Fuente: La Nación ~ El anuncio se produjo tras una reunión entre Cafiero y su par Carlos Alberto França en Brasilia; quedaron exentos sectores sensibles, como el automotriz, el textil y el de calzados; Bolsonaro reclamaba una baja mucho mayor
En su primera gira internacional, el canciller de Argentina, Santiago Cafiero, dio un paso importante para destrabar la relación con Brasil y despejar los fantasmas de implosión en el bloque Mercosur. Junto a su par brasileño, Carlos Alberto França, alcanzaron en Brasilia un acuerdo para reducir un 10% el Arancel Externo Común (AEC) para la mayor parte de los bienes, demanda que venía siendo levantada con fuerza por la administración de Jair Bolsonaro y que Argentina terminó negociando.
El acuerdo, que será trasladado a Paraguay y Uruguay para una aprobación rápida en el Consejo de Mercado del Mercosur, llegó después de meses de una negociación que se mantuvo en un pantano, rodeada de amenazas de ruptura para el bloque.
“El entendimiento alcanzado contempla las distintas necesidades de los países miembros, demostrando la capacidad del Mercosur para avanzar con vocación hacia la actualización y adaptación de su estructura arancelaria a las condiciones actuales del comercio regional y mundial en forma equilibrada respecto de las capacidades productivas del bloque”, rezó la nota oficial publicada por ambas cancillerías luego de la reunión de cancilleres.
El canciller brasileño agasajó a Cafiero con un almuerzo, y luego ambos ministros encabezaron una reunión ampliada en el Palacio de Itamaraty, en la capital brasileña. Acompañaba a Cafiero el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la secretaria de Relaciones Exteriores, Cecilia Todesca; el secretario de Industria, Ariel Schale; y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli. Por el lado brasileño, França estaba flanqueado por Roberto Fendt, secretario especial de Comercio Exterior del ministerio de Economía de Brasil; el secretario de Asuntos Estratégicos, Flavio Viana Rocha; y Pedro Miguel da Costa e Silva, secretario de negociaciones bilaterales y regionales en América de Itamaraty.
La comitiva argentina salió conforme de la reunión, con un cierto sabor a victoria. Por un lado, por haber hecho lo que creen fue un avance contundente para fortalecer la relación con Brasil, vínculo muy dificultoso en el último tiempo. Y además, por haber podido imponer su deseo de dejar afuera de la rebaja del AEC a sectores como el automotriz, textil y calzados, considerados muy vulnerables ante una apertura drástica.
“Era muy público: estaba todo roto (el vínculo). Sacamos adelante un acuerdo beneficioso para los industriales”, se jactó Cafiero, según reconstruyó este diario. El canciller dejó Itamaraty conforme por haber consensuado con los brasileños la exclusión de ciertos sectores, vital según la administración de Alberto Fernández para proteger puestos de trabajo.
Más allá de las diferencias ideológicas entre el presidente argentino y Bolsonaro -quien a menudo señala al país como ejemplo del “colapso” de las políticas de izquierda-, el país venía siendo presionado por Brasil y Uruguay para abrir la unión aduanera del Mercosur y reducir el AEC. La misión de Cafiero era justamente sellar un acuerdo -densamente trabajado estos meses por los equipos técnicos de las cancillerías- y archivar definitivamente las amenazas -al menos retóricas- de ruptura.
El desafío más reciente lo había sido puesto sobre la mesa por el ministro Economía de Brasil, Paulo Guedes, que aseguró que Brasil no estaba dispuesto a aceptar el bloque como herramienta ideológica, invitando a irse a quienes no estuvieran dispuestos acompañar la integración en la economía global. La postura había intranquilizado a la Casa Rosada, aunque sin generar alarmismo.
La visita y el acuerdo para revisar el AEC pudo haber sido un divisor de aguas en la relación entre Argentina y Brasil, coincidían ayer del lado brasileño.
“Fue un encuentro excelente. Sólo tocamos temas positivos, y la nota de las cancillerías es prueba de eso”, dijo a LA NACION un miembro de la comitiva brasileña testigo de la reunión.
Durante los meses que la negociación se mantuvo trabada, diplomáticos argentinos siempre intentaron separar las arremetidas de Guedes -espada más más dura dentro del gobierno de Bolsonaro para liberalizar el bloque- con la de los diplomáticos brasileños, más predispuestos al diálogo.
Guedes había empujado por una revisión más ambiociosa del AEC, originalmente de 50% y luego reformulada a 20% para todos los bienes, la mitad este año y la otra mitad en 2023. El acuerdo significó un revés para el ministro, quien vivió una de sus peores semanas en el gobierno tras quedar bajo la lupa por los Pandora Papers, que revelaron una cuenta offshore a su nombre en Islas Vírgenes Británicas.
Las cancillerías, por último, se comprometieron a trabajar para realizar un foro empresarial del Mercosur y alcanzar acuerdos extra-regionales, otro de los puntos también Uruguay reclama. Además, Cafiero y França acordaron en que Brasil y Argentina sigan explorando proyectos para que el país exporte gas de Vaca Muerta.