Fuente: Clarín ~ A pesar de la crisis, los desfiles no se detienen. Hay tres semanas de colecciones en Buenos Aires. Apuesta creativa.
Fue un lujo la apertura de Designers Buenos Aires, el lunes pasado. A pleno sol, en la plaza de las Naciones Unidas, junto a la flor Floralis Genérica, con el desfile de Fabián Zitta, un diseñador que impacta permanentemente con sus creaciones y es muy popular desde su partipación en el reality Corte y Confección.
Sastrería e impactantes vestidos de noche, de líneas rectas, texturas caleidoscópicas, recortes estilo origami y volúmenes arquitectónicos, que hacen referencia a los grandes diseñadores de los años 30, espe Noetingercialmente al ilustrador ruso Erté (al que admira) desfilaron con accesorios-joya, pendientes y brazaletes creados por la joyera Isabel Englebert y tocados de Laura Noetinger. Además, volvió a incluir una colección para hombres e innovó con gamuzas y rafias italianas y sus clásicas sedas naturel en amarillo, rosa, fuccia y habano. Una colección sofisticada, rica, a años luz del clima que agobia al país. ¿Crisis? Ninguna arriba de la pasarela. Y tampoco abajo, entre el público, en primera fila. Nadie quería recordar lo que la realidad anuncia minuto a minuto: “La última devaluación terminó por destruir a la industria textil”.
A pesar de la recesión y la caída abrupta del consumo, lo cierto es que la moda continúa a full con dos semanas de colecciones a falta de una, luego de BAFWeek: Designers Buenos Aires y Argentina Fashion Week (ARFW), donde se presentan más de 35 diseñadores y referentes del diseño, como Laurencio Adot, Mariana Dappiano, Pablo Ramírez y Verónica de la Canal, quienes este miércoles cierran los dos ciclos de desfiles, respectivamente.
La creatividad se impone, pese a todo. “Las crisis siempre agudizan nuestro ingenio como creadores. Recurrimos a géneros no tradicionales, desarrollamos nuevas texturas. Las situaciones adversas nos potencian como diseñadores. No hay que olvidar que la pasarela es un show donde presentamos nuestra más pura esencia. Al consumidor la prenda le llega ‘bajada’ a un uso real y posible”, dice Zitta, que sigue apostando a un “futuro mejor” porque de otra manera “resulta imposible seguir”, como asegura a horas de sorprender con su colección.
En esa misma sintonía está Alejandra Gougy, de Cosecha Vintage y presidenta de la Asociación Moda Sostenible Argentina, que el sábado presentó una colección sustentable e inclusiva en ARFW, semana de desfiles agrupados que cuenta con el auspicio de la Fundación Noble. “Con respecto a este momento tan complicado para el país, creo que los que trabajamos en sustentabilidad tenemos una leve ventaja, que es el upcycling: nos permite recuperar diferentes tipos de descartes urbanos e industriales y trabajar con remanentes de telas. Esto hace que los costos sean menores porque no tenemos que comprar materiales, salvo algunos tejidos y detalles más puntuales”, explica.
Muchas de las prendas que elaboran son artesanales, piezas únicas creadas con materiales disponibles. Y esto ayuda, reconoce Gougy. “Como toda crisis, es un momento especial: también es una oportunidad para hacer negocios”, agrega. Alejandra se refiere a la moda sostenible, hoy en pleno auge. “Pone en valor lo que venimos trabajando hace años: el cuidado del medio ambiente, de los recursos, de las personas, de los valores”.
Para la especialista en sustentabilidad, que también brindó una charla sobre Ready to Wear Slow Fashion and Couture en el Hipódromo de Palermo, los momentos críticos ayudan a generar cambios. “Espero que todos estemos a la altura de las circunstancias. Que las marcas y los creativos tomen conciencia de lo que le ocurre al planeta y que no sean sólo acciones de marketing. Hay que transmitir esta nueva forma de entender la moda”, asegura esta pionera del reuso de materiales.
¿Más tendencias, además del reciclado? Blanco como color dominante con toques flúo (como se vio en la presentación de AY Not Dead, en BAFWeek), líneas simples en FP, materiales nobles como algodón y lienzo natural en Mauro Pesoa y mucho batik en el desfile de Kosiuko, que cerró la primera semana de la moda. Mishka apostó a la explosión de color y al espíritu bahiano de los 60 para su colección, a la que bautizó Saudade. Término que apela a la tristeza y la alegría justamente.
“Lamentablemente, vivimos en crisis, con picos de incertidumbre. Es un estrés enorme el trabajo diario y la imposibilidad de planificar en un país con moneda inestable, tasas altas, inflación y cargas impositivas elevadas, donde no hay políticas a largo plazo y la política económica es tan incierta que hace imposible hacer planes. La especulación le gana a las ganas de invertir, generar trabajo y desarrollar una industria o empresa», dice Marcelo Cantón, director creativo de la marca.