Fuente: LM Neuquén – El Cashmere es una fibra altamente valorada que se extrae de las cabras criollas. En la provincia de Neuquén, estos animales se crían en el norte y el noroeste.
Hay alrededor de 700.000 caprinos en Neuquén, y de ellos unos 62.000 son Angora o cruza Angora, desde donde se obtiene el Mohair. El resto de los animales pertenecen casi en su totalidad a la raza Criolla o cruza, de donde se obtiene el Cashmere. A lo largo del tiempo, en Neuquén, se ha estado buscando eficientizar su producción, su valor agregado y comercialización. En este contexto, desde el Estado, se pusieron en marcha programas para mejorar la calidad -a través de protocolos de esquila, acondicionamiento y ventas conjuntas-, para lograr volúmenes atractivos y mejores precios de venta a pequeños productores.
Actualmente, el escenario es incierto, no se sabe si esos programas continuarán. Mientras tanto, algunas organizaciones y productores caprinos del norte ubicados en los departamentos Minas, Chos Malal, Pehuenches, Ñorquín y Loncopué -que concentran la mayor cantidad de caprinos criollos- avanzan en la temporada de cosecha.
Se sabe que la producción de esta temporada sería adquirida por la Cooperativa Campesina de Chos Malal (COCAM). Se trata de una organización conformada por más de 300 productores; todos ellos buscan el bien común mediante diversas prácticas como, por ejemplo, bajar el costo del forraje (con compras colectivas) y el costo de vida (con locales comerciales en los que se proveen de alimentos y distintas producciones).
Es necesario explorar métodos de cosecha sincronizada, uniforme y con bienestar animal.
Peinado y esquilado
Para obtener la fibra, se peina a los animales con un peine especial de dientes largos y curvos (los peines fueron introducidos al país por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Bariloche en el año 2004).
Las cabras se peinan de pie y desde arriba hacia abajo, y esta tarea puede demandar por cabra entre 20 y 45 minutos. Esta fibra, a pesar de brindar escasa producción por animal (100 a 200 gramos) tiene un alto valor comercial y es requerida por la industria textil. El valor comercial de la fibra es optimizado aumentando los rindes, la longitud, disminuyendo su diámetro y/o tratando de obtener una mínima contaminación de las fibras primarias y materiales no deseados.
Con la esquila se cosecha un vellón completo, conteniendo una gran cantidad de pelo y una proporción de Cashmere estimada entre 10 y 45%. Por el clima del norte de la provincia, no es tan recomendable.
En este escenario es necesario explorar métodos de cosecha sincronizada, uniforme y con bienestar animal.
Hay quienes creen que no es rentable, ¿es así?
Hablemos de rentabilidad
Si bien hay quienes consideran que la práctica no es rentable, el Cashmere neuquino demuestra ser una fibra de muy buena calidad, que reúne condiciones para ser un gran recurso de mayor sustentabilidad económica.
También hay quienes consideran que sí es rentable, pero lo que se ha hecho mal es la aplicación de políticas que acompañen, potencien y optimicen los procesos que rodean a este producto.
El Cashmere es una de las fibras especiales más valoradas por sus características textiles. Normalmente, se lo utiliza en hilados de alta calidad, generalmente mezclado con lana u otras fibras.
Acondicionamiento y recolección
Para acondicionar y almacenar la fibra, los vellones se separan por su color (blanco, marrón y gris). Además, presenta como rasgo distintivo vellones de doble capa, externamente gruesa, de largo variable y medulada e interna, fina, suave, no medulada, denominada “down” o “Cashmere”. Cuanto mayor es la longitud de la fibra, se considera de más calidad, más resistente, cálida y ligera.
Hoy en día 1 kilo de Cashmere se comercializa por lo menos U$S 20 y para juntarlo se necesita peinar unas 10 chivas. El kilo de Mohair, por ejemplo, tiene un valor aproximado de U$S 15 y de una sola chiva Angora se puede obtener 1,5-2 kilos de esta fibra.