Fuente: Clarín ~ Con el avance de la pandemia de coronavirus, diferentes rubros buscan reinventarse para superar la situación. Las bajos ingresos y la poca actividad pone en crisis a muchos sectores, y la moda no es la excepción. Con locales cerrados y desfiles cancelados, a nivel global la industria debe adaptarse y necesita nuevas maneras de subsistir. En ese sentido, el mundo virtual surge como una de las primeras alternativas.
Cada marca enfrenta el mismo desafío: cómo superar las barreras del aislamiento y conectarse con su público. En el contexto actual, los shows de moda o los desfiles, donde los diseñadores presentaban sus trabajos de temporada, parecen cosa del pasado. El distanciamiento representa una nueva dificultad y las plataformas digitales asoman como la mejor herramienta.
Así lo pensó Anifa Mvuemba, la diseñadora y directora creativa de Hanifa, quien decidió presentar su nueva colección, Pink Label Congo, con un desfile virtual 3D. La congolesa, de 29 años, mostró su trabajo a través de Instagram live, donde las prendas «caminaban» por la pasarela.
El show, donde ni siquiera participan modelos reales, atrajo las miradas e incluso fue tendencia en Twitter. «El concepto es interesante, te hace prestar atención sólo en la ropa, que es la idea del desfile. Es provechoso porque, cada vez más, los desfiles se hacen con menos frecuencia y no mucha gente va a verlos, en ese sentido es más económico. Por un lado esta bueno porque se adapta, una persona no puede ir a desfilar y entonces modela la ropa sola. También apunta a una generación acostumbrada a ver todo online«, analiza la novedad Majo Giménez López, directora de la agencia de modelaje Clever Management.
La propuesta abre el juego a una nueva alternativa en un mundo postpandemia. Pero más allá de la innovación, la idea preocupa a los trabajadores del rubro. «Ojalá que no sea habitual hacer presentaciones de esta forma, se pierde el factor emocional. No es lo mismo ver un vestido por pantalla que con tus propios ojos, no transmite lo mismo. Además, perjudicaría a productores, modelos, peluqueros, maquilladores y más», destaca el diseñador Jorge Sandoval, quien trabajó en Valentino, Moschino y Louis Vuitton y hoy tiene su propia marca.