Fuente: La Nación ~ Miedo, no; precaución, sí. Eso sienten y piensan, tras más de cuatro meses de encierro, muchos de quienes salen a las calles de la zona norte del conurbano y a los parques de la ciudad para hacer compras o estirar un rato las piernas, en un momento en que la curva de contagios por el nuevo coronavirus sigue superando récords, con más de 7000 casos diarios. Algo parecido opinan los comerciantes barriales, que se reconocen expuestos por el contacto cotidiano con sus clientes pero, apremiados por la crisis, aguardan medidas para mejorar las bajas ventas.
Según pudo comprobar LA NACION en una recorrida por las zonas comerciales de San Fernando y Tigre, gran cantidad de negocios están abiertos y los vecinos ya se animan a salir no solo al supermercado o a la farmacia, sino también a pasear, mirar vidrieras y en algunos casos, comprar algún artículo sin ingresar a los locales, tal como estipula la fase 3 de la cuarentena vigente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
«Soy asmática, pero no tengo miedo de salir, porque sé que al aire libre es difícil contagiarse», opinó Nancy Giaccaglia mientras caminaba este mediodía por la calle Constitución, en el centro de San Fernando. Junto a su hija acababan de comprar una cadenita y una prenda: era la primera vez que estas vecinas de Victoria iban a esa zona desde el inicio de la cuarentena. «Creo que la gente está más relajada y sale más, porque son muchos días de encierro», dijo la madre. Y señalando una botellita de alcohol en su cartera, completó: «Lo importante es cuidarse». Algunos comercios liquidan la indumentaria de invierno al costo para salvar los gastos del tiempo en el que no pudieron trabajar Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Sanchez
Como ellas, la mayoría de los numerosos transeúntes llevaban tapabocas y respetaban la distancia social, aunque la regla ahora parece ser de un metro en vez de dos. Casi todos los comercios sobre Constitución estaban abiertos: de ropa, tecnología, electrodomésticos, celulares y también de comida al paso. Las pocas filas, sin embargo, se armaban solo frente a los locales esenciales, los más concurridos. «Hay más flujo de gente, muchos preguntan pero pocos compran. Estamos vendiendo al 50% del año pasado -lamentó Martín, a cargo de un negocio de indumentaria que atendía desde un mostrador en la puerta-. En las últimas semanas levantó un poco, pero ahora estamos en una meseta«.
«Está todo carísimo»
Parada frente a una lencería, Anabella García miraba los precios con desazón: «No voy a comprar nada, está todo carísimo, solo vine a chusmear«. Vecina del barrio, García se quedó sin trabajo como vendedora en marzo, pero su marido carpintero sigue saliendo a trabajar todos los días. «No tengo miedo de andar en la calle, no salgo mucho y cuando lo hago tomo todas las precauciones», aseguró.
Hasta el momento, en San Fernando hubo 2264 contagios, con 1011 recuperados y 54 fallecidos, indicaron fuentes del municipio. Y analizaron: «La situación epidemiológica es similar a la media del país y el mayor control está enfocado en las zonas mas vulnerables donde hay mayor hacinamiento y necesidades».
Pocos comercios y la costanera vacía
El panorama estaba algo más tranquilo en el partido de Tigre, con muchos locales cerrados a lo largo de la tradicional avenida Cazón. Allí solo se veía cierta actividad comercial en las últimas cuadras antes de llegar a la costanera.
Andrea López sí tiene «mucho miedo» al coronavirus, explicó, pero no tiene otra alternativa que abrir las puertas de Calixto, el negocio de indumentaria del que es dueña, ubicado al 1300 de la avenida. La razón es sencilla: «Nos estamos fundiendo, no vendemos nada». Pocos después de las 13, frente a Calixto, cuatro personas hacían fila, pero no para comprar allí sino en la perfumería vecina. Hasta el momento, en San Fernando hubo 2264 contagios, con 1011 recuperados y 54 fallecidos, indicaron fuentes del municipio Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Sánchez
«La ropa es complicada, para vender la gente tiene que probársela -apuntó López que también atendía desde la puerta-. Mi local es grande, creo que con cuidados, podrían pasar al menos de a dos personas». Por eso, lamentó que desde el municipio no hubiera iniciativas para avanzar en esa dirección: «Estoy vendiendo lo de invierno al costo para poder recuperar el capital y comprar lo del verano».
El ingreso de clientes se habilitará en fase 4, apuntaron desde el municipio: «Solo implementamos lo que está autorizado por provincia y no vamos a tomar ninguna medida por nuestra cuenta». En cuanto a la situación epidemiológica en el partido, «es similar al resto del conurbano, con una curva que continúa ascendente en casos desde hace 15 o 20 días», agregaron. Al momento, hubo 12.371 testeos por Covid-19, con 3613 casos positivos, 2469 pacientes recuperados y 57 decesos. En la zona de la Estación Fluvial de Tigre, que sigue sin actividades, los vecinos salen a caminar o a andar en bicicleta Fuente: LA NACION – Crédito: Ignacio Sánchez
Por la prohibición de salidas recreativas vigentes en todo el conurbano, la tradicional zona de la costanera y la Estación Fluvial, uno de los puntos neurálgicos de Tigre estaba prácticamente vacía en las primeras horas de la tarde, a pesar de que la temperatura era casi primaveral. «La gente debe circular, no puede quedarse ni sentarse. En general, respetan», explicó una policía que patrullaba por el paseo costero.
El ambiente en la ciudad
Los porteños también perdieron el miedo y en la ciudad, donde sí están permitidas las salidas recreativas de fin de semana, la afluencia de vecinos también sigue creciendo. Es el momento para ver a amigos, practicar actividad física, o disfrutar del aire libre. «Toda la semana veo gente haciendo deporte así que asumí que no habría problema. Siempre me cuido, voy con el tapabocas y respeto las distancias«, sostuvo Mateo Centeno, quien acaba de finalizar su entrenamiento en bicicleta en los bosques de Palermo. Acompañado de su nieto Felipe, de tres años, Rodolfo, dijo: «Es el único día que me toca salir con mi nieto. A él le encanta venir a jugar con los patos, disfrutamos juntos. Suelo venir temprano que está menos transitado, pero hay muchas más personas en general».