Fuente: La Nación ~ Las empresas del sector tuvieron que adaptarse, debido a la pandemia, a condiciones extremas; los resultados son sorprendentes e incorporan IA, realidad aumentada y big data
“¿Cómo me queda?” Es una pregunta clásica en las tiendas de indumentaria y cosmética; ahora, ¿qué pasaría si la respuesta nos la diera una máquina? No es ciencia ficción. Así funcionan los espejos inteligentes; hay uno en la tienda Dexter del Unicenter, por ejemplo.
La pandemia hizo que empresas grandes y pequeñas dieron un salto tecnológico para poder sobrevivir y continuar vendiendo. Esas soluciones creativas que se aplicaron casi por obligación no sólo lograron mantener las ventas, sino que se transformaron luego en valor agregado para los clientes.
“El espejo inteligente se trata de una tecnología muy utilizada en Europa y Estados Unidos y ahora comenzó a probarse en la Argentina. Consiste en una pantalla que se encuentra alojada dentro de un espejo. Cuando el comprador se acerca con una prenda, le devuelve información clave para su elección. Una especie de personal shopper virtual que nunca habla de más”, explica Horacio Laurens, gerente de operaciones del Grupo Hasar, desarrollador del dispositivo.
El espejo reconoce el producto por su talle, color y medidas. Luego le propone al usuario una experiencia interactiva para asesorarlo basándose en los datos que almacena. Le sugiere, por ejemplo, otros talles y colores que haya en stock. Luego se despliegan opciones de productos para combinar con lo que se está probando.
Tiene, además, varios botones. Por ejemplo, para llamar a un vendedor o para ver cómo le queda la prenda de espaldas, pero sin darse vuelta. Cuenta asimismo con un código QR para completar la compra fuera del local, por si la persona tiene que irse y no llega a hacer la transacción. Podrá terminarla desde su hogar, mediante el e-commerce.
“Para nosotros esta tecnología deja ver cuál será la evolución de las tiendas: un concepto híbrido entre tienda física y electrónica. Es un producto que creemos puede ser punta de lanza para una serie de otras innovaciones que atraerán a los consumidores a las tiendas físicas”, estima Laurens.
Sin tocar
Blue Star Group (BSG) es una empresa argentina que produce y comercializa accesorios de moda a través de sus marcas Todomoda e Isadora. Esta firma desarrolló phygital para ofrecer experiencias de compra personalizadas que integra los datos obtenidos de los múltiples canales que tiene la marca. “El universo físico y el digital no son espacios individuales, sino que se retroalimentan”, observa Rafael Sánchez, jefe de operaciones de BSG.
A través de su Machine Learning Lab, esta firma desarrolla algoritmos para poder predecir, automatizar, detectar tendencias y lograr la personalización de propuestas. “Gracias a estas tecnologías podemos conectarnos estratégicamente con todo este know how de las personas para ofrecer una propuesta específica para cada una de ellas. Esto también hace posible idear nuevos productos o funciones, como regalos con saludos personales, una aplicación con propuestas customizadas de looks, accesorios para plataformas de gaming o una billetera digital propia, que son los proyectos que tenemos en plena gestión”, adelantan.
Una aplicación interesante que desarrollaron este año en BSG fue un filtro para el celular. Con realidad aumentada los usuarios puedan probarse productos sin tocarlos. Además, incorporaron la venta por WhatsApp y un catálogo con la asistencia de un chatbot integrado.
L’Oréal quiere posicionarse como una Beauty Tech y cambiar radicalmente la experiencia de compra virtual. Por eso viene invirtiendo en varias startups innovadoras del sector. Así, la filial argentina incorporó la tecnología ModiFace. Se trata de un desarrollo que se vale de AR e inteligencia artificial para probarse digitalmente productos a partir de una foto o utilizando la cámara del teléfono. Actualmente, esta tecnología se encuentra disponible en los sitios de L’Oréal Paris para maquillaje y coloración; Lancôme, Vogue y Maybelline, en la categoría maquillaje, y L’Oréal Professionnel y Garnier, en coloración.
Además, la compañía presentó Skin Genius y Skinconsult AI para realizar un diagnóstico digital de la piel y de los signos de la edad, respectivamente. “Durante este año, continuaremos trabajando en innovaciones que nos permitan seguir desarrollando este canal, pero, sobre todo, vamos a seguir acompañando a nuestros consumidores para mejorar su experiencia de compra”, sostiene Gabriela Pérez Millón, jefa de operaciones de márketing de L’Oréal Argentina.
Avon también comenzó a utilizar tecnología para que sus clientas interactúen con sus productos sin tener contacto físico con ellos. Así, desarrolló filtros en sus perfiles de Instagram para que las personas puedan probarse s us diversos productos de maquillaje de forma virtual. Hoy cuenta con tres tipos de filtros que permiten ver cómo les quedan los labiales de Power Stay barra, el labial Ultra 8 en uno, y la máscara de pestañas Power Stay.
En definitiva, la coyuntura de los últimos dos años aceleró el rol de la tecnología como aliada estratégica de las empresas para lograr un vínculo real y personalizado con los clientes, aunque se encuentren a kilómetros de distancia. “La única constante es que todo va a cambiar, entonces debemos desarrollar funciones que sean rápidas, innovadoras y creativas a la vez”, concluye Sánchez.