Fuente: IProfesional ~ La firma, conocida por su impronta «criolla», logró renovarse para superar adversidades. ¿Cómo fue su origen y por qué creció exponencialmente en 2022?
Para varias generaciones de argentinos, Pampero es sinónimo de industria nacional, una marca con mucha impronta «criolla» y al mismo tiempo asociada fuertemente con la idea de calidad. Fundada en 1914, hacia la mitad del siglo XX la firma ya ocupaba un lugar de privilegio en la cultura popular principalmente, gracias a su ropa de trabajo y a sus famosas alpargatas que se vendían como pan caliente.
Pero al despuntar el siglo XXI, cuando se acercaba a su primer siglo de vida, la empresa entró en un espiral crítico que redundó en un proceso de venta. «Fue un proceso largo, complejo y penoso que impactó muy negativamente en la marca», sostiene Gabriel «Gabo» Nazar, actual presidente de Pampero y fundador de Cardón, quien le compró la histórica marca a Alpargatas, cuando ésta fue adquirida por el grupo brasileño Camargo Correa. «Durante aquellos momentos, Pampero pasó por largos períodos de inactividad, desapareció del mercado y algunos competidores ocuparon las categorías donde solía ser líder. Con el tiempo logramos recuperar varios de aquellos puestos de liderazgo y estamos en proceso en otros».
Pampero: ¿cómo surgió la centenaria marca?
En Pampero Nazar construyó una relación virtuosa con dos socios industriales (uno fabricante de calzado de seguridad y otro de ropa de trabajo), que se complementa con una hiperactiva estrategia de desarrollo de licenciatarios y franquiciados que explica la velocidad con la que la marca se viene expandiendo durante los últimos años. «Lo que hice fue mantener y fortalecer el liderazgo en esos ámbitos, pero la novedad fue la irrupción de Pampero en ámbitos nuevos y con locales exclusivos que nunca habían existido. Eso nos está dando una alta y renovada visibilidad, y así pasamos de tener 20 artículos a más de 2000″.
Gabriel Nazar –quien además de Cardón estuvo también detrás del suceso de la cadena de empanadas El Noble– es ferviente impulsor del sistema de franquicias en el país y durante siete años fue presidente de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF), lo que explica en parte la gran apuesta de Pampero por este sistema.
Sólo en 2022 la marca abrió 20 nuevos locales franquiciados en diferentes provincias, pasando de tener una red de 68 tiendas a 88, lo que implicó un crecimiento del 30 % en cantidad de sucursales y del 42 % en cantidad de metros cuadrados totales gracias a mudanzas y refacciones en tiendas ya existentes. Para el año próximo espera cortar cintas de al menos 30 locales más.
Con una confección estimada en 5 millones de unidades anuales y un crecimiento en volumen del 100% anual dentro de su red de franquiciados, Pampero tiene su producción distribuida en distintas plantas del país, siendo su mayor socio un industrial textil que posee varios establecimientos en las provincias de La Rioja y Catamarca, nuevos polos de referencia dentro del rubro.
Gabriel «Gabo» Nazar, actual presidente de Pampero y fundador de Cardón, le compró la histórica marca a Alpargatas.
«Muchas marcas se han achicado y algunas internacionales han cerrado y estamos capturando esa oportunidad, porque creemos que en algún momento el mercado va a recuperarse y a repuntar. Los momentos de crisis son una oportunidad para reposicionarse y aumentar la participación del mercado», explica Nazar.
Innovación: la solución ante las adversidades
En cuanto al complicado contexto coyuntural de alta inflación y problemas de importaciones que afectan con particular fuerza a la indumentaria, Nazar admite que el impacto fue fuerte: «Estamos afectados tanto en lo cualitativo como lo cuantitativo. Es muy difícil producir en la Argentina de hoy y abastecerse con productos importados, que no hay forma de producirlos acá. La prohibición total de importar en Argentina hizo que tuviéramos muchas crisis de suministros, con containers que han quedado varados. Aun así como la mayoría de nuestros productos son de producción nacional intentamos ser creativos y como tenemos 46 licenciatarios de la marca en todo el país y fábricas en muchísimas localidades y provincias eso nos ha ayudado, porque muchos de nuestros productores y fabricantes tenían un buen pulmón de insumo de materia prima. Por supuesto hay muchos productos a medio hacer. Esperamos que esto se vaya normalizando lo más pronto posible».
Como parte de su estrategia de reposicionamiento, Pampero apuesta ahora a renovarse e incluir nuevas líneas que se sumen a sus reconocidos productos de ropa de trabajo y calzado de seguridad. Fue así que sumaron una línea Urbana con prendas que se renuevan cada temporada y que incluye diseños infantiles. Además, en el último tiempo incursionaron en la movilidad sustentable con monopatines eléctricos y pronto desarrollarán también bicicletas eléctricas. Por último, están ampliando su línea de aventura que ya cuenta con prendas de secado rápido y telas con nuevas tecnologías y que ahora tendrá kayaks, salvavidas y accesorios.
A todo eso le sumaron también la creación de su propio sitio de e-commerce, aunque el empresario destaca que dicho canal implica sólo una porción minoritaria del negocio. «Nosotros tenemos una comercialización muy fuerte en el canal físico con lo cual el e-commerce no representa ni un 1 %. Es fundamental estar en el mundo digital, por eso es imprescindible estar en las redes y tener una comunicación digital moderna y actualizada, pero cuando tenés locales en todas las provincias y son potentes, el e-commerce por más que sea atractivo y esté bien gestionado termina siendo marginal», agrega.
Entre sus próximos planes de expansión Pampero tendrá como meta de este 2023 el desembarco en un nuevo destino internacional, para lo que se encuentran explorando la posibilidad de llegar a Bolivia. A su vez, continuarán creciendo en Paraguay, donde ya abrieron su primera tienda física en Asunción y seguirán pisando fuerte en Uruguay, país en el que cuentan con ocho locales exclusivos y presencia en más de 40 tiendas multimarca.