Fuente: TN ~ Con cada uno de sus diseños busca promover una industria más consciente, sostenible y amigable con el planeta.
Milagros Pereda se consagró como la ganadora del concurso “Yo, joven creador de moda” en el marco de Argentina Fashion Week. Con tan solo 22 años, ya perfila como una promesa de la moda consciente en nuestro país y pionera en lo que refiere a la fusión de lo artesanal con lo textil.
En diálogo con TN Estilo, la joven diseñadora se sinceró respecto de su trayectoria, las particularidades de su proceso creativo y la influencia que tuvo la pandemia en su despegue comercial. “A la hora de introducirme en esta industria, me propuse el desafío de intentar contaminar lo menos posible. La industria textil es la segunda industria más contaminante, por lo que al sumergirme en ese mundo tuve que ser más consciente de lo que iba a generar yo”, explicó.
También se refirió a la naturaleza de cada una de sus piezas: “Toda mi marca gira en torno a fibras naturales. Es una elección mía, me parece que hay muchísimos ángulos en cuanto a qué es lo más amigable con el medio ambiente, y yo lo elijo por su nobleza y por lo que yo puedo hacer con sus desechos: los puedo plantar o los convierto en papel”.
Y aunque dicha faceta sostenible constituya un rasgo sumamente destacable, Milagros admitió que queda mucho trabajo por hacer. “Yo hoy no soy 100% sustentable, pero es algo a lo que apunto. Es lo que va a guiar todas las decisiones que yo tome, implica cambiar un montón de actitudes y conocimientos que tenemos muy incorporados y son muy difíciles de evitar en el día a día”.
Su marca comenzó mientras cursaba los primeros años de la carrera Diseño de Indumentaria, con una impronta muy comercial, ready-to-wear y fácil de vender. Su incursión en el concurso fue lo que le brindó la oportunidad de desarrollar su lado más creativo y espontáneo, siempre siguiendo la misma línea vinculada al cuidado medioambiental.
Milagros trabaja con fibras naturales de origen local. “Soy mucho más del trabajo desde los textiles. Me gusta intervenirlos, jugar con ellos y una vez que tengo algo desarrollado es cuando lo vuelco en mi propio cuerpo. Como proceso creativo, es muy divertido y muy personal, ya que cada prenda está muy tocada por mí. No hay dibujos por computadora ni nada parecido. Es un juego con las manos. Ese es mi punto disparador para diseñar”, detalló.
Planes a futuro
“Primero, quiero recibirme. Me queda un solo año de facultad así que esa es mi gran prioridad ahora. Me gustaría ir creciendo de a poco sin perder lo artesanal que tengo hoy por ser yo la que hago todo e intervengo en cada prenda”.
Con respecto a la pandemia y sus consecuentes efectos en su rutina cotidiana, la diseñadora mostró una visión sumamente optimista. “Los que trabajamos mucho con las manos fuimos beneficiados por la pandemia porque el encierro te hace sentarte a trabajar y a descubrir nuevas cosas. A mí personalmente, me dio mucho tiempo libre y un lugar enorme para investigar y experimentar cosas nuevas. En parte, fue lo que me llevó a este concurso, en el que probablemente no me hubiese anotado porque era en plena época de parciales”.
Hace unos días, presentó su primera colección inspirada en materiales amigables con el ambiente, una propuesta que se opone a la producción en serie y hace oda al trabajo artesanal. Se trata de un mix de técnicas de estampación que usaba en la facultad, con dibujos de su autoría y materia prima como fieltro hecho a mano, terciopelo de tapicería y bioplásticos hechos de carbón y agar agar.
“Mi intención es brindar una cercanía matérica con la naturaleza y una lejanía estética de la tosquedad natural, desafiando nuestra visión de los materiales posibles para construir prendas especiales para quien las viste y que, a su vez, sean amigables con el planeta”, afirmó.