Fuente: BAE Negocios ~ En un marco de recuperación de la industria en general, prácticamente en todos sus sectores, la cadena textil creció su producción un 48,3% interanual en los primeros cinco meses del año.
«La fortaleza de la cadena textil ha permitido contribuir a hacer frente a las necesidades que impuso la pandemia en un contexto de escasez de recursos mundial. La importancia de contar con una industria nacional ha quedado de manifiesto y su aporte en términos de soberanía creemos que es destacable», destaca la Fundación Pro Tejer, en un documento al que accedió BAE Negocios.
«La cadena agro-textil indumentaria y confecciones continúa recuperándose. En los primeros cinco meses del año, la producción mostró aumentos mayores al 45% interanual creciendo más de 20 puntos porcentuales por encima del promedio de la industria en su conjunto. En rigor, la producción textil creció un 48,3% interanual en enero-mayo 2021, mientras que la de indumentaria alcanzó (una suba) el 58,6%«, especifica el informe.
Este impulso también se ve en los datos de uso de la capacidad instalada. En el primer cuatrimestre, promedió el 49% incrementándose en tres puntos porcentuales sobre el mismo período de 2019 (y nada menos 19 puntos por encima del 2020).
Más inversiones
«Las inversiones en el sector textil se encuentran ampliando capacidad instalada alineadas con las expectativas de recuperación y el desempeño mensual: nuevas plantas productivas, ampliación de las ya existentes, nuevos productos», amplía el texto sectorial.
Estas nuevas inversiones se tradujeron en creación de puestos de trabajo. En efecto, entre febrero 2021 y febrero 2020 se crearon alrededor de 1300 nuevos empleos textiles a nivel federal.
Las ventas de indumentaria, que venían golpeadas tras un año difícil, comenzaron a mostrar signos auspiciosos. Este segmento vinculado al producto final resulta importante para traccionar a toda la cadena de valor.
La caída de ventas en 2020 fue acompañada de una pérdida de empleos en el segmento de la confección. No obstante, las ventas han evolucionado favorablemente en los últimos meses. En el primer cuatrimestre, se calcula que el volumen de ventas de indumentaria en supermercados ha aumentado un 7,5% interanual mientras que, en los shoppings, el incremento alcanzó un 3,5% en términos reales (cabe destacar que los centros de compras estuvieron cerrados en AMBA durante la segunda quincena de abril).
Se estima que, si se logra mantener esta recuperación en el consumo de prendas de vestir, se podrán recuperar y crear más puestos de trabajo en este segmento de la cadena de valor. Mayores ventas de prendas con fabricación nacional implican mayor producción de telas, de avíos, de hilados y de materias primas impulsado la dinámica de un círculo virtuoso en permanente creación empleo genuino.
Otra de las apuestas del sector es mejorar el perfil exportador, y en este sentido, existe un contacto estrecho con la Cancillería, encabezada por Felipe Solá; y con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme. Por ejemplo, en lo referente a material textil relacionado con el combate a la pandemia, se están buscando mercados por todo el mundo y ha habido demanda importante en Latinoamérica, por ejemplo, de barbijos, camisolines, y otros productos conexos.
En los análisis previos, los empresarios textiles prevén una fuerte recuperación para este año en relación con el 2020 e incluso con el 2019, al cual ya se lo superó en niveles de actividad.