Fuente: BAE ~ En el marco de la reactivación económica y el crecimiento industrial que en varios sectores superó a la prepandemia, esta normativa puede ayudar a empujar esa curva ascentende. Al establecer parámetros el cliente va a saber que talle es y los productores qué medidas emplear en las prendas que fabrican
La normativa 27.521, mejor conocida como Ley de Talles, fue sancionada en 2019 pero recién reglamentada en junio de este año. Esta medida propone la creación de un Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti). ¿Cuál es el vínculo que une al activismo por la ropa inclusiva con el desarrollo de la industria y la forma de consumir?
El Suniti se realiza a través del Estudio Antropométrico Argentino (EAAr), que por primera vez permitirá conocer la morfología de los habitantes del país y así conformar una tabla de talles acorde a esos cuerpos. El EAAr es elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial ( INTI) y estiman que para fin de año podrán difundir los primeros resultados.
La elaboración del Suniti no sólo tiene una móvil cultural de incorporar talles inclusivos donde la ropa sea la que se adapte a los cuerpos y no los cuerpos a la ropa, sino también económico.
Un Sistema Único de talles permitirá redireccionar la demanda hacia lo que se vende y que los productores no acumulen remanente de stock en las prendas. Además, la universalidad facilitará la categorización de las exportaciones.
La impulsora de la ley en 2019 y ahora precandidata para volver a ocupar una banca en el Congreso Marcela Passo propuso que la normativa no sea de caracter punitivo sino que «premie a los comercios que incluyan variedad de talles».
«Tendrían que afectarse medidas de alivio fiscal, oportunidad de créditos, posibilidad de acceder a programas para que incentivando a este tipo de comercios empecemos a cambiar socioculturalmente un esquema en el cual estamos atravesados por estereotipos de cuerpos que no se condicen con la realidad«, enfatizó a BAE Negocios Passo, quien integra la lista del Frente de Todos para diputados nacionales que encabezan Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán.
Una Ley que apunta al desarrollo de la Industria Textil
La ley de Talles propone dar un paso más hacia una mayor inclusión y un cambio cultural. Sin embargo, este no es el único aspecto.
Las cámaras de la industria de la indumentaria apoyaron esta normativa en los debates del Congreso y aseguraron que será beneficiosa para la producción textil porque lo será para los consumidores.
La gerenta de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), Alicia Hernández, señaló a este diario que el nuevo sistema va a “posibilitar que un número de talle sea el mismo en todas las marcas” y que los productores “van a tener que ajustarse a que, cuando a una prenda le ponen talle 48, ese talle tiene un abanico de medidas que tiene que darse en todas las ropas similares”.
“Esto es bueno porque el consumidor sabe cuál es su talle y así salimos de marcar un 50 como 46 como forma de venta para que la mujer se considere más flaca. Uniformar todo eso es bueno para la industria y el consumidor”, especificó Hernández.
En esa línea, subrayó que una de las características positivas de la ley 27.521 es que «no exige” que todas las prendas estén en todos los talles, sino que permite que cada empresa sea “libre de elegir a qué público quiere apuntar” porque es “parte del corazón de cada marca”.
En la industria textil el diseño de la prenda juega un papel fundamental y es parte del mercado que las compañías elijan cuál es el negocio al que quieren dirigirse pero, advirtió Hernández, van a tener que “respetar los valores para cada talle” y no usarlos como forma de marketing.
La gerenta CIAI contó que Sandra Jung, responsable del estudio antropométrico del INTI, le enseñó una curva que muestra como las empresas están “centradas en una parte del mercado y no se desplazan a otro lado donde hay oportunidades de negocios”, ya que si hay una demanda insatisfecha y a sabiendas de la existencia de variedad de talles en un local esto puede atraer a los clientes.
“Nosotros vamos a difundir eso para que los empresarios vean que hay oportunidades de negocios para otras empresas en otros grupos de cuerpos. Creo que si la industria sigue trabajando como está haciendo hasta el momento vamos a tener mucha variedad” reflexionó Hernández.
No obstante aclaró que “en la medida que haya una industria que sea importadora eso va a ser más difícil porque los importadores tratan de traer un talle único si pueden”.
Aquí se presenta un inconveniente, que es la necesidad de incentivo de la industria textil nacional para que la Ley de Talles se cumpla y no sea tan redituable importar prendas que proliferan en los locales como el famoso “talle único”.
Al respecto, Marcela Passo destacó que la finalidad de la normativa no es penalizar a quienes no la cumplan sino brindar incentivos para que cada vez más emprendedores vean redituable incorporar esa variedad de talles y propuso medidas de alivio fiscal, oportunidad de acceso a créditos y programas de financiamiento, sobre todo en las Pymes que “son las que dan trabajo”.
“Las marcas tienen cabeza de empresarios, si hay buenos negocios y consumidores, las empresas lo van a ir haciendo”, aseguró Hernández al tiempo que destacó que si se reactiva la industria textil, esta es generadora de empleo de calidad a través de capacitaciones cortas como en el área de costura, un oficio que escasea.
«Sueño con el día en que fabricar una penda en talle único sea recordado como de otra época«, aseguró Candela Yatche, creadora de la Fundación Bellamente que comenzó con un perfil de instagram que hoy cuenta con más de 200.000 seguidores donde busca promover la aceptación social de la diversidad corporal, sexual y de género.
El sueño de Candela y el de muchos puede volverse realidad con la Ley de Talles pero también con herramientas de apoyo y alivio económico que acompañen la confección de prendas inclusivas y que los importadores no caigan en traer «un solo talle» porque es «más barato».
«Lo que se transmiten con los talles únicos es que es el talle de los cuerpos que son aceptados y lo que sale por fuera son cuerpos que están mal y que deben ser modificados», resaltó Yatche.
De todos modos, según Hernández existe una ancha avenida de grises donde la regulación será un desafío. Para la gerenta de la Cámara de la Indumentaria no hay que dejar de lado la importancia de mercados de ropa muy barata como lo son «la calle Avellaneda» en el barrio de Flores y el Once que representan el 70% de la industria».
«Ahí no va a haber Ley de Talles porque no hay IVA, no hay ingresos brutos. Ahí habrá que buscar con los sindicatos un régimen que vaya trasladando el trabajo informal al trabajo formal«, propuso Hernández y explicó que ese problema es «parte de la crisis del sector producto de la importación, porque cuando hay que competir con un producto barato importado lo que se trata de hacer es que todo cueste lo menos posible«.
Desde el puntó de vista más psicológico, Passo aseveró: «Es un tema complejo que como consumidores también lo tenemos que poner arriba de la mesa porque sucede que nos volvemos pasivos frente a una realidad que la asumimos tal cual es como si no se pudiera modificar» y puntualizó «Vamos a seguir militando hasta que sea re top tener todos los talles en las vidrieras«.
Si creen que una ley de talles que hace 40 años estan estudiando, aumentara las ventas, no conocen nada sobre publico.
Compran por internet a china, Europa, EEUU o Brasil sin problemas, con.media docena de sistemas diferentes..