Fuente: La Nación ~ Juliana García Bello resultó ganadora del The Redress Design Award 2020, en Hong Kong, con una colección sustentable
La diseñadora de indumentaria argentina Juliana Garcia Bello triunfó en The Redress Design Award 2020. Tras dos semanas de trabajo -en simultáneo con colegas de distintos continentes- ayer obtuvo el prestigioso premio a la moda sostenible. «Que se vea simple», ese fue el propósito que se planteó al desarrollar Herencia; la colección premiada.
El concurso, creado hace una década por la ONG Redress con sede en Hong Kong, pone el foco en reducir los desperdicios a través de la capacidad de los diseñadores para desarrollar prendas utilizando el concepto del «desperdicio cero», o zero waste, e impulsando la moda circular. Esto es sumamente relevante si se tiene en cuenta que -según los datos difundidos por esta organización- al año se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles con una estimación que podría llegar a 148 millones hacia el 2030. Es decir: 175 kg per cápita en todo el planeta.
Garcia Bello presentó la colección Herencia, que, a su vez, está vinculada a Esencia, la propuesta anterior también realizada este año. «Me gusta jugar con esas dos palabras y encontrar quiénes somos y de dónde venimos», dice la diseñadora radicada desde finales del 2019 en Holanda, quien continúa trabajando la filosofía de su marca homónima en base a sus orígenes.
Si bien previamente apeló a la técnica del upcycling (hacer nuevas prendas y sumarles valor a partir de otros productos ya existentes), la novedad es que, ahora, trabajó íntegramente con artículos donados por sus nuevos vecinos de la ciudad de Arnhem. Los convocó a través de cartelería en la vía pública, la página web de esa zona y también por el boca a boca. Utilizó pantalones en denim, camisas de algodón y otros productos textiles, como manteles, que esas personas tenían en desuso en sus hogares.
Con Herencia hace referencia al hogar en dos sentidos: la procedencia de los materiales por un lado y el uso de las prendas, por el otro. «Es ropa para estar en casa resignificando la idea del home office, pienso en que sea cómoda y en el prêt-à-porter para las nuevas formas de trabajo, con eso tienen que ver las tipologías que construyo», comenta. Y esto último representa además, un paso adelante en una tendencia que parece consolidarse con la llegada del coronavirus y la consecuente vida puertas adentro. En este contexto, ¿cómo cree que será la moda de ahora en más? «Es hora de pensar en las formas en las que producimos, consumimos y nos relacionamos, ese es el lugar de reflexión que guarda esta cuarentena», señala.
El premio
«Fueron muy exigentes con el proceso que hay detrás del proyecto, y creo que la viabilidad del mismo fue lo más importante», explica García Bello. ¿Expectativas? «Me interesa que mi colección pueda crecer, que otros la puedan llevar a cabo para generar conciencia y no tanto misticismo que hace que las personas crean que hacer ropa de esta manera es algo complejo sino todo lo contrario», analiza la graduada en la Universidad de Buenos Aires.
Elegida por un jurado internacional conformado por Orsola de Castro, fundadora de Fashion Revolution, y el diseñador británico Christian Raeburn, entre otras figuras del mundo de la moda, ahora tendrá que desarrollar una cápsula de 10 piezas para la firma The R Collective, con filiales en Londres y también en oriente.
Este premio revela cómo es que Redress además de hacer hincapié en la producción y el consumo, también hace lo propio en el posicionamiento de los diseñadores en el mercado, algo imprescindible y más aún después de la crisis que atraviesa al sector por el parate que causó la pandemia. A eso se suma la puesta en escena que trae aparejada haber sido la ganadora y la consecuente visibilidad en medios de comunicación en todas las latitudes.
«Me llena de orgullo que seamos muchos los que estamos construyendo de una misma manera, mi proyecto también habla de otros que me fueron nutriendo», explica García Bello, y alude a su paso por la UBA: «Como alumna tuve docentes que me dieron información, me ayudaron a cuestionarme y a pensar cómo quiero ser como diseñadora, ese rol de formación lo tuvo la universidad», sintetiza.