Fuente: Cronista ~ La marca Champion encontró su nicho en la indumentaria universitaria y volvió cool una prenda utilizada por los obreros en los galpones.
La prenda, en sí, no era una novedad. En la Edad Media se usaban túnicas similares y los obreros estadounidenses las llevaban puestas para protegerse del frío en los galpones. Los buzos con capucha llevaban bastante tiempo en el mercado, pero la familia Feinbloom los transformó en una prenda cool. Con su marca, Champion, se convirtieron en ícono del negocio de indumentaria deportiva e incluso vistieron al Dream Team de Michael Jordan. Hoy, la etiqueta estadounidense busca recuperar terreno de la mano de la moda vintage.
En 1919 Simon Feinbloom creó Knickerbocker Knitting Mills en Rochester, Nueva York. Su idea era crear un negocio de indumentaria tejida para el segmento deportivo. Tres años después, sus hijos, William y Abraham, heredaron el negocio y lo renombraron Champion Knitwear Mills.
La compañía empezó elaborando suéteres y uno de sus primeros grandes clientes fue la Academia Militar Wentworth, que necesitaba prendas para el uniforme de sus cadetes. Luego pasaron a elaborar indumentaria para su equipo de gimnasia. Los Feinbloom detectaron un potencial negocio en las universidades y decidieron apuntar ahí para crecer.
El buzo con capucha como prenda cool
Ellos no trabajaban con las tiendas minoristas, sino que hablaban directamente con los atletas y entrenadores para saber qué necesitaban. Así fue que William desarrolló una técnica de flocado que les permitió incorporar los escudos universitarios a las prendas. De esta manera, lograron escalar su producción y firmaron un contrato con la Universidad de Michigan en 1934.
Champion se volvió la marca oficial de la indumentaria universitaria. En ese momento también lanzaron los primeros buzos con capucha. Estos habían sido diseñados para que los atletas los utilizaran durante el calentamiento previo, en las prácticas o durante los partidos.
Pero había un problema. Los buzos se utilizaban con frecuencia y se achicaban después de un par de lavados. Entonces la compañía desarrolló una técnica de tejido que resistía el encogimiento vertical de las prendas. En 1938 solicitaron la patente para su buzo Reverse Weave y recién la consiguieron en 1952.
La marca del Dream Team
Más allá de los uniformes universitarios y escolares, a mediados de los 60 Champion desarrolló una camiseta de malla de nailon pensada para que los jugadores de fútbol americano no sufrieran agotamiento por calor. Y más tarde lo expandieron al básquet. Para esa época, desde 1956, la marca ya había presentado su ahora conocido logo de la C.
En los 80 la etiqueta se volvió cool entre las celebridades y los músicos, en particular en la ciudad de Nueva York. Su historia llamó la atención del gigante de consumo masivo Sara Lee Corporation, que había puesto un pie en la industria de la indumentaria tejida con la marca Hanes. La firma desembolsó u$s 320 millones y se quedó con Champion en 1989.
La marca se volvió proveedora oficial de los uniformes de la NBA en los 90. A su vez, fue la encargada de vestir a la selección estadounidense de básquet en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. En aquel equipo, por primera vez, se reunían las figuras de la liga. Michael Jordan, «Magic» Johnson, y Larry Bird fueron solo algunos de los integrantes del llamado Dream Team.
Renacimiento vintage
No obstante, con el crecimiento de otras grandes empresas de indumentaria deportiva, como Nike y Adidas, Champion quedó relegada. En 2006 Sara Lee separó su negocio de indumentaria bajo el nombre Hanesbrands. Y la marca de la C se transformó en la segunda etiqueta en ventas dentro de la nueva compañía.
En los últimos años, Champion recuperó terreno a través de las cocreaciones. Lanzó cápsulas con Super Mario Bros., la serie Stranger Things, la banda Beastie Boys y Harley Davidson. En tanto, se volvió tendencia entre los influencers dentro de la ropa vintage.
Hanesbrands facturó u$s 6233 millones en 2022 y desde la empresa proyectan que Champion alcance los u$s 3200 millones en ventas el próximo año. Para lograr este objetivo, recuperó algunos negocios que no manejaba. Por caso, en 2016 desembolsó 200 millones de euros para quedarse con Champion Europe y en junio de 2022 pagó u$s 103 millones para manejar la línea de calzado Champion en los Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá.