Fuente: Los Andes ~ Pasadas las liquidaciones de verano, las tiendas de ropa de Mendoza comenzaron a exhibir los productos de invierno con aumentos que rondan el 40% en las marcas nacionales. Las expectativas del sector para los próximos meses no son muy alentadoras: los costos de producción de la nueva temporada se vieron afectados por el cierre de fábricas, el incremento del tipo de cambio y las altas tasas de interés de los créditos, que se contrajeron durante el aislamiento.
Además de los aumentos de costos e insumos, los comerciantes deben incluir en sus cálculos que los potenciales clientes acumularon un tercer año consecutivo de caída de poder adquisitivo. De hecho, estiman que habrá que resignar ganancias para evitar mayores pérdidas.
Ya el año pasado se observó una tendencia clara en este sentido. El rubro indumentaria acumuló durante 2020 un incremento de precios del 47,7%, según la medición de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), mientras que los salarios se ajustaron solo un 33%-
Fin e inicio de temporada
“A mediados de febrero ya fuimos terminando con las liquidaciones porque los tiempos se marcan desde Buenos Aires, cuando los proveedores, con tal de sacar productos, empiezan a liquidar y a enviar la nueva temporada. Acá, con 35 grados en marzo, todavía nos piden productos de verano y muchas veces los tiempos de los proveedores son distintos a los de la provincia”, resumió Maximiliano, de Sentido Sexto, firma con locales en Godoy Cruz y Guaymallén (además de las ventas online), dedicada a la indumentaria masculina.
“Hicimos promociones durante enero y febrero ‘a la carta’. Los comerciantes elegían la promoción y la adaptaban a la prenda que querían. Eso anduvo muy bien pero para la nueva temporada los costos todavía no están definidos”, agregó el comerciante.
El empresario advirtió que hoy están comprando al mismo precio al que vendían sus productos al público el año pasado. “Todo lo que es friza (tela común en la fabricación de buzos y pantalones de jogging) y ropa de abrigo ha aumentado mucho. Estamos hablando de camperas que de costo están en $4.000, por ejemplo. La inversión que tenemos que hacer es altísima”, agregó.
A los aumentos directos en la indumentaria se le suman subas en los impuestos, “tasas con incrementos del 50%, más deudas e intereses por los préstamos que tomaron en el año”. Aun así, el referente de Sentido Sexto señaló que una prenda que sale $2.500 debería pasar a costar $2.800 -si se cargaran todos los incrementos al producto final- pero en un contexto como el actual “eso resulta imposible”.
“El panorama es complicado. Desde las Fiestas mejoró un poco pero en marzo mermaron las ventas porque los padres se enfocaron en el inicio de clases, dejando de lado otros gastos. Ahora trabajamos en promociones y en fidelizar a nuestros clientes”, cerró Maximiliano.
La venta de indumentaria para niños tampoco escapa a esta realidad. Según comentó Gonzalo, de “Ciudad de Niños”, local ubicado en Godoy Cruz, ellos comenzaron las liquidaciones un poco más tarde que el resto de los comercios, pero luego de las ventas para el inicio de clases, iniciaron con la media estación. “Siempre tenemos promociones y todavía estamos liquidando algo del verano (-30%), además de descuentos por pago en efectivo o débito. Para el inicio de clases vendimos remeras básicas por $250 o chombas por $350”, señaló.
El negocio además es peluquería. Gonzalo contó que la doble función les permite alcanzar otra llegada con sus clientes, aunque siempre se enfocan “en la clase media” y tratan de mantener costos bajos. “Hay cosas que se liquidaron muy baratas y la nueva temporada ya está llegando con aumentos que rondan el 40%. Lo que comprabas hace un mes ya no vale lo mismo y los incrementos se dan cada 15 o 20 días, en torno al 10%”, cerró el comerciante.
Industria mendocina
Desde “Knauer, Ropa Cómoda”, explicaron que la pandemia obligó a cerrar la fábrica al menos dos meses y a pesar de que pudieron reabrir, porque se “reinventaron haciendo barbijos y camisolines (para el sector de la salud)”, el proceso de producción se retrasó. Tal es así, que recién en agosto se terminó de elaborar la producción de invierno.
“Después de abrir, repuntaron las ventas. Trabajamos con WhatsApp y de manera online y resultó ser una buena alternativa porque tenemos clientes que preferían no exponerse a riesgos de contagio. Nuestra ropa de por sí servía para el ‘modo pandemia’, para estar en la casa, y tuvimos menos problemas que quienes, por ejemplo, venden ropa para fiestas”, explicó al respecto Daniela Noli, una de las titulares de la firma.
A pesar de que la empresa cuenta con sus propias líneas de fabricación, la materia prima se recibe desde Buenos Aires y el cierre de las fábricas en esa provincia se sumó a los conflictos que la industria tiene desde hace algunos años con los vaivenes del dólar.
“Los insumos vienen a precio dólar y hemos visto aumentos de un 40% promedio. Ese incremento no se puede trasladar al producto porque los salarios no han acompañado en general a los clientes y uno trata de hacer cintura con los precios”, agregó la empresaria.
Aun así, Noli indicó que, de un año a otro y con el fuerte componente inflacionario de la economía argentina, los clientes pierden referencia de qué es caro y qué está en precio. Ese desfajase constante genera un mayor malestar entre los consumidores que lo que puede suceder con productos que se compran regularmente y en los que los aumentos se dan de forma progresiva durante el año, como sucede con los alimentos.
Centros comerciales
La misma situación se vive en los shoppings de Mendoza. Según explicaron desde La Barraca, todavía quedan muchos locales con algunas liquidaciones de verano y ya están trayendo la nueva temporada.
“Los últimos días se estuvo trabajando mucho con la parte escolar, librería e indumentaria. También mejoró la parte de gastronomía. Ahora, estamos abriendo una nueva cervecería (empezando la renovación) y habrá novedades en el sector de outlets. Ha sido un buen marzo”, indicaron desde el centro comercial ubicado en Guaymallén.