Fuente: La Nación ~ La vida, tal cual la estábamos viviendo, quedó en pausa. En pocos días, el trabajo remoto, muchas veces nombrado como la modalidad del futuro, se impuso en el presente. Y aquí estamos, haciendo malabares para trabajar desde casa con más incertidumbres que certezas. La convivencia inesperada de familias enteras 24×7 es uno de los escenarios inesperados de los que empezamos a aprender yun caso es el de la familia Divito. Cecilia (39) es directora de marketing y operaciones de Microsoft y Octavio (43), su marido, es socio en la agencia de viajes Partir Viajes. Juntos son padres de Valentina (8) y Juliana (4) ¨Aunque yo estaba acostumbrada al trabajo remoto, ahora en casa estamos los cuatro y cada uno con sus necesidades. Las nenas demandan mirada y atención, Octavio trabaja con cientos de cancelaciones y ayudando a sus clientes a volver y yo tratando de comunicar este escenario de manera adecuada al público interno y a clientes. El primer día fue el caos y ahora estamos tratando de ayudarnos entre todos¨, comparte. Cuando uno de la pareja tiene una reunión, dice, acuerda con el otro para que no agende nada urgente y se pueda encargar de las chicas.
Un podcast para aprender más sobre el trabajo a distancia
Los acuerdos en casa y con los que están del otro lado de la pantalla son fundamentales. ¿Qué tipo de acuerdos? Todos los que la empresa y la familia necesiten: qué herramienta usaremos para comunicar cada cosa, qué se espera de mí o de vos en esta semana, qué es una urgencia, cómo será la ¨etiqueta¨ de las reuniones remotas, horarios, formas, rutinas, etcétera.
Irene Brandt (35) es diseñadora de indumentaria, para la marca Fini Braun. Con el local cerrado, Irene está diseñando la temporada de verano desde su casa, En pareja con James desde hace 13 años, son padres de Julia (4) y Tobías (1 año y medio) ¨El finde le pusimos mucha onda y cocinamos de todo, llenamos el freezer de comida casera y con eso no tenemos que cocinar al mediodía, solo a la noche. Pedimos a los lugares del barrio y gracias a eso no tenemos que salir: la verdulería, la carnicería y el súper, todos del barrio, te traen a casa para evitar que la gente se acumule. Hacemos juegos, el jardín nos manda actividades súper lindas. Tratamos de pasarle la mejor energía a los chicos, conectar con el trabajo te ayuda a focalizar en algo, despejarte y volver a eso que hacés todos los días también ayuda¨, dice.
Hay profesionales que están trabajando especialmente para ayudar en esta crisis sanitaria global y están experimentando un pico de demanda, como Adolfo Raso, que es gerente de Planeamiento Comercial de la plataforma de viajes Despegar. ¨Estamos todos en modalidad home office, si bien es una novedad que estemos el 100% así, conocemos este tipo de trabajo. Por tratarse de una crisis que nos afecta en forma directa, estamos especialmente coordinados». La prioridad de su equipo, dice, es poder dar soporte de urgencia a los clientes, acompañarlos y darles soluciones rápidas.¨Fue algo sorpresivo por la intensidad con que se produjo, pero al trabajar con metodologías ágiles estamos acostumbrados a formar células multidisciplinarias, en contacto con personas de distintos puntos de la región¨, cuenta.
Filosofía del trabajo remoto
Ezequiel Kahan, fundador y director de la consultora en agilidad e innovación Knowment, también marca a la agilidad, entendida como la capacidad de trabajar adaptándonos a los contextos, como una gran aliada para pensar el trabajo remoto. ¨Una filosofía del trabajo remoto es una forma distinta de pensar al trabajo, donde vamos a tener que reformular muchas de nuestras estrategias habituales para poder ser efectivos en un contexto diferente al tradicional. Como se reducen muchos de los mecanismos de control a los que estamos habituados, debemos alimentar mucho más la autonomía. Y esto genera una gran responsabilidad, trabajar remoto nos hace ser más generativos de valor¨, opina.
Matías Woloski, CEO y fundador de Auth0, tiene una empresa con 660 empleados en 35 países. Asegura que tienen un ADN de trabajo remoto y comparte tips para lograrlo. ¨La mayoría de las comunicaciones tienen que pasar a ser asincrónicas y escritas, hay que fomentar las comunidades y encuentros virtuales para que la gente se conozca y sienta la pertenencia¨, recomienda. En este sentido, es deseable fomentar conversaciones «de pasillo» también en el mundo virtual. Una video llamada con personas sobre temas ¨no laborables¨es una opción. Puede ser para compartir preocupaciones, para charlar de algo divertido o con una consigna preparada para que el intercambio evite el sentimiento de aislamiento. Por otra parte, como se reducen los mecanismos de control, tendremos que ejercitar la autonomía con foco en entregar valor, más allá de la tarea. En el trabajo remoto los objetivos y metas a alcanzar deben ser muy claros y acordados (escritos y retrasmitidos de manera periódica). Si algo no sale, no intentar excusas, sino mostrar el aprendizaje de lo que no salió y esto aumentará la confianza. ¨Estamos acostumbrados a eso de que la confianza hay que ganársela, pues hoy toca apostar primero a la confianza, si las personas sienten esa autonomía van a comprometerse¨, resume Kahan.
Equipamiento en casa
Para estas primeras semanas la premisa de que menos es más puede dar calma. No hacen falta supercomputadoras, cámaras 360 ni sillones ergonométricos, en el mediano plazo se pueden evaluar diferentes alternativas, luego de entender qué necesidades requiere mi trabajo remoto. Spoiler antes de que les pase: a la linda sensación de ¨soy mi propio jefe en casa¨, le llega muy rápido la de ¨soy mi jefe y mi cadete¨. Los que trabajan de manera freelance o remota lo saben. El foco, la priorización y no procastinar son superpoderes. Vestite y aseate como si fueras a salir a trabajar y el tiempo que te ahorrás de viaje no se lo des a la televisión, sino a aumentar un poco las horas de sueño, otro aliado de la productividad.
Los hábitos y las rutinas son las columnas que sostienen al trabajo en casa. Es deseable seguir un calendario de eventos a cumplir que estén balanceados entre vida laboral y personal. No es casualidad que la palabra ¨home¨ venga antes que ¨office¨, esto implica adaptar un lugar donde se vive, o convive, a momentos de trabajo. El descanso, la alimentación, el ejercicio físico, el ocio y el foco laboral deberían tener su momento. La que estamos viviendo no es una experiencia de trabajo remoto común. Tiene un contexto particular que no permite medir o comparar lo que podíamos hacer en la oficina la semana pasada con lo que podemos hacer hoy desde casa. La ansiedad, preocupación, la necesidad de adquirir nuevos conocimentos y hábitos están presentes y van a tener un impacto en nuestra productividad. Que no sea un tabú es muy saludable, poder expresarlo y darle espacio a las personas que trabajan o viven con nosotros para poder empatizar, generando espacios de puesta en común y moderando la expectativas sobre el avance de nuestros antiguos planes en las próximas semanas. Serán semanas de aprendizaje, pruebas y nuevos contratos hacia nuevas rutinas. Acuerdos y tolerancia, las mejores herramientas para aprovechar este periodo de trabajo desde casa.