FuenDiario Norte – Un decreto nacional publicado esta semana en el Boletín Oficial incluyó al sector textil del sur del país con exenciones impositivas hasta 2028. Advertencia sobre las formas de producción de esas industrias.
«Un régimen nefasto» y «una medida insólita» son definiciones que se oyeron esta semana fronteras adentro del Chaco, en el sector industrial textil de una de las dos principales provincias algodoneras del país. Un sector que en los últimos años ha logrado integrar la cadena productiva, ganando terreno y visibilidad a nivel nacional.
La razón del malestar, y también del asombro, es el decreto 594/2023 del Poder Ejecutivo Nacional publicado el lunes 13 en el Boletín Oficial, que incluyó al sector textil de la provincia de Tierra del Fuego dentro de las exenciones impositivas de las que gozaban otros sectores industriales, con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2028.
Se trata de incentivos fiscales y aduaneros destinados a la industria textil de esa provincia que tienen como premisa –de acuerdo al texto oficial- «garantizar la continuidad de los puestos de trabajo», que suman unos 900 en ese rubro, además de «incrementar la producción local de ciertos insumos agroindustriales de alta demanda interna».
Frente a esa decisión, NORTE consultó a fuentes del sector textil de la provincia, quienes expresaron preocupación, pero además explicaron el sistema de producción de las fábricas localizadas en la provincia sureña.
Así, consideraron que se trata de un «régimen nefasto» al que promociona industrias de distintos rubros en Tierra del Fuego desde la década del ’70, porque genera ganancias artificiales que son subsidiadas por los contribuyentes de todo el país.
¿Agregado de valor?
Las instaladas en esa provincia –según describen referentes industriales de larga trayectoria en el Chaco- son «pseudo-industrias»que ingresan productos semi-terminados desde China con un precio de dumping (por debajo del costo de producción argentino), que luego de un proceso de lavado y secado pero sin ningún valor agregado, se empaca y se ingresa al continente sin pagar ningún impuesto. Entre los productos que elaboran se cuentan, por ejemplo, toallas, sábanas, gabardinas para confección, entre otros.
«Imaginen que el algodón cueste un dólar y estas industrias ingresan tela desde China a U$S 1,20, y encima no pagan IVA, Ganancias ni cargas sociales», dijo a NORTE una fuente del sector.
De las industrias radicadas en Tierra del Fuego, del sector textil, hay dos que son netamente importadoras de telas; mientras que otras, por la integración de plantas de tejido e hilado en distintos puntos del país, producen utilizando algodón de Chaco y Santiago del Estero, que viaja hasta La Rioja o San Juan (zonas en otros tiempos con promociones). Ese modelo de negocios les genera tantas ventajas que hasta pueden ser más competitivas que las chaqueñas, aun pagando fletes para llevar la materia prima a lo largo de 1500 kilómetros.
También desde el sector textil chaqueño se mostraron sorprendidos por el tiempo en que fue publicado el decreto, ya que el ministro de Economía, Sergio Massa, venía prometiendo eliminar el régimen promocional para Tierra del Fuego. Por eso, señalan al fuerte lobby empresarial que una vez más mostró su poder y efectividad para lograr extender estas exenciones a un sector clave dentro del consumo masivo.
A modo de conclusión para dimensionar el impacto en las industrias chaqueñas, puede decirse que la tela –un producto semi-terminado- ingresada al país sin pagar impuestos, compite por la producida por la cadena textil argentina que tributa una incontable cantidad de impuestos. Por eso la afectación directa a toda la cadena de la confección, tejeduría, hilandería y finalmente al productor algodonero, lo que también significa menos empleo argentino.
Progresiva e ínfima reducción de beneficios
Según el decreto, los incentivos promocionales para las industrias que ingresen en este régimen durante el año 2024 serán del 100%, con una reducción progresiva de dicho porcentaje al 97,7% durante el año 2025; al 95,4% durante el año 2026; al 93,1% durante el año 2027 y al 90,8% durante el año 2028.
Según recuerda una publicación del sitio Bichos de Campo, dos años atrás el gobierno argentino extendió hasta el año 2038 un programa que beneficia a unas pocas familias y perjudica a la mayor parte de los argentinos: se trata del régimen de promoción de Tierra del Fuego.
Sin embargo, esa decisión, que benefició a los ensambladores de artículos digitales y electrodomésticos, había dejado afuera a las industrias textiles, cuyos beneficios iban a expirar a fines del presente año. Pero este lunes, por medio del decreto 594/2023, se incluyó finalmente al sector textil con exenciones impositivas que expirarían ahora el 31 de diciembre de 2028.
El puñado de compañías beneficiadas –indica el portal- son Fueguino SA, Australtex SA, Armavir SA, Textil Río Grande SA e Hilandería Fueguina SA, las cuales podrán seguir abonando menos impuestos a cambio de vender sus productos a precios exorbitantes en un mercado «cautivo» ultra protegido.
La medida resulta insólita porque, en condiciones normales de mercado, las fábricas textiles estarían en aquellas provincias en las cuales se produce algodón, como es el caso de Chaco o Santiago del Estero (dos de las provincias más pobres de la Argentina).
Desde la década del ’70
El régimen de promoción de Tierra del Fuego –recuerda la publicación de Bichos de Campo- fue creado por la Ley Nº 19.640 del año 1972 con el propósito de subsidiar la radicación de industrias tecnológicas para que las mismas, luego de varias décadas, pudiesen tornarse lo suficientemente competitivas como para no depender de la ayuda estatal. Pero se sigue extendiendo en el tiempo como si se tratase de un derecho adquirido.