Fuente: La Nación ~ Socias, pero amigas, ante todo, Sol Acuña y Josefina Helguera crearon un vínculo fuerte que mantienen y celebran. La historia de Rapsodia comenzó cuando, sin encontrar algo que las identificara, pensaron en darle una vuelta a la moda local. En tiempos de minimalismo, propusieron una marca ecléctica, llena de color, un mezcla entre la bohemia y el rock, de inspiración oriental, una propuesta que sorprendió y no paró de crecer. El paso inicial fue bajar a tierra todas sus ideas. De esa manera surgió Azucena, su clienta target ideal y quien moldeó y le puso cuerpo, vida y sentimientos a la marca a lo largo de los años. Esa que sentía, pensaba y se vestía tal como ellas soñaban: libre, alegre, segura de sí misma.
Después de 20 años, continúa siendo la mentora de sus colecciones, una fuente de ideas que surgen de la sorpresa, la novedad y la diferenciación.
Para Sol y Josefina, este es un tiempo de festejos, y lo hacen con el lanzamiento de la exclusiva Indie, una fragancia de Puig, la primera del grupo perfumero español con una firma local, y con 57 locales en el país y 49 que se reparten por América Latina.
La expansión se potencia a partir de la sociedad con el grupo Catterton, hace dos años; con la suma de dos nuevas marcas Baby Cottons y Caro Cuore, y con la llegada de Marc Leffman a la dirección creativa. La razón del éxito es sencilla: más allá de los cambios y el crecimiento natural, siguen fieles a su esencia y conservan su amistad como un tesoro. «Somos muy distintas y nos complementamos, siempre estamos buscándonos. Nos escuchamos, nos apoyamos. Estamos creando nuestra vida en todo momento y elegimos hacerlo juntas», asegura Josefina Helguera. «Pasaron veinte años y no pasaron, pasó de todo y no pasó nada, porque el espíritu sigue intacto», dice Sol Acuña.
El de Las Cañitas es el primer local de la marca. ¿Qué conserva de ese espíritu inicial?
Josefina: El espíritu está intacto. Nosotras entramos y es un mundo de sensaciones, porque fue nuestro sueño más soñado.
Sol: Este lugar significa un montón, acá nacimos, fue nuestra carta de presentación. Cada vez que vengo siento lo mismo, es el lugar, el olor, el comienzo. En el medio crecimos, evolucionamos, sacamos más líneas, hoy presentamos nuestro perfume, pero fue una evolución orgánica porque siempre nos mantuvimos fieles a nuestra idea inicial.
Josefina: Pero, además, cambiamos la imagen unas tres veces y este local sigue siendo espectacular porque lo pensamos como si fuera nuestra casa.
Eso representó un cambio.
Sol: Lo sentimos como un hogar, con un living, una chimenea, ambientes amplios, cómodos, buena atención, un local a la calle, no en un shopping, y el hecho de abrir hasta las tres de la mañana porque estaba en una zona netamente gastronómica; fue una suma de cosas nuevas para crear una experiencia diferente. Un lugar te hace sentir parte de y no uno más entre cuatro paredes blancas y un vestidor.
¿Como fueron sus primeros viajes a la India y de qué manera esa experiencia está representada en el perfume que acaban de lanzar?
Josefina: La India tiene una mística muy especial. Cuando llegamos sentimos que ahí estaba todo lo que necesitábamos. Teníamos un montón de ideas, pasión y el corazón puesto en un montón de procesos artesanales y la respuesta que recibimos fue como un mantra: «You can have it, lady». Todo se podía hacer, a nada te decían que no.
Sol: Cuando pusimos luego las cosas en producción y a los seis meses llegaron las cajas con la ropa confeccionada, todo fue mejor de lo que imaginábamos. Todo era fantástico, un concepto nuevo de prendas coloridas, muy distinto de lo que había acá.
Josefina: Nosotras trabajamos mucho los procesos artesanales y en cada bordado se cuentan historias, porque detrás hay una persona sentada, que hace una labor a mano, que tiene una vida, sueños. Eso se traslada a las prendas. Siempre trabajamos con las etnias y las temáticas artesanales que generan un viaje, una conexión al interior, y eso es un poco lo que experimentás con los sentidos cuando entrás en la tienda.
Sol: Y eso está trasladado al perfume que hicimos con Puig, una mezcla de sensaciones, un viaje al interior que de alguna manera generan la bergamota, la gardenia, la rosa búlgara, mezclada con sándalo y el cedro. Fue hilar olores que nos gustaban, que nos identificaban.
Josefina Helguera
¿Cómo fue el proceso?
Josefina: Puig es una corporación grande y con trayectoria, y no querían un blend demasiado de nicho, necesitaban un perfume para todas y, de alguna forma, Rapsodia es para todas. Entonces, buscamos ese balance perfecto entre acordes universales y algunas notas más de nicho; por ejemplo, el sándalo, que no es algo muy masivo y que le da ese toque exótico.
Sol: A la vez, buscábamos un olor que fuera fresco, que no invadiera, que conviviera.
