Fuente: El Resaltador ~ La producción de biotextiles como una alternativa a la producción de materiales contaminantes y sin explotación animal.
¿Te imaginas vestir ropa cultivada? Desde hace unos años, científicos y diseñadores vienen trabajando en el desarrollo de textiles a base de cultivos orgánicos que se realizan en laboratorios.
Buscan imitar texturas como la del cuero, u optimizar la calidad de los tejidos derivados manufactura natural, para que puedan biodegradarse cuando se desechan.
Hoy en día los textiles se fabrican a base de tejidos de fibras naturales, que se extraen mediante la explotación de recursos naturales: animales y plantas. Y por otro lado, fibras sintéticas producidas a partir de celulosa vegetal y petróleo.
Éstas últimas son contaminantes desde el primer momento de la manufactura, durante la vida útil y su descarte. Mientras que las fibras naturales aportan un período de vida útil mucho más amigable con el ambiente, pero su proceso de hilado es igual de contaminante que la producción sintética y por la utilización de químicos no es posible compostar en el descarte.
Los biomateriales se encuentran en período de pruebas. Aún resta saber su capacidad de resistencia y adaptabilidad al entorno donde serán usadas. Pero es un gran avance para la industria de la moda, que hasta el momento sólo ha aportado problemas a los crecientes índices de contaminación del planeta.
Algunos de los materiales con los que se está experimentando son: cactus, levadura, hongos, bacterias, yerba mate, y hasta adn humano.
Los biomateriales se desarrollan en laboratorios y sólo pueden obtenerse pequeñas muestras. Por ello es que si bien el avance es auspicioso no significa que vaya a ser una solución definitiva. Todavía resta saber, si en producciones a gran escala no generan daños y consecuencias considerables en su producción.
Frente a esta encrucijada ¿puede la ropa cultivada ser una alternativa?. El avance tecnológico y el conocimiento científico están ensayando posibles respuestas. A lo largo del mundo diseñadores y científicos trabajan sobre esta innovación.
Entre ellos se destacan el argentino, Silvio Tinello, diseñador industrial de la Universidad Nacional de Córdoba. Trabaja zapatos a partir de hongos y yerba mate; mientras que la bióloga misionera Verónica Bergottini realiza bolsos y carteras a partir de microbios.
Ésta exploración ha dado lugar a la excentricidad. La diseñadora eslovena Tina Gorjanc, utilizó adn del fallecido diseñador Alexander Mc Queen para reproducir cuero humano y con ello armó una cartera que es parte de su proyecto Pure Human.
Obtuvo el adn de Mcqueen de etiquetas en donde el mismo diseñador había incluido su cabello. Dichas piezas pertenecen a su primera colección “Jack The Ripper Stalks His Victims” (1992).
Este hecho controversial nos muestra que la ciencia y el diseño están a la altura de poder resolver cuestiones como la sobreproducción de indumentaria, los problemas que generan la manufactura y el descarte. Sin embargo, se siguen destinando recursos y tiempo a ensayar diseños distópicos que sólo permiten que unos pocos se diviertan con ello.
Es urgente recurrir al diseño social, como herramienta para ensayar soluciones y no sólo propuestas pintorescas para la historia de la moda. El valor de los textiles aún está por verse, pero hoy ya existen formas de disminuir el impacto negativo que produce la industria textil en el mundo. Solo hace falta implementarlas para reducir las huellas de carbono y que las producciones sean justas con el planeta y las especies que lo habitamos.