Entre la invitación a la conmemoración del Día de la Industria y la no concurrencia del mandatario estuvieron los anuncios de las medidas: el miércoles pasado, el reperfilamiento de la deuda pública -que hizo que se tuviera que paralizar la operatoria de algunos fondos comunes de inversión en los que varias empresas colocan parte del dinero para pagar sueldos- y el control de capitales del domingo, algo que los presentes en el evento juzgaron «inevitable», aunque consideraron que debería haberse hecho antes.
«Sabíamos que todo esto iba a pasar. Nosotros venimos de años de crisis y ahora estamos mejor, pero hay otros sectores que pasaron de la onda verde a la luz amarilla y al rojo de repente», graficó un empresario de la industria textil.
En tanto, un integrante de la UIA que también fue parte de la convocatoria y pidió no ser citado tampoco se mostró sorprendido por el desenlace de los últimos días y dijo que le avisaron al Gobierno que esto iba a pasar. «El control de cambios está bien, pero se tendría que haber puesto hace dos años o antes de las PASO. ¿Cómo no van a tener control de cambios? Es fundamental la restricción externa. En el documento que preparamos para los candidatos el control de cambios está incluido como política industrial, no hay otra manera», afirmó.
El documento al que hizo referencia se llama «Propuestas productivas: una plataforma para generar y exportar valor al mundo», e incluye 35 medidas que fueron revisadas por el comité ejecutivo de la entidad y serán presentadas a todos los candidatos.
En este sentido, en el almuerzo, además de los empresarios y Sica, estuvieron funcionarios del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación y de la provincia de Buenos Aires; el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís; el presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina; el candidato presidencial Roberto Lavagna, y, por el Frente de Todos, Nicolás Trotta, jefe de los equipos técnicos de Alberto Fernández, y los economistas Matías Kulfas y Fernando Peirano.
Otro miembro de la UIA que habló off the record dijo que el Gobierno no tenía más alternativa que establecer un control de cambios, aunque debería haber hecho algo más laxo hace un año. «Ya el año pasado tenías un problema con el dólar, que te lleva a lo de hoy, que es bastante restrictivo. Ahora hay que corregir errores y continuar con esto hasta que se vayan acumulando reservas, para desarmarlo el año que viene. Y si no, será más restrictivo».
Por último, el empresario de la industria del café Martín Cabrales dijo que las medidas eran necesarias, aunque quizá se deberían haber aplicado antes, si bien se contradicen con la ideología del Gobierno. Más allá de esto, señaló que no alcanzan y que el próximo gobierno tendrá que tener políticas proindustria y propymes.
Tanto en su discurso como en un encuentro posterior con periodistas, Acevedo remarcó la necesidad de buscar consensos y se refirió a la naturaleza «política» de los problemas económicos.
«Nuestras propuestas están diseñadas para que sirvan como insumos en la búsqueda y la obtención de los acuerdos básicos que necesita el país. Son consensos que tienen que ser capaces de cruzar barreras partidarias y sectoriales, en pos de objetivos concretos y realizables», afirmó, y agregó que con que los candidatos se comprometan en tres o cuatro puntos el sistema se podría salvar.
«El empresario es optimista, pero no veo un rebote. Sí una serie de medidas que se podrían tomar, aunque para tener la industria de 2012 va a tener que pasar una década creciendo al 3%. Falta que los políticos marquen un rumbo, como lo hicieron en Perú o en Chile», continuó.
Por su parte, Sica admitió que no hay microeconomía saludable con una macro inestable. «Venimos de décadas de manoseo, cuando en el mundo no se discute si el déficit es bueno o malo o si la inflación es K o Pro», aseveró, e insistió en que el Gobierno está centrado en la gestión y no en la campaña presidencial.
«No evaluamos si las medidas tienen costo político porque nosotros tenemos que gobernar. No vamos a rifar la economía», concluyó.