Las fábricas sortearon la segunda ola y sostienen la actividad

Fuente: BAE Negocios ~ La industria logró sortear lo peor de la segunda ola sin caer en términos de actividad productiva. Al 16 de junio, en ningún momento los niveles dejaron de crecer al comparar contra los mismos días de 2020. Y tampoco al contrastar con las mismas semanas de 2019. Mayo terminó con una mejora de 2,3% respecto al mismo mes del 2019 y junio oscila entre un crecimiento de 0,6% y 3,8% en la misma comparación. La segunda ola, con todo, generó un estancamiento y se espera que el Indec refleje en mayo una caída respecto a los niveles del abril previo.

Los datos fueron publicados por el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), del Ministerio de Desarrollo Productivo, a través del informe Panorama Productivo correspondiente a junio. El CEP XXI publica todos los meses el IPI-Cammesa, que a través de una reponderación de los números de consumo eléctrico de las fábricas, permite estimar los niveles de actividad del sector. El informe mostró que, si bien la segunda ola tuvo su pico de contagios en la segunda quincena de mayo y en la primera semana de junio, las fábricas sufrieron el impacto más fuerte, en términos sanitarios, durante abril (aunque las medidas más restrictivas fueron en mayo, con impacto previsible en el consumo).

De hecho, en mayo la industria automotriz se recuperó luego de algunas suspensiones de turnos ocurridas durante el mes. Desde CEP XXI destacaron: “En mayo tuvo particularmente buen desempeño la industria automotriz, que se recuperó tras el traspié de abril (cuando hubo paradas de planta y brotes de contagios en algunas de las terminales principales que obligaron a suspender turnos de producción). El consumo de energía desestacionalizado en este sector fue 11,9% superior al del promedio de 2019. El dato es consistente con el hecho de que en mayo se produjeron 34.953 vehículos, lo que constituye la mejor marca desde fines de 2018 (con la excepción de marzo de este año, en que la cifra fue de 43.160 unidades)”.

Y agregaron: “En tanto, las plantas de ramas como metalmecánica, metales básicos, textiles, refinación de petróleo, químicos, bebidas y minerales no metálicos también consumieron más energía en mayo de 2021 que en el promedio de 2019. En contraste, en tabaco, caucho y plástico (que fue la rama con la mayor contracción mensual frente a abril), alimentos y madera y papel, el consumo de energía de mayo de 2021 estuvo por debajo del promedio de 2019”.

Cabe destacar, en ese sentido, que la expectativa oficial es, en cualquier caso, que la actividad haya caído en la medición libre de estacionalidad contra abril. Por eso el informe destacó que la mayoría de las ramas presentaron una leve baja contra el mes previo. El Indec publicará los números el miércoles 7 de julio y, con todo, no se descarta por completo que haya habido una mejora, aunque tal cosa suena contraintuitiva. Lo cierto es que, sea cual sea el signo, lo que dejó la segunda ola fue un estancamiento en el sector, que contrasta frente a la histórica contracción que generó la primera ola.

Y es que, aunque la mayoría de los sectores fueron a la baja, se trató de caídas pequeñas. Y por eso al comparar con los dos años previos, el trágico 2020, pero también el 2019 con el que cerró la gestión Cambiemos, hubo mejoras ininterrumpidas. Nueve de los 13 sectores que mide el CEP XXI mostraron suba frente al promedio del 2019.

La veloz recuperación de la industria

La comparación con mayo del 2020 tiene el defecto de ser contra un mes en el que todavía era incipiente la recuperación luego del abril que había marcado lo más bajo a nivel histórico. Aun así, deja entrever la velocidad con la que se recuperó el sector industrial desde ese piso. En mayo operó 35,4% por encima del mismo mes del año pasado. Y 2,3% por encima de mayo del 2019, aunque tuvo tres días hábiles menos.

Durante la semana pasada, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, había destacado que en el primer cuatrimestre la industria operó 5,1% por encima del mismo período del 2019 y que eso la ponía en los primeros puestos a nivel global (China logró un extraordinario 15% de crecimiento bianual, el resto anduvo por debajo).

El CEP XXI afirmó al respecto: “Son varias las razones posibles detrás de este comportamiento de la industria argentina. En primer lugar, la baja de tasas de interés del BCRA más la mejora del acceso al crédito. En segundo orden, el cambio en la orientación de la política industrial ha incentivado la producción local de bienes -particularmente, finales-. La composición del market share en algunos rubros relevantes de la estructura industrial argentina cambió sensiblemente desde 2019”.

Y agregó: “A modo de ejemplo, en el primer trimestre de 2019 el 20,8% de los autos patentados fueron nacionales; dos años después, esa cifra llegó al 33,3%. En vehículos de transporte y carga, dichas cifras fueron respectivamente de 58,4% y 69,5%. El salto más profundo se dio en maquinaria agrícola, vial e industrial, en donde los productos nacionales pasaron del 40,3% del total patentado al 58,8% en el mismo período. En tercer lugar, es posible que la brecha cambiaria – particularmente en la última parte de 2020- haya incentivado la demanda de bienes durables en ciertos segmentos (como el automotriz, línea blanca, materiales de construcción y también en bienes de capital)”.

Un informe de la UIA publicado durante la semana pasada destacó además que el empleo industrial logró acumular diez meses consecutivos de mejoras, con un incremento de 0,2% en marzo. Así, tal como afirmó el trabajo de la central fabril, se modificó a tendencia de brusca caída que traía el sector desde fines del 2015.

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