Fuente: IProfesional ~ La pandemia golpea fuerte a todos los sectores de la economía, con mayor fuerza en aquellos no «esenciales», que ante la dilatación del aislamiento preventivo y obligatorio están haciendo malabares para que sus empresas no se conviertan en otra víctima fatal del coronavirus.
Hay algunas industrias que la pasan peor que otras: según señalan de la plataforma PayU, el sector de indumentaria (que incluye ropa y calzado) mostró en la Argentina una caída de casi 30% respecto al mismo período del año anterior.
El parate puede verse a simple vista en los principales polos textiles de la Ciudad: desde los elegantes shoppings, pasando por las zonas de outlets -que eran ruta obligada de la clase media- hasta la siempre concurrida y popular zona de la avenida Avellaneda o Santa Fe. Las vidrieras, que solían mostrar las últimas colecciones y oportunidades, hace un mes están cubiertas por cortinas metálicas.
Así, las grandes marcas y los comercios ven cómo sus balances se ponen aun más en rojo. «Al ser una actividad considerada no esencial, no hay ventas y esto se extiende a toda la cadena productiva, lo que afecta a talleres, empresas de confección, logística y proveedores de tela», explica a iProUP Alicia Hernández, gerente general de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
Si bien el Gobierno habilitó a este rubro para que pueda empezar a enviar los productos que tiene disponible, el mes perdido no se recupera. Los niveles de comercialización son paupérrimos y el stock de prendas y calzado, impensado.
Hernández detalla que todas las previsiones quedaron alteradas y que las compañías ahora, más que nada, están abocadas a conseguir líneas de financiamiento a cómo dé lugar. Es decir, a través de programas de emergencia, con beneficios para pagar los sueldos, así como créditos para cumplir con sus otros compromisos.
«Hay que empezar a innovar para el verano. La temporada de invierno está perdida y las marcas van a quedarse con un stock altísimo. No podemos pensar de ninguna manera que van a venderse prendas para el frío en agosto», asevera.
Según pudo saber iProUP, varias de las principales etiquetas darán inicio a las liquidaciones de invierno, algo impensado para abril o el arranque de mayo.
Claro que deberán apelar al marketing para evitar esa palabra, ya que
por normativa sólo pueden efectuarse entre el 1° de agosto y el 30 de
septiembre. «Sale», «Off», «Rebajas» y otros conceptos sirven para
sortear esa limitación legal.
Las dos caras del ecommerce
En un escenario más que desolador, las compañías salieron con promociones agresivas para hacer algo de caja. Te puede interesar
«Ya se están efectuando descuentos muy importantes y prolongados en el tiempo, algo que no estaba planificado», explica a iProUP Luciano Margolin, chief development officer de Glamit, una plataforma de gestión de eCommerce específico del sector indumentaria.
En este sentido, la compañía impulsó junto con más de 20 marcas –como Levi’s, Tucci, Wanama, John L. Cook y Kosiuko– la iniciativa Moda desde Casa, para potenciar el canal digital y «surfear» en este difícil momento.
Allí se observan rebajas fuera de lo común, de hasta el 60%, envíos gratuitos a todo el país, cuotas sin interés y liquidación de productos de temporadas anteriores, todo en indumentaria para hombres, mujeres y niños.
Por ejemplo:
– Cardigan Harper de Wanama, para dama: $1.490 contra $4.969 (-70%)
– Cartera UMA bordo de Blaqué: $1.832 versus $3.380 (-45%)
– Campera Jacket Kindly de Sweet para mujer: $2.334 en vez de $3.890 (-40%)
– Zapatillas Fila V94M para caballero: $3.794 contra $5.059 (-25%) Te puede interesar
– Jeans Levi’s 720 para hombre: $3.990 en lugar de $4.980 (-20%)
El foco de «Moda Desde Casa» radica en un servicio que optimiza tiempos y motiva a una planificación de compra. Además, cuenta con una gran variedad de beneficios vigentes hasta el levantamiento del aislamiento, con el objetivo de incentivar el cuidado y seguridad de los consumidores para que se queden en sus casas.
«Hoy más que nunca, las personas están viviendo una transformación profunda en los hábitos de consumo. La cuarentena obliga a comprar online, ya no solo por comodidad o conveniencia sino por necesidad. Desde Glamit creemos que, en este contexto tan desafiante, es vital que las marcas estemos más unidas que nunca y lleguemos con un mismo y claro mensaje a miles de clientes», asegura a iProUP Alan Idesis, CEO de Glamit.
En este sentido, algunas marcas como Zara y Mango están sumando la opción de «aplazar entrega«, como una herramienta para no exponer a los repartidores que siguen trabajando hasta que se levante el aislamiento.
Además, le ofrecen al comprador el beneficio del envío gratuito
de productos según la zona o con algún descuento. Otras tiendas
proponen guardarlo para que sea retirado de algún local, a elección,
cuando el fin del aislamiento así lo permita.
Más allá de que el comercio electrónico aparece como alternativa, desde la CIAI explican que el aislamiento anula por completo la posibilidad de ingresar a las empresas para el armado de potenciales pedidos. A eso hay que sumarle los problemas logísticos que sufren hasta las compañías más grandes, como Mercado Libre.
