Elonce TV dialogó con Maximiliano Santos, diseñador de indumentaria y textil, integrante del Instituto Pro Moda, quien señaló que el hecho que se no se respeten los talles es algo grave y mencionó que muchas marcas no fabrican talles grandes para ahorrar tela.
«La problemática que existe en Argentina respecto a la ley de talles es que no hemos hecho nuestra propia tabla de talles. Otros países, como Estados Unidos o Francia, sí lo tienen. Nosotros tomamos las tablas que pertenecen a otros países y eso causa la gran problemática que las fisonomías, por una cuestión de etnia, van variando a pesar de la globalización que hay», dijo.
Con respecto al cuerpo femenino, Santos mencionó que «unas de las problemáticas que es muy habitual, es que casi en un 90 por ciento no condice con el paradigma de 90 – 60 – 90, que pertenece a la década del 50 y la mujer de post guerra que utilizaba corset para la vida cotidiana. Esto es algo que ya no corresponde a nuestra época, pero sigue siendo este «canon» de belleza respecto de la mujer«.
«Cuando la mujer va a comprar un traje de baño o ropa interior, no tiene relación el contorno del busto con el de la cadera. Si bien hay mujeres que lo pueden tener, no son la mayoría como en algún momento se tomó, sino que son minoría», reafirmó.
En tal sentido, Santos manifestó que al no respetarse la curva de talles, «podés encontrar que determinada marca tiene la libertad de poner en la etiqueta un talle L que en realidad no lo es. Y esto es muy grave. Si una persona mayor, que está bien parada en la vida, tiene que comprar un talle más grande, no tiene mucho problema, pero en la adolescencia puede desembocar en problemas de trastorno alimenticio«.
Talles chicos para ahorrar tela
En líneas generales, las fábricas trabajan muy poco los talles grandes. «Hay diseñadores independientes que trabaja hasta un triple XL para hombres, lo cual está muy bueno porque independientemente de ser gordo o flaco, el cuerpo va cambiando con el paso del tiempo y sobre todo en los hombres hay una alteración en la caja toráxica y la parte abdominal que es donde se tiene el reservorio de grasa corporal», puntualizó Santos.
Y explicó que «los talles que siempre se esquivan de hacer son los más grandes, por una cuestión de consumo de textil. Siempre se achican los talles por una cuestión de que se sacan más prendas en menos cantidad de tela. Es una cuestión meramente comercial, por eso, en su momento cuando salió la Ley de Talles fue algo muy importante porque es algo que tiene que estar regulado desde el Estado y no dejarlo libremente a una cuestión de consumo y comercio».
Por otra parte, el diseñador textil marcó la diferencia entre el hombre y la mujer a la hora de conseguir talles acordes al cuerpo. «El hombre consume menos ropa que la mujer, la cual está más expuesta a cambios más bruscos en lo que tiene que ver con la moda. Y con esta lógica de no darle al talle la importancia que tiene que tener, sale mucho el Talle Único que también es un problema y es complicado porque no todos los cuerpos son para los mismos textiles o los mismos talles».
Para Santos, el «daño» que se genera con el Talle Único «es muy grande. Tal vez no es tangible ni inmediato, pero se ve, por eso decimos que la ropa tiene que estar pensada no para que la persona entre en la ropa sino que la ropa tiene que quedarle a la persona. Tanto las personas que son excesivamente altas como las chicas de cuerpo tienen problemas para conseguir prendas».
«Es una problemática a resolver», dijo finalmente.
«Un 50 termina siendo un 42»
Yanina Gioria es Licenciada en Nutrición y en su trabajo final de tesis investigó el vínculo de la Ley de Talles con los trastornos alimentarios, «los cuales van en aumento», principalmente en los adolescentes.
Basándose en mediciones de una prenda tan común y simple como un jean, pudo comprobar que las medidas de los talles difícilmente se cumplen: «Un 50 termina siendo un 42», ejemplificó. Mira la nota que brindó al programa Mediodía de Noticias de Elonce TV: