Fuente: Iprofesional ~ Las fibras que proceden de variedades del cannabis ganan terreno en la confección de productos textiles y se transforma la industria textil
La marihuana vive hoy uno de sus mejores momentos en términos de negocios legales. No solo ha sido aprobada para usos medicinales y recreativos en un creciente número de países, sino que algunos de sus derivados también empiezan a ganar terreno.
Uno de ellos es el cáñamo, una de las variedades de la planta cannabis de la cual se obtiene una fibra para uso textil. Esta especie, que no tiene propiedades psicoactivas, ha acompañado a la humanidad desde hace miles de años debido a sus calidades para la confección, que muchos consideran mejores que las del algodón.
El regreso del cáñamo
El cáñamo también fue muy usado por la industria naviera en la fabricación de cuerdas, velas y redes de pesca. Pero desde la década de los treinta, cuando inició la prohibición de la marihuana, todas las variedades quedaron vetadas y el cáñamo perdió su lugar, al ser reemplazado por fibras sintéticas (nylon) y algodón.
Ahora, con el nuevo boom del cannabis, está resucitando el cáñamo en la confección. Por años, las prendas hechas a base de esta fibra estuvieron asociadas a los hippies, pero hoy tienen una connotaciones de moda sostenible y de la llamada slow fashion –ropa hecha a la medida y con el objetivo de que dure mucho tiempo–, que se contrapone al fast fashion, la tendencia que le apunta a una renovación constante de las prendas.
Las empresas que impulsan el nuevo negocio
Una de las firmas que está en este negocio es Hemp Textiles, división del holding canadiense Flora Growth Corp, la cual también produce medicamentos, alimentos y cosméticos a base de marihuana. En Colombia tiene cultivos de cannabis medicinal en Santander.
Hemp Textiles arrancó hace seis meses el proceso de confección en Bogotá. Nicolás Vásquez, su gerente, explica que por ahora deben importar las telas de cáñamo, pues en el país aún no se cultiva esa variedad de cannabis. No obstante, ya está en los planes de la firma.
Con las telas empezaron a producir una colección de lo que se conoce como loungewear o ropa para estar en casa, que se puso de moda para el teletrabajo. Su objetivo es exportar a mercados maduros como el estadounidense, cuyos consumidores están dispuestos a pagar por prendas a la medida.
Su marca es Stardog Loungewear. Aunque comenzaron con ventas solo por medio de su página web, vieron la oportunidad de tener locales en Bogotá, aprovechando que había varios vacíos. Hoy están en los centros comerciales Andino y Parque La Colina.
La meta de la empresa es alcanzar ventas por un millón de dólares en el primer año de operación, en tanto que adaptan los cultivos de cáñamo al país para tener la cadena completa. La ventaja es que mientras las ventas de ropa en general caen 50 por ciento en Estados Unidos, su mercado principal (también exportan a Inglaterra y Canadá), las de prendas para estar en casa crecen 25 por ciento.
La ropa de cáñamo no es solo un tema de confeccionistas emergentes; también atrae a las grandes marcas. Se dice que los primeros jeans de Levi’s fueron hechos con cannabis, aunque eso no está comprobado, pero lo que sí es verídico es que en 2020 la multinacional lanzó una línea de prendas con un tejido al que llamó cottonized hemp (cáñamo algodonizado), con el que consigue una suavidad extra.
Asimismo, Nike ha popularizado productos hechos de cáñamo, en su caso tenis, que quedan con absorción y resistencia superior a la del algodón. Giorgio Armani ha alabado la consistencia suave, ligera y flexible del cáñamo, mientras que Ralph Lauren aseguró en entrevistas que «la tela más antigua del mundo es ahora la más moderna». Incluso la cadena sueca H&M sacó este año una colección que usa fibra natural derivada de los restos de la cosecha de cáñamo, señala Semana.
Todo indica que este material volvió para quedarse. Y Colombia espera entrar en esta moda.