Fuente: Noticias ~ Pasión. Esa es la manera en la que Patricia Profumo define cómo pudo llegar adonde llegó. Cómo una chica de una clase media trabajadora porteña, fanática de Valentino, que le hacía colecciones enteras de vestidos de alta costura a sus muñecas, pudo cumplir todos sus sueños: desde vivir de lo que la hacía feliz hasta presentar sus diseños en las semanas de la moda más importantes del mundo. Con una familia que siempre la apoyó, una bisabuela que ya no está, pero fue la primera en detectar sus condiciones, una madre que hoy por hoy todavía se emociona cuando ve las creaciones de su hija en la pasarela, dos hermanas compinches, un esposo incondicional —”Estoy casada con el hombre de mi vida hace ya 17 años”, cuenta— y una hija, Mía, de 11 años, que disfruta acompañar a su madre —”Se divierte mucho con esto y yo con ella, no sé si el día de mañana se va a dedicar a lo mismo, pero tampoco me preocupa, la voy a acompañar en todo lo que quiera, es muy libre”, afirma—. La diseñadora de alta costura asegura: “Ya no le pido nada más a la vida”.
Noticias: ¿Por qué decidió hacer alta costura?
Patricia Profumo: Soy una fanática de la alta costura desde que soy chiquita, desde los 8 años. Le hacía colecciones a las muñecas, cortaba la ropa, les hacía cuellos amplios, les daba puntadas pobres, pero me las arreglaba para poder hacerles las prendas y las colecciones, o lo que después iba a saber que eran colecciones en serie. Esa fue mi infancia, tengo el recuerdo de sentir felicidad en esos momentos. Nadie se daba cuenta hasta que mi bisabuela dijo: “A esta chica le gusta corte y confección”. Era impensada la carrera de diseño en ese momento.
Noticias: Entonces, ¿cómo fue su formación?
Profumo: Ni bien salí del colegio a los 17, ya era fanática de Valentino, me encantaban sus exposiciones, me comía todas sus pasarelas en revistas, me compraba libros de todos los diseñadores. La alta costura fue atrapándome, apasionándome desde esa edad. Cuando mi hermana más chica cumplió 15 años, yo estaba casi terminando el colegio secundario, como ya sabía que quería dedicarme a eso, me propuse el desafío de diseñar los vestidos de todos, trabajé codo a codo con la modista. Mi familia me bancó y todos se vistieron con mis diseños. Empecé a buscar un lugar para estudiar, quería hacer alta costura, me veía presentando mis colecciones en las escalinatas de Piazza Spagna. Ese sueño empezó así, muy fuerte, toda mi familia y amigos son testigos, no pueden creer que haya logrado todo lo que soñé. Estudié en una escuela de arte, Ditirambo, tenía los mejores maestros de bellas artes, los mejores historiadores del arte, como Susana Solquin, teníamos diseñadores de excelencia, maquilladores de teatro grosos, toda esa información junta fue como una inyección y terminé de enamorarme de la profesión. Esa pasión no te deja ver los obstáculos. Estaba en un mundo de sueños. Veo el horizonte y me propongo llegar, a pesar de las dificultades, y el objetivo a mi me hace feliz. No hay impedimentos para nada de lo que uno quiera lograr.
Noticias: ¿Tuvo ayuda familiar?
Profumo: Vengo de una familia humilde, papá y mamá trabajadores, con tres hijas, que iban a un colegio privado, clase media trabajadora. Siempre me la rebusqué, no me gustaba pedir plata. Para costear mi educación me puse un local en Caballito, animaba fiestas infantiles, formé una mini PYME con mi hermana. Ni bien empecé a progresar me fui a Nueva York, a los 21 años. Me abrió la cabeza en todo. Decidí volver y estudié en Parsons un año y medio, volví a la Argentina con miles de ideas y proyectos.
Noticias: ¿Por qué empezó haciendo vestidos de novia?
Profumo: Porque es el rubro donde más rentabilidad tiene un vestido. Los vestidos de novia son de alta costura, tienen un amplio margen de renta. Quería imperiosamente trabajar de esto, ya a los 19 años. Sabía que si yo convencía a la novia de hacerle su traje iba a vestir al resto de la familia, madrina, hermana de la novia, damas de honor, civil. Dicho y hecho. Por eso mi carrera empezó muy precoz y fue en ascenso muy rápido para mi edad.
