No nos verán bajar los brazos. Si bien el 2018 fue un año difícil para el sector, y para la Industria a nivel general, nuestra convicción y nuestro trabajo no entienden de crisis.
Estamos listos para subirnos al escenario que nos toque subir. Convencidos fervientemente de que “sin industria, no hay país”, tal como exclamó Carlos Pellegrini.
Y a pesar de que las condiciones no fueron las propicias para seguir creciendo e incluso, la mayoría, se enfrentó a una situación realmente adversa; nos vemos en la obligación de continuar apostando y siendo protagonistas de nuestra historia.
Nos queda mucho por ver, mucho por potenciar y crecer. Nuestro sector es y será protagonista de una de las revoluciones tecnológicas más importantes, como lo es la Revolución 4.0.
Aún nos queda por lo que luchar. Como siempre logramos hacerlo. Por y para nuestros textiles.