Fuente: La Voz ~ Los usuarios reclaman por diferencias en las medidas de los talles y por falta de variedad. Un sector de comerciantes, marcas y emprendedores incorporaron de forma voluntaria los talles grandes, con buenos resultados.
Córdoba cuenta con una ley de talles, aprobada desde el año 2015, que disponía de 180 días para su implementación. La normativa nunca se aplicó en la provincia y el Gobierno tampoco impulsó su puesta en vigor. Sin embargo, sin verse compelidas, algunas marcas cordobesas tratan de brindar a sus clientes una variedad de talles más amplia.
A nivel nacional, existe la ley de talles 27.521, aprobada desde el año 2019, que tampoco consiguió ser implementada. Entre sus distintas regulaciones, plantea la creación de una tabla de medidas corporales normalizadas. La realidad es que hoy continúan trabajando en su futura reglamentación.
Lo que no consiguen las leyes va ocurriendo, de a poco, por conciencia. La incorporación de talles en Córdoba es una tendencia que crece lentamente, traccionada por las militancias y por la apertura de algunos emprendimientos y marcas: una solución que depende de la voluntad.
Pese a que son una minoría, los locales con talles grandes afirman tener una gran demanda a nivel local y nacional.
Comercios que incluyen a más cuerpos
Tomas & Anouk es una marca cordobesa con más de 10 años de antigüedad que surgió como una necesidad propia. La dueña, después de vivir en el exterior, volvió al país y se encontró con falta de talles y con ropa no acorde a su estética.
Hoy cuenta con más de 10 talles de prendas superiores y con 20 variedades de pantalones, que van del talle 34 al 64, lo más grande que existe en la industria.
Asimismo, en sus redes sociales y tienda web visibilizan cuerpos que salen del estereotipo hegemónico, reivindicando distintas edades, tamaños y géneros.
“No contratamos modelos, preguntamos en redes quiénes quieren participar. Las personas vienen como son, hay quienes deciden no depilarse y está bien. Incorporamos a quien nos falta representar”, explicó Carolina Goldberg, dueña de la marca.
El trato digno hacia sus clientes es uno de los emblemas de todas las marcas inclusivas. Por ejemplo, Tomas & Anouk colocó en su tienda carteles que prohíben los comentarios discriminatorios.
En Córdoba, también es difícil conseguir ropa exclusivamente de talles grandes que estén a la moda. Así surgió la marca Líbano, una tienda de ropa unisex que inició como emprendimiento y hoy vende por menor y por mayor a todo el país.
“Preferimos darle más accesibilidad al talle XL en adelante. Tenemos calidad, precios accesibles y gran amplitud de diseños; hay opciones urbanas, deportivas y de fiesta. Hace cuatro años que venimos comprando prendas en el exterior porque hay más multiplicidad de talles”, indicó Lucas, uno de los socios de Líbano.
Todos los locales coinciden en que la aplicación de una ley de talles nacional los beneficiaría para organizar la marcación de talles. “Se nos complicaba la fabricación, había lugares que no querían hacer nuestros moldes. Tenemos un lío con los talles para los encargos porque hay que asegurar las medidas de cada fábrica”, indicó el dueño de Líbano.
La ropa interior tampoco es la excepción. Florencia y Fernanda son hermanas y las diseñadoras detrás del emprendimiento Euforia Lencería. Desde el primer día pensaron en un producto que abarcara todos los cuerpos.
“Nos definen la diversidad y la actitud, siempre tratamos de empoderar. Nuestra ropa es para todos aquellos que se animen a usarlas. También incluimos artículos para personas trans”, comentaron las diseñadoras.
Al principio hacían ropa a medida. Actualmente, para busto tienen talles que van del 85 al 130, con modelos regulables que se adaptan a un 150. Para partes inferiores, hay talles desde el 85 hasta el 150 de cadera. Además, hacen prueba de talla para asegurar el tamaño y la comodidad de las prendas.
