Fuente: Cronista ~ Under Armour, la reconocida marca de indumentaria deportiva, tiene planes ambiciosos para la Argentina. Sin embargo, la apertura de nuevos locales se retrasa por la falta de indumentaria importada de alta tecnología y diseño indispensable para que la etiqueta tenga realmente presencia en el país. «Podríamos vender un 50% más», aseguran desde la empresa que fabrica y desarrolla la marca en la Argentina.
La situación la vive todo el sector. La semana pasada, el Grupo Dass, que fabrica para Nike y también calzado para Under Armour, debió frenar su producción en su planta de Misiones por falta de insumos importados.
Under Armour, fundada por Kevin Plank en los Estados Unidos, cambió su modelo de negocios en el país y en el resto de la región a principios del año pasado. En abril de 2021 decidió dejar la Argentina luego de cuatro años de presencia directa y prefirió atender el mercado a través de un representante local que, en este caso, no solo distribuye la marca, sino que también fabrica localmente algunos de sus productos y la desarrolla.
La empresa elegida para esta tarea fue Baysur, un jugador con experiencia en el sector -fabrica para marcas como New Balance, Puma y el Grupo Dass que a su vez tiene etiquetas como Umbro y Fila- y que creó BISA, una unidad de negocios especial para manejar la marca reconocida por su indumentaria deportiva y que localmente produce el 40% del portafolio e importa el otro 60 por ciento.
«Por contrato, tenemos que abrir ocho locales hasta el 2025«, explica a El Cronista Fabián Bakchellian, director comercial de Baysur y un referente del sector. Hijo de Eduardo Bakchellian, el fundador de Gatic, Fabián sabe lo que es producir en la Argentina y los vaivenes que esto significa. Pero también reconoce que si tuvieran productos hoy podrían vender hasta un 50% más.
Los planes de Under Armour en la Argentina
Si bien ya está en carpeta abrir una de las tiendas en alguno de los principales shoppings de la Ciudad de Buenos Aires o alrededores en 2023, Bakchellian reconoce que el gran problema es la falta de productos importados. «Under Armour es reconocida por su tecnología y diseño especialmente en indumentaria deportiva. Y si bien en la Argentina fabricamos alguno productos, lo más básicos, no podemos hacer la línea de alta tecnología que es fundamental para desarrollar la marca en el país», detalla el ejecutivo.
Además, otro de los inconvenientes es que, como muchas marcas internacionales, Under Armour tiene ciertos estándares para la apertura de nuevos locales. Entre ellos, el mobiliario que es desarrollado por la empresa. «Si tenemos que elegir importar productos o mobiliario elegimos claramente productos», señala sin dudarlos Bakchellian, quien indica que están haciendo su mejor esfuerzo para tener las tiendas bien abastecidas.
La marca tiene un local exclusivo, o brand house, como ellos la llaman en el Unicenter que es operada por un franquiciado, además de los otros puntos de venta. Hace un mes lanzaron en el país la venta online que no estaba desarrollada y solo en 30 días logró el 9% de las ventas. «Under Armour es una marca caliente y si tuviéramos productos podríamos vender más», asegura.
Hoy la planta de la empresa en Hurligham está al tope de su capacidad. Sin embargo, Bakchellian explica que aún están analizando el contexto para ver si hacer ampliaciones. «Hoy apretamos el acelerador con la producción local. Todos los días me llama una marca para ver si le podemos fabricar».
De hecho las previsiones del grupo son buenas pero la planificación de 2023, que está totalmente vendida, replican los objetivos de este año. «Podemos ampliar turnos, por ahora no pensamos en ampliar la planta», señala. Y remata: «Si pudiéramos importar podríamos hablar de crecimiento».
La empresa local mira la posibilidad de exportar con las misma limitaciones. Sin embargo, luego de que Under Armour se convirtiera en el proveedor de indumentaria de la Confederación chilena de Hockey -ya lo es de Las Leonas-, la empresa argentina fabricará para ese país. «A la vez estamos evaluando, para más adelante, la posibilidad de exportar parte de nuestra producción a Brasil para abastecer al distribuidor de ese país.