Fuente: Cronista ~ Un relevamiento de la Fundación Protejer asegura que el año presenta buenas perspectivas en cuanto a ventas, exportaciones, empleo e inversiones, la incertidumbre macroeconómica y problemas para importar son nubarrones en el horizonte.
Lejos quedaron aquellos tiempos en los que la industria textil registraba las mayores caídas a nivel de producción en el entramado industrial argentino. El escenario cambió a lo largo de 2021 y las perspectivas para 2022 pintan un panorama alentador para el sector, aunque no exento de amenazas o desafíos.
Ocho de cada diez empresas estiman que sus ventas crecerán este año, 7 de cada 10 señala que tiene previsto realizar nuevas inversiones y la mitad (5 de cada 10) contratará nuevo personal.
Sin embargo, muchas creen que la pérdida del poder adquisitivo «podría actuar como limitante» para el crecimiento.
Otros obstáculos que afectarán a la actividad y a la rentabilidad que, en suma, es la razón de ser de las empresas, son la incertidumbre macroeconómica, el proceso inflacionario, el aumento de costos de los insumos y las dificultades para acceder a las divisas para importar.
Cuáles son los ejes de la agenda sectorial
Los datos corresponden a una encuesta de la Fundación Protejer, que reúne a la cadena de valor agro, textil y confecciones en el país. Y el dato más saliente es que casi el 80% de los consultados declaró haber tenido «mejores ventas que en 2019», una señal de superación de la crisis económica desatada por la irrupción del Covid-19.
«El crecimiento del consumo interno y la baja en las importaciones fueron las dos razones más relevantes para el aumento de las ventas en 2021», destaca Protejer. Y agrega que pese a ello, «el deterioro del poder adquisitivo es el factor más relevante de impacto negativo en el sector».
Pero las luces amarillas ya aparecen en el horizonte. «Frente a una mayor producción, las empresas de los eslabones iniciales de la cadena prevén una mayor necesidad de aumentar importaciones de insumos no fabricados en el país», indica el relevamiento.
La experiencia de 2021 deja algunas lecciones de cara al futuro cercano. Y es que en un contexto de escasez de reservas en el Banco Central se observó una suba de las importaciones.
Según resultados de la encuesta, seis de cada diez empresas registraron importaciones en 2021 y más de la mitad aumentaron sus volúmenes importados con relación a 2019.
«La mayor parte de las empresas (50%) concentraron sus importaciones en bienes iniciales, sobre los cuales la agregación de valor es mucho mayor» explicó la Fundación Protejer.
Pero un dato preocupante es que «el 45% de la muestra informa que tuvieron dificultades para importar, principalmente obstáculos para acceder al mercado de cambios y girar divisas».
A esto suman este año señales complicadas por la la incertidumbre macroeconómica, presión tributaria y escasez de personal calificado, destacan los empresarios textiles.