Cuando escuchamos hablar sobre moda lo primero que pensamos es en algo frívolo, selecto, lejano, fugaz. Y cuesta pensar que algo con estas connotaciones pueda ser considerada una herramienta para definir y saber quién soy.
Partamos de la base, ¿qué se entiende por moda? “La moda abarca las formas de vestir. Hay dos maneras de pensarla; por un lado está la estandarizada, orquestada en los grandes centros y que todo el mundo sigue; y las formas de vestir más individuales, de creadores y diseñadores jóvenes que generan nuevas formas de vestir, tendencias” es la definición que dá a La Nueva Mañana Susana Saulquin al otro lado del teléfono.
Susana Saulquin es pionera en nuestro país en estudios de moda. Se animó a investigar y conoce como nadie a los distintos protagonistas del diseño y de la industria textil de la Argentina. Se recibió a fines de los años 60, época en la que se hablaba de los movimientos de liberación y a muy pocos se les ocurría pensar la moda como objeto de estudio.
Varios fueron los rechazos que recibió por interesarse en la relación entre vestimenta y sociedad y hasta alguien le dijo que no podía opinar sobre cuestiones políticas ‘porque estaba demasiado bien vestida’. No conforme con su licenciatura en Sociología amplió sus estudios en Antropología Social y Política y en 1988 creó la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la UBA – de la cual fue directora-, y en 2012 fundó el posgrado en Sociología del Diseño, ambas (paradójicamente) en la Facultad de Arquitectura de la UBA porque tiene más que ver con las artes.
Con este marco teórico Susana fundamenta a la moda como herramienta y recurso que aporta en la construcción del concepto de ser persona. Antes las personas simplemente eran. Luego el tener pasó a ser lo importante y la multiplicación de objetos con el fin de dinamizar el consumo desplazó al ser del lugar trascendente. Luego de tener, comenzó a tomar importancia el parecer, la cultura visual. Había que ser joven o parecerlo; había que tener plata o parecer que tenías.
Las apariencias eran totalmente engañosas. Apariencias viene de aparentar, pero Susana lo toma en el sentido de cómo uno se muestra a otro. El detalle es que también con las apariencias podemos mostrar autenticidad. Entonces: ahora que pasamos del tener y del parecer, podemos lentamente ir afirmando nuestro ser para tener nuestra identidad.
“Hasta no hace muchos años la importancia era la estética; hoy se agrega la ética. Por otro lado las formas de vestir generan una identidad. Hay un triángulo donde encontramos el quién soy, qué quiero ser y cómo los demás me ven. Estas tres puntas me permiten generar el personaje de mi persona y si a ello le sumamos los valores y el autoconocimiento, este conjunto hace que generemos la propia identidad”, comenta.
En plena era de redes sociales y cambio de paradigmas en lo social, la moda lógicamente también evoluciona. La distinción de femenino – masculino se va desdibujando con prendas universalizadas, la sociedad es más individualista pero eso no significa aislada; porque está constantemente conectada digitalmente. Con respecto a esto Saulquin agrega que “las identidades están muy linkeadas en el universo digital y si bien no son tendencias que salen de los grandes centros, hay una muy fuerte necesidad de estar viendo cómo genero mi identidad y preguntando a la gente, a mi colectivo, a mi grupo. Cuando uno hace el ejercicio de indagar sobre los propios valores descubre las elecciones van por ese propio camino”, incluyendo las prendas en las formas de vestir.
Que en las pasarelas encontremos modelos de cuerpos reales y marcas que apuestan a colecciones para personas con discapacidad y a la diversidad en sus campañas, responde a mostrar las individualidades, a las diferentes identidades. Lentamente, estamos saliendo de la moda autoritaria como la conocíamos y la cultura de masas, y entrando a un respeto por el biotipo de cada uno”, dice Saulquin agregando que la moda seguirá teniendo un peso fuerte para aquellos férreos seguidores de las tendencias, pero perdió el privilegio de pautar las apariencias.
Diseñadores de todo el país son parte de la moda con sus tendencias y sus sellos regionales. Hoy la moda es un universo en el cual conviven el diseño independiente, lo artesanal, lo individual, donde la creación sigue su propia inspiración, materiales, técnicas, formas, colores, texturas. Son piezas, claro, menos accesibles que la producción seriada. En la época del imperio de la moda, lo artesanal estaba desprestigiado totalmente, estaba muy mal mirado. Hoy lo artesanal tiene un valor increíble que antes no lo tenía.
La moda autoritaria como la conocíamos no existe más, entonces ¿qué es lo que viene? Con plena certeza Saulquin responde: “La libertad. Ser libres para vestirse como realmente uno siente que tiene que ser. Lo verdaderamente importante es cómo me sienta, no si una prenda me dá status o un lugar en la sociedad. La moda está evolucionando hacia el arte, el juego, el sentido del humor. No importa que seas hombre o mujer, importa ser persona”.