Textiles en pie de guerra contra la baja de aranceles: las fábricas en peligro y los puestos que se perderían

Fuente: Cronista – En un comunicado, la Fundación Pro-Tejer advierte que esta medida no hace más que empeorar la ya compleja coyuntura que atraviesa el sector, que ya perdió 8.300 empleos formales según datos oficiales a julio de 2024, en comparación con el mismo mes del año anterior.

La Fundación Pro-Tejer emitió hoy un comunicado en el que advierte sobre las graves consecuencias que tendrá para el sector textil y de calzado la rebaja de aranceles de importación, oficializada mediante el Decreto 908/2024. Según el comunicado, la reducción del arancel del hilado texturizado de poliéster del 18% al 6% afecta directamente a la producción nacional. «La medida pone en riesgo la continuidad de 10 fábricas nacionales que generan alrededor de 1.000 puestos de trabajo formal y calificado», señala Pro-Tejer. Estas fábricas han realizado importantes inversiones en modernización, digitalización y automatización de procesos, posicionándose en la frontera tecnológica mundial, agrega.

La fundación destaca que preservar la producción de hilados sintéticos en el país es estratégico, ya que es el segmento textil con mayor potencial de innovación y tecnología. «Un ejemplo sería la incorporación de nanotecnología en textiles inteligentes o bien propiedades específicas en textiles técnicos», explica el comunicado. Países desarrollados con una fuerte tradición textil están orientando sus modelos de negocio hacia estos nuevos desarrollos.

Además, el Decreto 908/2024 también reduce los aranceles del kit desmotado de calzado y de partes de calzado, como las capelladas, que también cuentan con producción nacional. Los aranceles de calzados deportivos y otros calzados desmontados pasan del 15% al 10%, y las capelladas, cuyo arancel era del 28%, bajan al 10%. Esta decisión afecta a cadenas de valor que generan empleo en todo el país y que han realizado grandes inversiones recientemente.

Pro-Tejer advierte que esta medida no hace más que empeorar la ya compleja coyuntura que atraviesa el sector textil, de indumentaria, cuero y calzado, que ha perdido 8.300 puestos de trabajo formal según datos oficiales a julio de 2024, en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta pérdida representa el 27% del empleo industrial. «Esta decisión significará un enorme daño al entramado productivo local y potencial destrucción de capacidades construidas durante años», afirma la fundación.

El comunicado también critica la justificación de la medida, argumentando que parte de un diagnóstico incorrecto. «El problema del ‘costo argentino’ no se relaciona con la eficiencia puerta adentro de la fábrica, sino con la competitividad sistémica asociada a los problemas estructurales que arrastra la economía argentina hace ya varias décadas», señala Pro-Tejer. Entre estos problemas se encuentran la alta presión tributaria, la falta de financiamiento, problemas logísticos y de transporte, y la falta de infraestructura.

Pro-Tejer sugiere que, antes de tomar una medida de rebaja arancelaria, deberían transformarse las condiciones estructurales bajo las cuales se desenvuelve la producción en Argentina. «Deberían primero llevarse adelante las reformas de primera y segunda generación que mejoren la competitividad sistémica«, propone la fundación, recordando que el propio presidente de la Nación ha planteado esta necesidad en diversas oportunidades.

Otro aspecto destacado del comunicado es que la rebaja arancelaria tendría un impacto insignificante en el nivel de precios de la ropa, dado que el precio de un hilado sintético influye en menos del 0,1% en el valor de una prenda vendida al consumidor. Además, la medida implica una menor recaudación fiscal. «Considerando que los impuestos nacionales, provinciales y municipales explican un 50% del valor de la prenda, resulta más efectivo una medida de alivio fiscal a la producción o a la comercialización para incidir en el nivel de precios local de la ropa», sugiere Pro-Tejer.

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