El formato de alas levantadas tiene un giro Boho. Los detalles en seda reciclada de corbatas y toques de madera le añaden un carácter único. «Para usar hasta que caiga el sol” afirma.Florencia Tellado, Dasha Zakharova y Laura Noetinger. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.
Laura Noetinger
Es milliner; sus diseños son de alta costura y su especialidad es el diseño a medida. Cada creación es un prototipo y para cada clienta confecciona Taylor made el sombrero acorde al traje de novia, la fiesta o las carreras de caballos -como la fiesta hípica del emblemático hipódromo de Ascot-.
Vivió en Nueva York donde trabajó como voluntaria en el Metropolitan Museum of Art (1996 a 1998). Se mudó a Londres y realizó diversos cursos sobre moda, bordado, sastrería, arte, fotografía y dibujo en el London College of Fashion y en el Liberty of London.
Trabajó con Catherine Walker, que vestía a Lady Di, y con el diseñador británico Bruce Oldfield, conectado con la realeza, que es el preferido de Camila, la reina consorte.
Durante 6 años aprendió el arte de hacer sombreros en el Kensington and Chelsea College.Sombrero en rafia tejida con calado (Laura Noetinger). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.
Cuando volvió a la Argentina se propuso revivir el oficio que estaba en decadencia, cosa que logró enseñando en su taller de Palermo. El estilo de Noetinger tiene un denominador común: sutil, chic e inconfundible.
De sus múltiples tocados, destaca uno realizado en crin, con una base circular desde la que se eleva el material “esculpido” con formas orgánicas. Ideal para un evento de verano o para una novia.
También cuenta un modelo de “sombrero plato”, asimétrico, realizado en sinamay, una tela muy fina que se fabrica en Filipinas, con las fibras más delicadas del abacá y de la pita. Ideal para ir a una boda o asistir a una fiesta hípica.
Su sombrero canotier -el que tiene puesto- está hecho en rafia color hueso y lleva moño chato de cinta antigua. El toque chic lo da un discreto velo.Las diseñadoras de sombreros argentinas con sus creaciones. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.
Flor Tellado
Es vestuarista y diseña sombreros de gran impacto. “Soy incansable en la búsqueda de hacer algo que no se haya hecho antes. Soy ansiosa y perfeccionista; mi sensibilidad es mi mejor herramienta y mis miedos no me paralizan.En vez de preocuparme, me ocupo».
Dice que en su oficio siempre encuentra un gran refugio. «Mis manos tienen la capacidad de hacer todo lo que les proponga para obtener el mejor resultado. Tuve una infancia feliz pero una adolescencia complicada.Por eso aprendí a ser independiente y ganarme mi propio dinero; a ser consciente del esfuerzo que se necesita para lograr un objetivo”, sostiene.
Se formó con Laura Noetinger y con Hilda Juárez, sombrerera del Teatro Colón. Se perfeccionó con Noel Stewart, en Londres, haciendo una pasantía. Modelo en tul bordado con vivos negros y lazo desmontable (Flor Tellado). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.
Sus sombreros vistieron a personajes como Marilyn Manson y Rossy de Palma. También llevó uno Cristina Kirchner cuando asumió el Papa Francisco. Como vestuarista tiene una importante trayectoria y su reel incluye campañas para Apple, Coca Cola, Nintendo y Adidas.
Realiza sombreros en taftan, con lazos desmontables de organza de seda natural, que se anudan con un moño. Estos moños dan identidad a sus diseños, ideales para un cóctel. También trabaja sobre tul bordado y resuelve las terminaciones con vivos.
La diseñadora lleva puesto un creativo tocado con ala, integrado por dos piezas: una vincha acolchada y un ala de crin en forma de aro. El ala se sujeta a la vincha con presillas. Es el “perfecto complemento en una madrina”, asegura.