Este es el primer desarrollo de Puig con una marca local…
Josefina: Para nosotros fue un honor, trabajamos con el nariz, Gregorio Sola Vela, gran conocedor que dirigió lo técnico, y nosotras aportamos desde lo sensorial.
Sol: Fue un trabajo divertido que duró dos años.
Josefina: Llegamos a una fragancia un poco más comercial, que resultó una mezcla de acordes y notas que representó la fusión de etnias, rock, bohemia y femineidad que es Rapsodia.
¿Sigue siendo Azucena su cliente target ideal? ¿Es la misma que pensaron hace 20 años?
Sol: Conserva su esencia, la seguimos pensando igual.
Josefina: El proceso creativo se origina en el mismo lugar, desde la pasión, el asombro, la novedad y la diferenciación. Sol tiene a su hija Azucena, que hoy nos representa infinitamente y nos inspira. Azucena creció con nosotras, pero el proceso creativo pasa por el mismo lugar. Eso sí, hay enormes equipos que agregan un montón de valor y con los que logramos un crecimiento permanente.
Esos equipos están liderados por Marc Leffman. ¿Cómo participan ustedes en lo creativo?
Sol: De alguna manera, Marc trae una visión nueva y nosotras le ponemos el corazón y la historia. Compartimos esto con él, lo discutimos y procesamos, porque más allá de lo nuevo, tenemos que sentir a Rapsodia en las colecciones.
Josefina: Marc lleva adelante una evolución natural. Veinte años después está bueno traer una vuelta de rosca, nuevas ideas, creo que todos juntos nos potenciamos.
¿Qué cambios trajo?
Josefina: Él trabaja más como un diseñador desde el total look; en cambio, yo siempre miré productos sueltos, desde la mejor camisa blanca, el mejor jean, el saco, pero el outfit completo es una parada más integral. El modelo de retail nos había llevado a disparar un montón de productos sueltos, más comerciales, y, de repente, para armar conjuntos era hasta complejo. Al diseñar desde total looks, la dinámica es diferente, más rica e interesante.
¿Continúan con la capacitación fuerte de su personal?
Josefina: Para nosotros, Recursos Humanos es un área primordial.
Sol: Se ocupa de que todos estemos bien.
Josefina: Siempre nos interesó que Rapsodia fuera un portal para que cada uno desarrollara su mejor vuelo, y eso está representado en nuestro logo, que son las alitas.
Sol: Se formó al mismo tiempo una especie de universidad donde el que necesita estudiar portugués, aprende portugués; la que iba a China, tomaba clases de chino; la que necesitaba inglés, de inglés; y otra serie de capacitaciones según las necesidades de cada área. Todo eso te fortalece. Hasta Marc está ahora aprendiendo español, y con él todos estamos hablando en inglés [risas]. Hay unos 1200 empleados, todas tenemos historias, hemos estado solteras, nos hemos casado, hemos tenido hijos, hay gente que está hace mucho tiempo, es una empresa en donde la gente se quiere quedar.
¿Hasta dónde llegó la propuesta de Rapsodia?
Josefina: Estamos con 57 tiendas en Argentina y en total son 100 con las del exterior: estamos en Chile, Uruguay, Paraguay, México y Colombia. Cada país es una aproximación diferente, por eso hay una country manager para cada uno, que nos ayuda a poder decodificar su cultura, costumbres, clima, y su manera de elegir producto. En México por ahí no usan breteles, no usan cortes a la cintura; en Chile son más formales, entonces hay una selección y adaptación.
¿Adónde quieren llegar?
Josefina: Hemos sido dos personas que se han dejado llevar y el camino siempre nos sorprendió. Queríamos tener una tienda linda y, de repente, el universo se manifestó con 57 tiendas en Argentina y otras tantas en el exterior. Somos de confiar y de poner lo mejor en cada momento. Hoy está Catterton como accionista también y siempre son socios estratégicos que van proponiendo distintos caminos. En principio, ahora estamos en un proceso de ordenamiento, porque se sumaron dos marcas, Baby Cottons y Caro Cuore, y además se lanzó Rapsodia Girls.
Sol: Lo primero es tener todo ordenado para poder sobrellevar la crisis que nos afecta como país.
Josefina: Argentina nos pone creativos, son momentos para desarrollar al máximo tu creatividad. Hay planes de llegar el Cono Norte, pero en este momento, la mesa de directorio está trabajando sobre el presente de Argentina.
¿Con qué sueñan?
Sol: Yo me veo hoy y me siento súper plena, orgullosa de lo que hemos logrado juntas, de estos 20 años de laburo en sociedad, de estar juntas y elegir estarlo, disfrutar y agradecer. Eso es un montón.
Josefina: Nuestra amistad es el mejor regalo.
Sol: Nos hemos sabido respetar siempre y ese es el pilar de nuestra relación.
Josefina: Jamás tuvimos la meta de tener 57 tiendas. Fuimos disfrutando el camino y en cada momento nos quedamos tranquilas de haber dejado lo mejor. El camino siempre nos sorprendió. Si me preguntás a donde querrían estar, te digo que a donde la vida nos lleve, juntas y divertidas, eso está buenísimo.
Sol: Que el camino nos sorprenda.