El 50% de los comerciantes en la Ciudad de Buenos Aires tienen retrasos en el pago del alquiler. Anticipan que la nueva temporada tendrá poco stock y precios altos por la dificultad de importar materia prima.
Fuente: Ambito ~ La industria textil es otra de las víctimas de la cuarentena por el coronavirus. Con shoppings cerrados hace más de seis meses y una caída en las ventas en agosto del 32%, según el informe de CAME, el futuro aún sigue siendo complejo.
A pesar de que los compradores se volcaron al canal online, la facturación apenas sirve para cancelar algunas deudas que se acumularon y amontonaron de marzo a hoy. De hecho, ya en primavera las marcas continúan liquidando sus productos de invierno y advierten que habrá falta de stock para la temporada de primavera-verano ya que los precios de la materia prima subieron ante la dificultad para importarlos y la variación del dólar.
Carga impositiva
“Los pecios al público de nuestros productos incluyen el 21 % de IVA, el 5% de Ingresos Brutos, el 1,2 % de impuesto al cheque, el 2 % de arancel de tarjeta y el programa Ahora 12 tiene un costo financiero del 9,8%. O sea que sobre un precio tenés al menos un 35% en impuestos”, indicó Claudio Drescher, presidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria. “Si vendieras en un Shopping es otro 23 % de costo de alquiler”, ejemplificó el especialista que aseguró que hoy la industria vive un momento crítico.
Y esta situación ya se refleja en las vidrieras que en primavera continúan liquidando productos de invierno y comienzan a aparecer, con cuenta gotas, los primeros artículos de verano. “Hay mucho producto que no se hizo y esto se debe a que hay faltante de materia prima. Mucho de lo que se quiere comprar no hay. El mercado está muy monopolizado y eso hace que sea muy difícil de conseguir productos. Además en este contexto no están aprobando la entrada de cierta mercadería al país”, explicó Horacio Ernesto Del Burgo, presidente de la Cámara Argentina de Innovación Textil y Afines (CAITA). En resumidas cuentas; “hay faltante de hilo, de tela, de elástico”, ejemplificó el especialista.
Con los días de sol, los compradores se vuelcan hacia la ropa de verano, lo cierto es que el stock de Primavera-Verano es muy reducido y de hecho algunas marcas aún no han presentado su nueva colección. “La cuarentena generó una ruptura del concepto ‘temporada’. Hoy las marcas venden lo que tienen y lo que pueden en este contexto”, describió Del Burgo. “Estamos ante un comprador sin tanta pretensión por la realidad económica que atraviesa el país”, agregó
Desde la Cámara Argentina de la Indumentaria indicaron que este año la liquidación de invierno se extendió hasta tiempo récord; “hay sobrante de ropa de invierno porque tenemos todos los shoppings cerrados, por lo que hay liquidación aún en septiembre, algo atípico para este mes, cuando ya se suele instalar la ropa de primavera-verano”, remarcó Drescher.
Las marcas más pequeñas dependen de sus talleres textiles y lo cierto es que muchos, durante la cuarentena, se desmontaron y otros se volcaron hacia los productos de salud como barbijos y camisolines. “Las empresas que subsistieron son las que se reconvirtieron y empezaron a fabricar otras cosas como camisolines, barbijos. Ahora eso repercute porque hay menos fábrica”, indicó Del Burgo.
Falta de materia prima
Además se mostró preocupado por la falta de materia prima, que se traduce en menos oferta de indumentaria para la temporada Primavera-Verano: “Se protege más al producto terminado que la materia prima entonces corres el riesgo de que entre al país el artículo final”, sentenció Del Burgo. “No hay dudas de que el gran problema es la materia prima que no se consigue. Es muy difícil comprar materiales y aquellos pocos que aún tienen mercadería para vender lo retrasan porque piensan que van a aumentar y especulan con los precios”, finalizó
Mientras desde el sector textil aseguran que el rubro atraviesa una fuerte crisis que generó que casi el 100% de las empresas estén inscriptas en el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), las ventas tanto en el canal online como en físico cayeron, de agosto a agosto, medidas en cantidades, un 32%, según CAME ubicándose como el segundo rubro de mayor caída anual.
Y si bien en general los comerciantes pudieron re-negociar el pago del alquiler de los comercios, según datos del Colegio de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires, el “50% de los alquileres comerciales tienen deuda o retrasos en los pagos”. “Muchos propietarios en los meses que no pudieron abrir no les cobraron el alquiler, otros financiaron las deudas, sin embargo el 50% sigue teniendo dificultades para pagar la renta”, concluyó Marta Liotto vicepresidente del Colegio de Corredores porteño.