Fuente: La Nación ~ No se trata de hacer predicciones ni futurología, pero sí de analizar algunos indicios que señalan lo que va a venir, concretamente: lo que se va a usar en el invierno del año que viene. ¿Parece demasiado pronto? No lo es. Porque resulta una información sumamente útil para los que se dedican a la industria de la moda, ya que permite tomar decisiones apuntaladas al momento de producir, pero también para los consumidores en general que pueden elegir mejor al comprar prendas -hoy, una inversión importante- que no van a quedar desactualizadas en apenas unos meses.
Así, en el marco de Emitex 2019, y como lo hace en cada temporada, el Observatorio de Tendencias del INTI (OdT) presentó el reporte que elaboró con un equipo interdisciplinario de profesionales. Después de que el consultor y analista de tendencias Laureano Mon habló sobre las macrotendencias sociales y culturales que signan un contexto global de incertidumbre y tensión, se expusieron casos de experiencias de marcas y, a partir del análisis de los últimos desfiles internacionales, los diseñadores Natalia Nupieri y Sebastián Rodríguez anticiparon las micro-tendencias de moda de la temporada otoño-invierno 2020.
Algunas pistas que se leen en las pasarelas
Estas son parte de las conclusiones que sacaron los especialistas del INTI en base a una mirada transversal por las presentaciones de colección en las semanas de la moda de Londres, Milán, Nueva York y París.
Corsets
Junto con los encajes y guantes larguísimos que hasta incluyen bolsillos o volados, le ponen el acento al erotismo y se usan como segunda piel, pero también como tercera (en superposición con otras prendas, sobre blusas y vestidos).
Puffers
El cuerpo sobredimensionado que se venía viendo en los puffers -esas piezas aireadas de estilo campera- empieza a desinflarse como un todo y aparece el volumen exagerado en forma sectorizada, solamente en alguna parte de la prenda o del equipo.
Colores
En este momento social de incertidumbre impulsa la preponderancia de colores enérgicos, los rojos vienen a levantar el ánimo. Los pastel viran hacia grises y el dúo verde-azul promete. El beige deja de ser «el aburrido» de la paleta, se vuelve más cremoso que el camel, y es el nuevo favorito. Es austero, funcional y contrastable. El icemelt, que hace referencia a la crisis climática del deshielo, se lleva mucho en total look para hombres.
Contrastes
Lo femenino adquiere dimensiones nuevas y amplía el universo de acción en formas menos ingenuas y en contradicción. Un nuevo punk que conjuga la agresividad de antaño con delicadezas se ve en las mezclas de tul y cuero, de bordados y materiales rígidos, de colores como rojo y negro que se asocian no ya desde la integración sino a través del contraste cero naïf.
Avíos
Cobran presencia los cierres, tachas, broches, arandelas y cadenas. Ya no son detalles accesorios, sino que son protagonistas y funcionales a las prendas.
Las tachas redefinen la identidad al utilizarse casi como si fueran cristales o piedras preciosas.
Estilo militar
El army que está en todas las temporadas evoluciona hacia una integración de estilos: va con flores, encajes y tejidos delicados.
Piezas adaptables
La moldería apunta a piezas transformables que permitan construir y reconstruir variables de silueta: con avíos, frunces, nudos, drapeados y pliegues estratégicos, se adaptan a diferentes cuerpos y le dan versatilidad al uso.
Cuero
El cuero trasciende todas las fronteras. Se juega con las distintas variantes que se pueden trabajar, desde la rigidez, el nivel de brillo u opacidad, los colores. Actualmente, gracias a la tecnología disponible para la producción, las piezas pueden asumir frunces o sastrería que antes no.
Los acharolados instauran un mundo aparte.
Cinturas
La cintura ceñida aparece en los tiros altísimos, pero también en los cinturones que -en una sola o varias vueltas- pasan a ser una prenda más y hasta un accesorio que se lleva como riñonera.
Flores
Los motivos florales son un patrón de temporada. El campestre aparece en flores aniñadas, pero sobre textiles pesados, oscuros. La flor ya no se ve perfecta, sino en su estado natural, se resalta la belleza de lo percudido, lo vivido y real.
Impronta histórica
Los tejidos ligeros enriquecidos, que remiten a siglos pasados, dan la nota romántica y en el otro polo, las telas pesadas, como terciopelos.
Sastrería
En sastrería, la silueta boxy, con hombros muy marcados, continúa presente y el oversized se expresa en abrigos con cuellos y solapas gigantes. El ambo se usa, también, como segunda piel (sin nada abajo) o sobre poleras que reemplazan a las blusas.
Cuadrillé
Los cuadros y tartanes están a full. Aparecen estructuras menos tradicionales, se combinan entre sí en la misma prenda o equipo, cambian la direccionalidad habitual de las líneas y, en colores inesperados, asume estilos pretenciosos disruptivos que generan un nuevo discurso.
Túnicas
Como nuevo vestido, la túnica es una prenda de temporada que acerca una silueta genderless y sizeless, apta para todos los cuerpos.
Abrigos
Los abrigos vienen matelasseados, o con formas de ropa-manta en paños únicos compactos. El sobretodo quimono, de mangas apenas insinuadas, promete tener futuro.
El maximalismo se expresa en la onda Camp, una extravagancia que se diferencia del kitch y trae otro tono a la conversación de la moda
Además
- Las mangas suman volumen y formas.
- La prenda dominante del invierno es la polera, en distintos largos y versiones.
- Las superposiciones se llevan en sobrefaldas que otorgan distintos largos modulares y en sacos uno arriba de otro, hasta tres piezas.
- El fluo continúa, pero cede espacio. Aparece en acentos, pinceladas
- Los efectos visuales se generan en líneas ópticas de grilla estructurada sobre moldearía decontracté, además de en el uso del degradé y en la superposición de planos en contratono.
- Las sustracciones y tejidos de punto proponen un juego de volúmenes y profundidades en la morfología de las prendas.