Fuente: Ámbito ~ Con solo 30 años, Santiago Artemis pisa fuerte en la moda, pero también en las redes sociales. Su historia desde Ushuaia a vestir a Katy Perry, Britney Spears y Xuxa.
Santiago Artemis tiene un encanto particular. Su histrionismo, sinceridad, impronta y amor por lo que hace, es lo que lo trajo desde Ushuaia a Buenos Aires a sus 17 años. Creció en una familia mormona, muy lejos de las grandes ciudades. Se define como un adelantado ¿adelantado? SÍ. Tener bien definido lo que quería lo llevó a siempre ir por más cuando, según los parámetros sociales, todavía no era el momento. Durante su escolarización fue adelantado de grado por lo que finalizó sus estudios antes de la edad estipulada. ¿Un niño prodigio? Se puede decir que sí.
Como cualquier chico del interior llegó a Buenos Aires para estudiar, pero no a los 18 como todos, sino un año antes; eso hizo que sus ganas e inquietud lo lleven a comenzar cursos de moda antes de ingresar a la universidad.
Se define como una persona exigente consigo mismo y que tuvo bien claro desde un primer momento que no quería perder el tiempo; quería aprender, comenzar a diseñar, trabajar. Se podría decir que se escuchó a sí mismo, nunca miró para los costados y eso lo llevó a nunca bajar los brazos. Siempre fiel a su estilo atemporal, fue transitando un camino que lo llevó a ser uno de los diseñadores más reconocidos a nivel nacional y también con gran proyección internacional.
Su historia es un claro ejemplo del “sueño del pibe”: de chico bocetaba para sus compañeras del colegio y su talento lo llevó a diseñar para figuras de la talla de Katy Perry, Britney Spears y Xuxa.
Hoy con 30 años vive un momento de reinvención, es más selecto con su círculo íntimo, prioriza tener sus tiempos, que no todo sea “ruido”. Elige cuidar su carrera. Elige parar y cuidarse de “los amigos del campeón”.
Periodista: No seguiste un modelo preestablecido, fuiste siempre fiel a vos, saliste a triunfar.
Santiago Artemis: Siempre tuve la idea de cortar camino, tenía 17 años y decía: no voy a esperar 5 años para que me conozcan, quiero que me conozcan ahora. Una noche fui a una fiesta vestido de dorado, con hombreras de 35 cm, me había hecho el outfit un día antes, ahora que lo pienso, digo, ¡que zarpado! Estaba enfocado en mis ganas de ser.
P.: ¿Creés en Dios? ¿Como influyo la religión en tu vida?
S.A.: Sí, creo, Dios – Universo, es lo mismo, creo. La religión influyó en mi ética de trabajo, en ir por derecha y ser honesto.
P.: Dibujas muy bien ¿Cómo surgió?
SA.: El dibujo fue la primera forma de expresión antes que la indumentaria. Desde el jardín de infantes comenzaron a destacármelo, luego dibujaba para mis compañeras, al día de hoy me llegan mensajes recordándome mis dibujos.
P.: ¿Hubo algo en tu carrera que te haya hecho parar o replantearte?
S.A.: Últimamente me está pasando, tengo 30 y hay cosas que me quedan chicas. Los 20 los viví muy volátil, viajes, premios, ahora es todo más serio me siento más adulto. Sigo mi estructura de trabajo, no puedo decir, estoy cansado me saco un vuelo a Paris. Estoy en una etapa donde me doy cuenta que las cosas no son como antes desde el lado de la responsabilidad que llevo. Me doy cuenta que soy una figura publica y lo estoy elaborando, estoy en ese proceso.
P.: Tus inspiraciones, Joan Collins, Lady Di, Xuxa, son internacionales ¿alguna Argentina?
S.A.: Me gusta mucho Esther Goris, la amo, desde siempre me gustó. Mi inspiración en líneas generales con las figuras siempre fue: mujeres al poder, mujeres con una impronta. Me he mimetizado con mujeres con personajes fuertes, por ejemplo, soy Cruella de Vil en mi exterior, pero cuando voy a mi interior son Princess Diana. Todo con una mística.
P.: Te llegó muy rápido el éxito…
S.A.: Sí, me llegó rápido y en ese llegar me perdí algunas cosas, vivir como un adolescente, amigos, fiestas. Me exigí mucho desde chico, a los 14 años trabajaba en un bar limpiando con el objetivo de juntar plata para venir a Buenos Aires. Me enfoqué en ir a la facultad, hacer cursos, vestidos, no estaba con gente hoy en día bajé revoluciones.
P.: En tu día a día ¿Cuánto hay del personaje Artemis y cuánto hay de Santiago?
S.A.: Es depende la situación, si voy a conocer a alguien, no me visto de Artemis, porque intimida, la ropa en mi caso dice mucho. Si voy a un evento de moda llega Artemis, porque es mi trabajo. Santiago en una cita puede ser un chupín, un buzo y unos borcegos. Hoy me doy cuenta que puedo estar divino con unos chupines, antes si lo hacía sentía que no era Artemis. Hoy entiendo que depende el contexto puedo descomprimir si no estoy vestido con el look Artemis.
P.: ¿Disfrutaste vestir a Britney?
S.A.: No quería subir a las redes que había vestido a Britney, sentía que era un montón, lo viví tan rápido que no hubo un momento de disfrute, estaba muy en plan de conseguir cosas. Ahora lo veo como algo lindo y me hago cargo de lo que fue.
P.: ¿Qué se siente vestir a tu ídolo?
