Fuente: A24 ~ Prendas de vestir y calzado fueron las que más alza presentaron en todo el año, con un 120,8% de incremento. Qué factores incidieron en el sector.
El 2022 terminó con la inflación más alta de las últimas tres décadas. Y aunque el acumulado se alejó de las tres cifras – fue del 94,8% – algunos rubros sí alcanzaron e incluso superaron el 100%: prendas de vestir y calzado fue el sector que presentó el mayor alza de todo el período, con un 120,8% de aumento.
Las subas del rubro llaman la atención desde abril del 2021, cuando comenzó con alzas por encima del promedio. En abril y septiembre llegó a tener subas mensuales de más del 10%. En julio había llegado por primera vez a un incremento de más del 100% interanual.
Luego, en el último tramo del año, la indumentaria «moderó» los incrementos: de 4,5% en noviembre a 4,0% en diciembre. Meses que coinciden con la aplicación de un acuerdo del Gobierno con el sector para congelar precios que ha mostrado sus efectos.
Dos factores centrales
En ese panorama de tensión de precios, los factores que incidieron son varios. El presidente de la Fundación Pro Tejer, Luciano Galfione, enumeró dos centrales: «Tenemos un cuello de botella en el área de la confección. Hay menos talleres que los que se necesitan para confeccionar. Eso hace presión sobre los precios porque hay más demanda que oferta«.
«Venimos de una crisis desde 2018 y 2019 en los que perdimos miles de talleres. Con la pandemia se acrecentó, muchos eran conducidos y ejecutados por personas de países limítrofes. Muchos con la pandemia y la crisis se terminaron yendo a sus países. Nos quedamos sin mano de obra calificada. Cuando volvió el trabajo industrial nosotros empezamos a contratar gente, todavía hace falta y la capacitación lleva tiempo«, explicó en diálogo con A24.com.
Los factores que presionarán la inflación de prendas de vestir y calzado (Foto: Pixabay)
El segundo factor es trasversal a la mayoría de las industrias en este año: la escasez de insumos no fabricados por las restricciones de acceso a dólares para la importación. En junio de 2022, el Banco Central volvió más estrictos los controles para las empresas que compran dólares oficiales para compras en el exterior y la medida se mantiene hasta la fecha.
«El textil si bien utiliza una buena parte fibras naturales que están en Argentina como el algodón, tiene toda una parte de fibras sintéticas que necesitan materia prima importada sencillamente porque las materias primas básicas no tienen fabricación nacional. Son productos complementarios y no sustitutivos, sin fibra sintética no puedo coser algodón por ejemplo», detalló el empresario textil.
La guerra en Ucrania también impactó sobre la indumentaria y el calzado cuando en abril, las fibras textiles tuvieron un récord histórico en sus precios con aumentos superiores al 40% en dólares en relación con la prepandemia. Además, «el textil es el único rubro que mide el Indec que no tiene ningún componente regulado», remarcó Galfione.
¿Cómo mide el Indec?
Lo cierto también es, que el organismo estadístico releva sólo precios de marcas de ropa y calzado que se venden en shoppings. Lugares donde los precios son más altos por el target de consumidor al que apuntan esos comercios.
En ese sentido, el representante de la organización textil advirtió que en la estructura de costos de la indumentaria de este tipo la parte «industrial», de confección, representa sólo el 10% del precio final de cada prenda.
«Todo lo demás no tiene que ver con lo que fabrica un industrial. Por ejemplo, los alquileres que son altísimos en esos locales. Si yo voy a mercados más masivos, los alquileres son más bajos y las ventas por volumen son mucho mayores. En un mercado mas informal, los impuestos no se pagan, por lo que eso baja los precios», enumeró Galfione.
Y precisó: «Por otro lado, no tengo costo de logística. En los shoppings hay una distribución enorme, en mercados como la calle Avellaneda o la Salada son mas concentrados y la logística tiene menos incidencia. No hay financiación de bancos, y la comercialización tiene un costo elevadísimo y también aumentó mucho mas que la inflación».
Por otro lado, la dificultad de relevar precios de la ropa es los cambios de temporada ya que para comparar precios se debe comparar el mismo producto mes a mes, año a año.
«En general se comparan productos básicos. Remeras redondas, jeans clásicos. En general, en los shoppings esos productos son importados porque son masivos y todos los años se vende lo mismo», indicó.
La incidencia del congelamiento de precios
En septiembre, el ministro de Economía, Sergio Massa, acordó con los principales empresarios textiles congelar los precios de la ropa y el calzado por 180 días, pacto que luego se extendió hasta fines de febrero. Eso se vio reflejado en los números de la inflación, que cayó a la mitad de lo que venía subiendo en los meses anteriores.
«El acuerdo de precios fue positivo, primero porque nos da previsibilidad a toda la cadena de valor, que mata la especulación, se vio reflejado en el IPC pero además, hubo otro factor: cayó tremendamente la demanda, la inflación se aceleró en el ultimo tiempo y llega un momento en el que el consumidor no convalida más el precio. Cuando ocurre eso, cae la demanda y los precios se estabilizan porque hay más oferta que demanda».
Hacia el 2023, los empresarios prevén un escenario de incertidumbre debido al componente electoral.
«Vamos a ver si se parece a la primera parte del 2022 o el segundo semestre. Si continúan las dificultades de acceso a dólares continuarán los graves problemas», advirtió el textil.