Fuente: La Nación ~ Corrían los años 90 cuando en la moda argentina reinaba el minimalismo. En ese entonces, la joven Jazmín Chebar, retornaba a la Argentina después de haber estudiado en Parsons School of Design, escuela inglesa referente del diseño. Ya había trabajado para dos grandes casas de la moda: Valentino y Dora Karan.
Una amiga del colegio le propuso armar una marca con su nombre y eso es lo que hicieron en el 97. «Fue increíble porque al empezar tan jóvenes y sin tener tantas presiones fuimos armando algo que verdaderamente era lo que queríamos, más allá del marketing o de lo que se vendía», cuenta Chebar. «Alquilamos un local en la calle República de la India, frente al zoológico de Buenos Aires. En aquel momento no había una movida de local a la calle. Todas las marcas que a mí me parecían grosas estaban en los shoppings. Y para nosotras, meternos en un shopping era competir con marcas mucho más armadas. Por eso apostamos a competir desde el espíritu y la onda de la marca», continúa.
Somos optimistas en cuanto a que los insumos y componentes importados para la producción ingresaran para asegurar la continuidad de la actividad
«La noche antes de abrir, unas amigas cosían botones, otras barrían, fue un momento muy divertido y genuino», comenta la socia fundadora de la marca. «Hoy después de 24 años seguimos soñando con hacer crecer la marca junto a nuestras clientas, sin perder la identidad y el ADN que nos caracteriza». agrega.
Un antes y un después de 2001
Fue un año de quiebre para Jazmín Chebar, ya que encontró a su alma gemela en materia profesional: Claudio Drescher (actualmente director estratégico de la empresa) un especialista en materia comercial en el mundo de la moda con quien constituye desde entonces la sociedad con dos socios más.
Drescher entrenó su habilidad fundando y dirigiendo el marketing de Caro Cuore durante diecisiete años y comandando Vitamina durante otros seis años (allí se conocieron). En la diseñadora y su marca encontró el potencial necesario para convertirla en sinónimo de lujo en Argentina y en otros países.
Nuestras colecciones tienen humor, calidad y diseño
«Nuestras colecciones tienen humor, calidad y diseño. Cada una tiene por lo menos un año y medio de producción y cada prenda es una colección en sí misma. Trabajamos en la forrería, los botones, las estampas y todos los detalles. Todo está especialmente diseñado, es ahí donde nos distinguimos.» enfatiza.
El camino hacia la internacionalización
Desde su nacimiento la empresa puso el eje en las exportaciones y en desarrollar la primer marca de lujo de Latinoamérica.
Iniciando su plan de internacionalización, contó en 1999 con la apertura de su primer establecimiento en Uruguay, luego de unos años ingresó en los Estados Unidos con la puesta en marcha a través de su plataforma de e-commerce. La plataforma distribuye allí ropa y complementos de la compañía, con entrega a cualquier ciudad del país. Hoy la marca desarrolla su expansión también en España, Uruguay, Perú, Paraguay y da los primeros pasos para desembarcar con sus locales en China.
Actualmente, Jazmín Chebar cuenta con una red comercial de 17 tiendas propias en su mercado local, sumado a otros sesenta puntos de venta en locales multimarca del país.
En la Argentina se acaba de inaugurar la primer tienda digital de Latinoamérica en Palermo Viejo CABA, además de nuevas aperturas en Córdoba y Rosario y en el exterior en Santiago de Chile.
Durante el 2020 y a pesar de la pandemia se incorporo nuevo personal y comenzó una fuerte inversión en tecnología productiva.
Las exportaciones son el principal objetivo de la compañía. Hoy representan el 20 % de la producción, y en los próximos 3 años pronostican llegar al 30 %.
El desarrollo de sus colecciones parte de contar con las mejores materias primas, un solido equipo de diseño y de ingeniería de producto, además de una completa digitalización de sus molderias y procesos. «El concepto de lo exclusivo y original es lo que prevalece, pocas unidades por cada diseño para que cada prenda sea única», explica Chebar.
La empresa emplea a más de 400 personas en forma directa, con diferentes niveles de especialización. «Somos optimistas en cuanto a que los insumos y componentes importados para la producción ingresaran para asegurar la continuidad de la actividad», agrega.
«La industria de la moda en la Argentina proporciona un millón de puestos de trabajo y es una gran oportunidad para el desarrollo de la industria en general», finaliza.