Fuente: Diario Norte ~ Un reciente informe elaborado por la fundación Pro Tejer con datos de la cadena de valor textil y confecciones pone de relieve el delicado momento que atraviesa el sector. Según las cifras que publica la entidad que preside el empresario Yeal Kim, la actividad de todos los rubros que forman parte de la producción de textiles y de prendas de vestir reflejó una caída acumulada de 13,2 por ciento en marzo respecto del mismo mes del año pasado.
El documento publicado por Pro Tejer advierte, además, que también se redujo la fabricación de prendas de vestir, con un desplome de 14,3 por ciento respecto a marzo del año pasado. Para los autores del informe, el deterioro que golpea a esta actividad productiva se explica por la menor demanda interna de indumentaria en general, ropa de trabajo, ropa interior, medias, suéteres y otros artículos de punto que se advierte en prácticamente todos los puntos de venta del país. Un dato que debe preocupar a los chaqueños, por el efecto que tiene sobre su cultivo emblema, es el que advierte que la producción de hilados de algodón presentó una caída de 24,7 por ciento en el período analizado. Por otra parte, el mismo informe revela que la fabricación de otros productos textiles redujo un 19,9 por ciento su actividad en los primeros tres meses respecto del mismo período del año anterior y la elaboración de tejidos y acabado de productos textiles registró una baja de 14,5 por ciento para el mismo período tomado para la comparación.
La cadena textil, lamentablemente, no es la única que padece los efectos de las duras y contraproducentes medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional. Empresarios de todo el país agrupados en la asociación Industriales Pymes Argentinos (IPA) advirtieron esta semana que la decisión de la Casa Rosada de rebajar a cero la tasa de importaciones de bienes de capital nuevo y usados no será gratuita: afectará a, por lo menos, 500 pequeñas y medianas empresas proveedoras de la industria de los hidrocarburos y pondrá en peligro a más de 10.000 puestos de trabajo, en un momento en que la recesión golpea con dureza a casi todas las actividades productivas. La recuperación de la economía que viene prometiendo desde que asumió la administración Macri es sólo una promesa. Según el Indec, la actividad económica se derrumbó 6,8 por ciento en marzo en forma interanual, acumuló su undécima caída mensual consecutiva y cerró el primer trimestre del año con una contracción del 5,7 por ciento. Las cifras del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) confirman, por otra parte, que en abril se profundizó la caída de la producción de bienes y servicios la intermediación financiera, el comercio minorista y mayorista la industria y la construcción. Pero eso no todo: los servicios del transporte y comunicaciones y la actividad inmobiliaria se contrajeron un 3,6 por ciento. También mostraron bajas los servicios comunitarios con un 1,7 por ciento de contracción, mientras que la actividad en hoteles y restaurantes se redujo un 1,5 por ciento en marzo, y la explotación de minas y canteras descendió un 1,8 por ciento. Cada día que pasa se hace más evidente el fracaso de las políticas nacionales que tienen como común denominador el ajuste permanente. Así lo demuestra la dramática caída de la actividad industrial, el preocupante aumento del desempleo y de los precios, en un complicado escenario en el que suman, además, la pérdida del poder adquisitivo de salarios y el aumento del trabajo informal. En el exterior también se comienza a apreciar las consecuencias de un programa económico que ya había sido ensayado en otros gobiernos y que también arrojaron los mismos resultados. En ese sentido, merece atención el último informe de la situación de la economía global elaborado por expertos de Naciones Unidas que, en el capítulo dedicado a Argentina observa que “el déficit fiscal y de cuenta corriente, combinados con la falta de capacidad del Gobierno nacional para domesticar a la inflación motivó un aumento del pesimismo acerca del futuro de la economía”. “Con la economía en recesión junto a severas medidas de austeridad fiscal, el horizonte es altamente incierto‘, agrega el documento del organismo internacional.
Más allá de las diversas interpretaciones que se puedan hacer sobre el fracaso de las políticas económicas, está claro que la administración del presidente Macri no logró lo que había prometido, es decir, bajar la inflación para impulsar el desarrollo, generar empleo y terminar con la pobreza.