Fuente: Perfil ~ La caída de las ventas de ropa y la suba del dólar golpearon a las importaciones: cayeron 35,8% interanual durante agosto, según registros aduaneros.
En medio de datos de una nueva caída de las ventas de ropa por la crisis del consumo, la Cámara de la Indumentaria Argentina (CIAI) dio cuenta de una “buena noticia” en la recesión: por el salto del dólar y la escasez de divisas, los talleres de confección volvieron a recibir pedidos frente a las dificultades para importar y los nuevos costos.
“Se verificaron algunos casos de talleres de confección que han vuelto a recibir órdenes de producción por parte de las marcas, para las cuales la alternativa importadora dejó de ser tan favorable como hace dos años”, indicó el análisis de la CIAI que acompaña el “semáforo de la moda” de octubre, donde los números siguen en rojo.
Pese a eso, la caída en la demanda de ropa afectó nuevamente a la producción nacional, que se contrajo 12,8% interanual en agosto según datos Indec, que acumula 15 meses consecutivos de caída. En el mismo mes, la producción textil tuvo una mejora de 1,4% interanual, explicada fundamentalmente por el subrubro preparación de fibras de uso textil.
Advierten que las empresas aceleran la suba de precios por el temor a futuras restricciones
La caída de las ventas de ropa y la suba del dólar golpearon a las importaciones: cayeron 35,8% interanual durante agosto, según registros aduaneros. Medido en términos de cantidades, la reducción fue 31,8%: la diferencia se explica por los menores precios promedio de las prendas importadas (-5,9%). Esta dinámica tuvo lugar en el contexto de apreciación real del peso argentino de 5,5% interanual en septiembre frente a la moneda de China, país de origen de las dos terceras partes de la ropa importada en Argentina. Una de las pocas noticias positivas para el sector fue que en el mismo mes las exportaciones argentinas de ropa tuvieron un aumento de 26,5%, comparado con agosto de 2018.
Pero las perspectivas generales atadas a la falta de divisas no es buena. “La crisis cambiaria por la que atraviesa Argentina eleva la incertidumbre futura sobre el precio del dólar, en un contexto donde nuestro país ha vuelto a perder el acceso a los mercados de deuda y a agotar el financiamiento provisto por el FMI”, sostiene la entidad.