Londres, París, Miami, New York, Milán, Madrid, Moscú, fueron solo algunas de las ciudades, capitales de la moda, donde llegó con sus diseños y pudo mostrar la alta costura argentina en el mundo: “Experimentar un Fashion Week es fascinante, cada cultura es distinta, se vive con muchos nervios y trabajo, pero te sirve para perfeccionarte un montón”, cuenta la diseñadora que en Argentina presenta dos colecciones al año, desde la autogestión junto a su equipo.
Noticias: ¿Cuáles son los desafíos de la alta costura en Argentina?
Profumo: No son tantos. Ya tengo una clientela armada y viene a mí los que coinciden con mi línea, y sino van a otro diseñador. Lo más importante es tener tu propio estilo, tu sello. Es un valor agregado muy importante, la alta costura no es para todo el mundo, es muy elitista, se hace en base al boca en boca. La clienta de poder adquisitivo busca un estilo puntual. Mis desafíos no son las colecciones, sino la puesta en escena que lleva seis meses. A mi si me sacan la alta costura me pierdo, es mi oasis, mi conexión. No todo el mundo puede hacer alta costura, como no todo el mundo puede hacer jeans.
Noticias: ¿Ve en el diseño argentino originalidad?
Profumo: Sí, muy poco. Entiendo que la Argentina no es un país de industria de moda. Francia, por ejemplo, es una capital de la moda, Italia lo mismo. Decir Christian Dior, Chanel, Valentino, sabes que detrás hay una industria inmensa, a nivel de una automotriz de alta gama, son monstruos, mueven mucho dinero, mucha gente, tienen fábricas textiles, géneros. Acá no existe la producción de géneros de alta costura. Acá se trabaja algodón, gabardina, lino, porque tenemos esa materia prima y son buenos esos géneros, pero no para alta costura. No se puede comparar a Sudamérica con Europa porque su industria de moda es legendaria. Pueden inventar cualquier tendencia y llevarla a cabo. Nosotros estamos muy lejos de eso, pero tenemos algo muy positivo, el valor agregado es el humano y la creatividad. Cuando no tenés recursos y lo único que tenés es la cabeza, te sale la invención de algún lado, movido por la pasión o por la necesidad. Un argentino con habilidad de creación puede defenderse en cualquier lado. Hay que mirar el vaso medio lleno.
Noticias: ¿Cómo se adapta la alta costura, que es muy tradicional, a las nuevas tendencias en la moda en relación a la moda sustentable o la diversidad de cuerpos?
Profumo: La alta costura es muy tradicional, es muy elegante, sofisticada, glamorosa. No hay mucho espacio para moverse en esos cuatro pilares. Falta mucha creatividad para poder reinventarse y que aparezcan esos pilares en la diversidad y la sustentabilidad. Hay muy buenas cabezas para incorporar la moda sustentable, que es muy de esta era, pero le falta un poco más. Falta estilo para no caer en la mediocridad.
Noticias: En 2019, el fabricante de autos deportivos italiano Lamborghini, la eligió para que diseñe una colección exclusiva para América del Sur, ¿cómo fue esa experiencia?
Profumo: Fue a través de una charla con empresarios, uno de ellos era el presidente de Lamborghini para Latinoamérica, me convocaron para que trabajase con ellos. Propuse hacer una línea “Lamborghini Donna by Profumo” y les encantó, no esperaba esa devolución. Al otro día empecé a bocetar toda la colección y en los siguientes 20 días ya estaba terminada la colección cápsula, hicimos 60 prendas. Lo presentamos en el Hipódromo y fue un éxito. La llevé a México. Ahora estamos haciendo una línea alto pret-a-porter, Lamborguini Donna y Lamborghini Uomo, es la primera vez que me voy a lanzar a hacer ropa de hombres, quiero hacer algo muy top que le pondría a alguien, voy a hacer los mismos diseños para hombre y para mujer. Acabo de terminar mi desfile y ahora estoy a full con ese proyecto. Mi idea es lanzarlo antes de primavera, lo vamos a hacer todo en Argentina, pero básicamente va a ser for export. Va a ser una mixtura de otoño y primavera, pensada para 9 meses del año.
Noticias: Siempre fue de proponerse objetivos, ¿cuál es su norte ahora?
Profumo: Ya no le pido nada más a la vida, pero tampoco descanso. Siempre van a haber oportunidades, no paro de moverme, no me amargo, ni espero, ni me desespero, no tengo ansiedades, lo disfruto. No tengo un techo. A donde me llamen, si me gusta, me divierte, voy a estar, si no me hace feliz, no.