S.A.: Lo de Xuxa me pegó fuerte, de chico miraba los VHS de mis hermanas, aunque no era de mi época.
P.: ¿Qué opinas del look Harry Styles con ropa de mujer?
S.A.: Lo amo. Siento un poco de mmm… yo los tacos los uso desde hace mucho, fui uno de los primeros en vestirse de mujer sin identificarse como mujer. Me encanta, es un seductor con ropa de mujer, es sexy y es una buena estrategia de marketing, pero también me gusta que a través de esta estrategia se rompan barreras.
P.: ¿La moda se va deconstruyendo?
S.A.: Cuando comencé a ir a BAFWEEK era el único vestido con mi estilo, fui el primero, hoy en día salgo a la calle y veo mini Artemis, sombreros, hombreras, tapados. Antes un hombre con chomba rosa era burlado, hoy es coqueto.
P.: Hoy en día hay modelos, oversize, con vitíligo, en cuanto al peso ya no se resalta a la modelo muy flaca ¿es realmente inclusión o es una moda?
S.A.: Lo veo como una moda, hoy en día en los desfiles como de determinadas marcas europeas, las modelos siguen siendo muy flacas. Antes se hacía un show de las chicas muy flacas. Hoy siguen estando, pero ese show ya no está.
P.: De Hollywood a Buenos Aires, ¿Cómo es la relación con tus clientas? ¿generas transferencia? ¿Contas una historia con cada diseño?
S.A.: Cada clienta tiene un cuento para contar, llegan, las escucho, las analizo, me gusta cuando vienen con historias personales, con un objeto de la infancia o de sus abuelas. Las escucho. Observo sus movimientos, sus manos, sus caras, sus cuerpos. Antes mandaba los dibujos por mail, hoy los hago delante de ellas. Es mucha presión el proceso mientras miran el dibujo, pero después aman el resultado.
P.: ¿Por qué crees que sos tan exitoso en las redes?
S.A.: Soy verdadero, si estoy mal se nota, si estoy bien se nota, si estoy ausente porque tengo trabajo se nota. Me gusta hacer reír, me gusta divertir, me gusta que vean mi trabajo.
P.: Dejaste un mensaje muy positivo por el día del orgullo, muy alentador en cuanto a quienes quieren cumplir sus sueños.
S.A.: Ese mensaje lo pensé la noche anterior, no me gusta editar, lo hice dos veces y la segunda salió. Quería transmitir que si yo puedo salir de una casa de barrio, cualquiera puede. Quise dar un mensaje verdadero, original y fue con amor. No voy a dar un mensaje que no siento. El mensaje es mi historia.
P.: ¿Sos consciente de lo que puede significar ese tipo de mensaje para un chico o chica que esta en su casa desanimado y sin confianza en sí mismo, y con baja autoestima?
S.A.: Todos los días recibo alrededor de 50 mensajes de gente contándome el impacto positivo de mis mensajes. Me gustó que ese video se haya viralizado tanto ya que yo comunico desde mi lugar. Hoy en día no trabajo en conjunto a la comunidad gay, sino que desde mi lugar hago mi aporte y mi participación va evolucionando.
P.: Hay algo en tu mensaje muy parecido a lo que decía Maradona, ‘no soy ejemplo de nada, hice con mi vida lo que pude’…
S.A.: Soy muy Maradona en ese sentido, la gente espera que me involucre en política, que salve vidas, estoy comenzando a involucrarme, pero denme tiempo. Te ponen en un lugar donde debés ser ejemplo. Me exigen mucho porque te ven muy banal o divo y parece que las cosas no te importan y ese parecer a la gente le molesta.
P.: ¿Cómo viviste tu desembarco en Netflix, primero con una serie propia y ahora con una película?
S.A.: Cuando me entere lo de Netflix estaba juntando la basura y fue como: ¡Wow que bien! En mi serie me muestro tal cual soy, lloraba enserio, me reía enserio.
P.: Hay tanta belleza del lado del miedo, dijiste hace poco…
S.A.: Por miedo no hacemos nada, no nos vestimos como queremos, no encaramos a quien nos gusta, hay algo dentro de uno que te dice: no lo vas a conseguir, eso es miedo. Si podemos vencer el miedo hay tanta belleza del otro lado, es muy hermoso lograrlo. Tuve miedo de salir a la calle vestido como salía, pero me superaban más las ganas de ser.
P.: ¿Cuál es tu próxima meta?
S.A.: Me gustaría vestir a Estefanía y Carolina de Mónaco, amo la realeza, a Kate Middleton aunque también vestiría a Meghan, soy pro Harry.
P.: ¿Qué título le pondrías a esta etapa de tu vida?
S.A.: Reinvención, cambio, revolución, introspección, evolución. Hay cosas que me están quedando chicas, hay cosas que me están quedando grandes. Por momentos menos, es más. Ahora comprendo que esta bueno bajar un cambio, no todo el tiempo ruido.
Concluimos con Santiago en que su imagen es un mensaje, tiene poder y colabora con la deconstrucción social que estamos viviendo.
Además desde una perspectiva propia hay una realidad en la cercanía del personaje con el público en general, no solo con el segmento moda, sino con quienes empatiza y lo siguen por “ser él”, las redes sociales. Su participación en TV abierta y el streaming hacen que llegue a todo tipo de segmentos, edades y niveles socio económicos. Si nos desenfocamos y no solo vemos a un excelente diseñador, podremos ver que la empatía trasciende pantallas y es transversal a todo público.