Fuente: La Nación ~ Los creadores nacionales se bajaron de la pasarela y pensaron experiencias distintas para mostrar sus propuestas.
La segunda quincena de octubre fue intensa para la moda argentina. Después de un año y medio difícil para la industria, las firmas que marcan el pulso presentaron sus propuestas para el verano de una manera distinta a la habitual. Solamente un puñado de marcas, como Mishka, Tramando y Prüne, apostaron al desfile tradicional, siempre en locaciones a cielo abierto, como el patio del Museo Isaac Fernández Blanco, la plaza Brasil y el Jardín Botánico, para cumplir con los protocolos sanitarios. La mayoría, en cambio, innovó con otros formatos, animados por la nueva normalidad y el boom del lenguaje digital.
Fiestas, almuerzos, recitales, performances y shows en las propias boutiques fueron las experiencias que varios de los diseñadores enmarcados en Bafweek pensaron para el reencuentro con su público, en vivo. Otros, como Evangelina Bomparola y Pablo Ramírez, rompieron con la presencialidad y produjeron films de moda que dieron a conocer en la galaxia digital, a través de las redes de Designers BA.