Fuente: La Nación ~ «Que se vea simple», ese fue el propósito de la diseñadora Juliana García Bello al desarrollar Herencia; la colección que la consagra como una de las 10 finalistas del premio Redress Design Award 2020. Elegida entre participantes de 46 regiones de todo el mundo, ya es una de los cinco mejores para la categoría de vestimenta de mujer que será definida en septiembre.
El concurso, creado hace una década por la ONG Redress con sede en Hong Kong, pone el foco en reducir los desperdicios a través de la capacidad de los diseñadores para desarrollar prendas utilizando el concepto del «desperdicio cero», o zero waste, e impulsando la moda circular. Esto es sumamente relevante si se tiene en cuenta que -según los datos difundidos por esta organización- al año se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles con una estimación que podría llegar a 148 millones hacia el 2030. Es decir: 175 kg pér capita en todo el planeta.
LA PRIMERA EN LLEGAR
García Bello, graduada en la Universidad de Buenos Aires, es la primera argentina y latinoamericana, en ser seleccionada por este certamen que requiere trabajar de acuerdo a la reconstrucción de la vestimenta considerando, además, todo el transcurso de la cadena productiva y también a los consumidores. «Fueron muy exigentes con el proceso que hay detrás del proyecto, y creo que la viabilidad del mismo fue lo más importante», explica desde Holanda a donde se radicó recientemente. ¿Expectativas? «Me interesa que mi colección pueda crecer, que otros la puedan llevar a cabo para generar conciencia y no tanto misticismo que hace que las personas crean que hacer ropa de esta manera es algo complejo sino todo lo contrario», analiza.
En el caso de convertirse en la ganadora, tendrá la posibilidad de desarrollar una cápsula de 10 piezas para la firma The R Collective, con filiales en Londres y Hong Kong, además de una mentoría con Orsola de Castro; fundadora del movimiento Fashion Revolution y experta en moda sostenible. Esto revela cómo es que Redress además de hacer hincapié en la producción y el consumo, también hace lo propio en la formación de los diseñadores. A eso se suma la puesta en escena que trae aparejada haber alcanzado esta etapa del concurso y la consecuente visibilidad en medios de comunicación en todas las latitudes.
LA COLECCIÓN
Herencia está vinculada a Esencia, la otra colección desarrollada por García Bello este año. «Me gusta jugar con esas dos palabras y encontrar quiénes somos y de dónde venimos», dice la diseñadora oriunda de Tierra del Fuego, quien continúa trabajando la filosofía de su marca homónima en base a sus orígenes. Además, si bien ya en oportunidades anteriores apeló a la técnica del upcycling (hacer nuevas prendas a partir de otros productos ya existentes), la novedad es que, ahora, trabajó íntegramente a partir de artículos donados por sus nuevos vecinos de la ciudad de Arnhem. Los convocó a través de cartelería en la vía pública, la página web de esa zona y también por el boca a boca. Trabajó con pantalones en denim, camisas de algodón y otros productos textiles, como manteles, que esas personas tenían en desuso en sus casas.
Así es que, la colección hace referencia al hogar en dos sentidos: la procedencia de los materiales por un lado y el uso de las prendas, por el otro. «Es ropa para estar en casa resignificando la idea del home office, pienso en que sea cómoda y en el prêt-à-porter para las nuevas formas de trabajo, con eso tienen que ver las tipologías que construyo», comenta. Y esto último representa además, un paso adelante en una tendencia que parece consolidarse con la llegada del coronavirus y la consecuente vida puertas adentro. En este contexto, ¿cómo cree que será la moda de ahora en más? «Es hora de pensar en las formas en las que producimos, consumimos y nos relacionamos, ese es el lugar de reflexión que guarda esta cuarentena», sintetiza García Bello