“Hay poca oferta de talles grandes, pero una gran demanda. En nuestras imágenes, encontrás cuerpos gordos para que la gente sepa que hay tamaños y también se sienta identificada”, aclaró Fernanda.
Experiencias de usuarios
Comprar ropa muchas veces se vuelve una actividad estresante, tediosa y hasta traumatizante para quienes no consiguen prendas acordes a sus cuerpos.
Dana reside desde hace más de 10 años en Córdoba. ”Antes no había muchos locales de prendas grandes, la mayoría no eran lindas y tenían precios elevados. Te encontrabas siempre con el talle único. Por necesidad, comencé a hacer mi propia ropa”, expresó.
La indumentaria era un impedimento para su identidad y para el desarrollo de algunas actividades. Confesó que también sufrió malos tratos en locales e insultos en la calle por su físico. Esto lastimó su autoestima y comenzó a ser noctámbula por algunos años. Dejó de frecuentar muchos lugares y sólo iba a la facultad.
Con la popularización del movimiento body positive, comenzó a aceptar su cuerpo. “Actualmente la situación es distinta, ante una discriminación no me quedo callada, y veo a más gente que se indigna cuando ocurre una situación de ese tipo. Hoy la oferta de talles aumentó mucho, pero sigue siendo ínfima”, aclaró Dana.
No es un tema exclusivo de mujeres. También lo sufren algunos varones. “Subí un poco de peso en la pandemia y me impactó la dificultad de encontrar talles. Me topé con medidas que eran más chicas que lo que decía la etiqueta. No tuve malos tratos, pero hay prendas de talle único y es angustiante porque te gustó la remera y no hay para vos. Suelo encontrar más tamaños y calidad en marcas extranjeras”, indicó Matías.
La inclusión, para la mayoría, está presente tanto en la representación de cuerpos diversos de las imágenes de marcas como también en las tallas.
Ley de talles 27.521
La finalidad de la ley nacional es construir un sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria (Suniti) para la fabricación y comercialización de indumentaria a partir de los 12 años. Esto incluye el calzado y los uniformes de trabajo.
Para ello, se realizaron estudios antropométricos en todo el país para conocer las medidas de los diferentes cuerpos de la población Argentina.
En tanto, la normativa establece que cada prenda de comercio o fabricante deberá identificarse con la tabla de talles establecida por el Suniti y estas medidas tendrán que exhibirse de forma visible en un cartel.
Los establecimientos que venden indumentaria deben garantizar un trato digno a sus clientes. En caso contrario, pueden ser denunciados en Defensa del Consumidor. Las sanciones establecidas son apercibimiento, multa o inhabilitación y llegan hasta penas de prisión para los casos de reincidencia y desobediencia a la ley.
¿En qué estado se encuentra hoy la ley? Según información de la organización Anybody, ya se finalizaron los estudios antropométricos y ahora esperan esos datos para ser analizados por expertos. Sobre la base de estos resultados, se realizará la tabla de medidas corporales normalizadas. Por el momento, sólo queda esperar su próxima reglamentación.
¿Cuál es el impacto en la salud mental y física?
Valentina Aquino, psicóloga especialista en autoestima corporal, explicó que en Argentina hay una tendencia a asociar el valor de la persona con lo estético, una cultura que adula la delgadez y que discrimina la diversidad corporal.
Aquino indica que el talle único y los estereotipos de las imágenes que generan las marcas hacen que el diálogo interno con nuestro físico sea cruel. Además, de manera imperativa, crean “cuerpos inalcanzables y deseos de entrar como sea en esas prendas”.
“Estas situaciones pueden generar tristeza y sufrir estados de depresión, de ansiedad y de aislamiento social. La consecuencia más grave son los trastornos de la conducta alimentaria, entre los más comunes están la bulimia, la ortorexia y la anorexia nerviosa. Hay un desorden alimentario que puede traer muchos problemas en la salud integral”, advirtió la psicóloga.
Para afrontar estos trastornos se debe realizar un tratamiento psicológico integral, en los casos más graves, acompañado de médicos clínicos, de nutricionistas y de psiquiatras, aconsejó Aquino.