Sin embargo, no creen que el ecommerce vaya a salvar la temporada,
especialmente por los «grises» que tienen los permisos que entregan las
autoridades para circular. «El Gobierno no nos autoriza a preparar los
envíos. Si bien la distribución se puede realizar, la gente no puede ir a
los depósitos para hacer los armados de los paquetes», explica la
ejecutiva.
Si bien desde la Cámara apoyan el accionar de las autoridades con
respecto a las medidas paliativas, aseguran que muchas firmas entrarán
en procesos preventivos de crisis, lo que pone en riesgo a más de 100.000 empleos.
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«Si el Gobierno no autoriza que las empresas pongan gente a armar los paquetes para entregar, el comercio electrónico no es una alternativa que pueda sostenerse en el tiempo», aclara Hernández, quien agrega que están en contacto con los ministerios de Trabajo y Desarrollo Productivo, y sindicatos para buscar alternativas que reduzcan el impacto en toda la cadena.
¿Y los shoppings?
Uno de los grandes perjudicados por el aislamiento son los shoppings, que permanecen cerrados salvo aquellos que tienen supermercados en sus instalaciones, si bien no permiten el acceso a la zona de comercios.
«El sector se está dedicando a liquidar para pagar sueldos. La cuarentena terminó terminó de darle un golpe fatal a las empresas, que encima arrastraban un rojo de meses», remarca una fuente de peso en la industria.
En efecto, los centros de compras registraron un retroceso de 7% en su facturación según el INDEC, golpeando fuertemente al rubro indumentaria, que concentra 45% de las ventas en estos establecimientos. No sólo eso: los ingresos correspondientes a los locales de moda ni siquiera pudieron acompañar a la inflación anual acumulada, quedando 11 puntos por debajo.
Mientras preparan un protocolo para cuando puedan volver a abrir sus puertas, que incluye un distanciamiento de 16 metros cuadrados por persona y puestos para medir la temperatura de los clientes, los shoppings han ofrecido sus páginas web para publicar cupones de descuento «digitales» y así acompañar a las firmas de indumentaria.
De esta forma, el Grupo IRSA -propietario de los centros comerciales Abasto, Alto Palermo, Los Arcos y Dot, entre otros- lanzó durante la última semana de la cuarentena «administrada» fuertes rebajas online, a las que se acceden con el código de descuento «shopping», que debe ingresarse antes de abonar en las plataformas de ecommerce de las marcas de indumentaria adheridas.
El que aceleró su migración a lo digital es el Shopping de San Justo:
planificaba su lanzamiento cerca de fin de este año, pero con el inicio
de la cuarentena tuvo que apurar sus planes para convertirse en el
primer shopping online de la Argentina.
«La idea era llevar el establecimiento offline al ámbito digital para darle un valor diferencial, en el que ambas experiencias se potencien entre sí», explica a iProUP Julieta Naldi, líder de operaciones y tiendas marketplace del establecimiento. Con un trabajo contrarreloj a sus espaldas, la plataforma permite adquirir de forma online productos que se venden en los locales a los vecinos que residan en zonas aledañas al shopping.
Para despachar los pedidos, algunas firmas ya tienen los permisos correspondientes,
mientras que otras brindan la opción de retirarlo una vez que termine
la cuarentena. Así, las empresas de indumentaria, sin importar su
tamaño, comenzaron el camino que ya arrancaron otros sectores para la venta online, mientras esperan la luz verde del Gobierno para tratar de reactivar su actividad.
«En los últimos días experimentamos una sorpresiva explosión digital a nivel global, impensada hace un mes atrás. Este proceso hubiera llevado quizás más de cinco años, y no tiene nada que ver con la adaptación o madurez del consumidor omnicanal y las nuevas formas de consumir, sino que es empujado por un escenario inusual«, dice a iProUP Marcos Pueyrredon, presidente del Ecommerce Institute.
Y agrega: «Ya no volverán a ser las mismas porque esta adaptación no sólo implica cambios, sino una resiliencia sin igual. El impacto en el negocio offline fue ‘cuasi apocalíptico’’».
«Hablar de cómo lo están haciendo Mercado Libre o Amazon sería un dato interesante. Sin embargo, lo realmente destacado es ver cómo lo están haciendo los retailers y marcas
que se encontraron sin brújula o a mitad de camino, en cuanto
comenzaron a tomarse las primeras medidas preventivas por la pandemia»,
destaca.
En definitiva, Pueyrredón asegura que esta situación actual es un «acelerador de la transformación digital», con una exponencial curva de virtualización y necesidad de aprendizaje en todas las dimensiones de la vida y el trabajo de las personas. Y cierra: «Los negocios no van a estar cerrados para siempre, pero nos encontraremos con un nuevo consumidor y con hábitos diferentes«.
La opción online no sirve para los comercios de
Barrios. No cuentan con infraestructura para tener una página web. Pero tienen también que pagar alquiler, sueldos, impuestos, etc. Y en general es el único ingreso familiar. Tendrían que permitir que
Abrieran en un horario reducido y con el protocolo para los cuidados de higiene necesarios