Fuente: Aire de Santa Fé ~ La Ley de Talles Nº 12.841 fue promulgada a fines de 2014 en la provincia de Santa Fe, y establece que «las empresas industriales radicadas en el ámbito de la Provincia, cuya actividad sea la fabricación de indumentaria femenina, deberán confeccionar las prendas en todos los talles necesarios para cubrir las medidas antropométricas de la mujer adolescente«. Sin embargo, son muy pocas las marcas y negocios en la ciudad que cumplen la ley. Flor Rico, una diseñadora de indumentaria, se propuso poder responder a esa necesidad de ropa para jóvenes en talles reales y lanzó su propia marca que lleva su nombre.
Empezó estudiando arquitectura y no le gustó, entonces comenzó la carrera de diseño de indumentaria, porque a sus 18 años le era difícil encontrar ropa acorde a su talle. “Me llamaba mucho la atención la ropa, el diseño, dibujar, hacer cosas con las manos. Hice la carrera en Paraná y cuando me recibí decidí largar la marca, empecé haciendo para mí y después para vender”, contó a Aire Digital.
“La idea siempre fue hacer opciones de ropa clásica, básica, pero que tenga detalles románticos, y poder brindar una buena variedad de talles”, explicó. “Si bien quiero ir incorporando talles de a poco, tengo tres que son reales, acordes a la ley que se aprobó pero no se aplica”, agregó.
La joven aseguró que de la ropa que le gustaba en los negocios nunca encontraba talle para ella. Entonces, se propuso poder ofrecerle a alguien con un cuerpo más grande más talles de la misma prenda, «para que no tenga que ir a buscar ropa al mismo lugar que su abuela«.
Otro factor relevante de la marca es que mantiene precios accesibles. “Obvio que hacer un talle más chico consume menos tela, lleva menos tiempo de costura, pero tampoco es una diferencia enorme hacer talles más grandes. Cada modelo tiene el mismo precio, prefiero promediar todo y ser más igualitaria”, explicó Rico.
Arrancó con el emprendimiento en 2013 y tuvo un crecimiento progresivo, que logró fidelizar su público y su clientela. El emprendimiento busca que la mujer se sienta cómoda y linda con una sola prenda, que pueda usar diariamente para ir a trabajar o a la noche para salir, sea del talle que sea.
A nivel personal, considera que para ella “el empredimiento es todo” y confesó: «Cada prenda que hago tiene algo de mí, pienso mucho en el gusto de mis clientas, me hace feliz que ellas sean felices, que amen lo que hago, las reacciones son re amorosas siempre, entonces es aportar un granito de arena a la felicidad de alguien», aseguró
A la hora de crear una la prenda, lo primero que hace es elegir las telas y los colores, y en base a eso diseña. Hay algunos casos particulares en los que primero dibuja el diseño y después busca la tela hasta encontrarla, pero en la mayoría de las ocasiones -y más ahora en pandemia, cuando es más difícil conseguir las telas- los hace espontáneamente. “Elijo una paleta, los textiles que voy a usar, me gustan mucho las telas planas como la fibrana”, explicó.
Un factor distintivo de la marca es que Flor lava la fibrana antes de cortarla. Así, garantiza que la prenda no se achique luego de ser confeccionada. Es un proceso que realiza para que la prenda quede tal cual la vende y es bastante tedioso: «A veces son 15 metros de tela, que los dejo ocho horas en remojo, y después lo cuelgo. Cada vez se hace más difícil porque hago más metros de tela, y la tela mojada pesa una tonelada, además la extiendo en el patio de mi casa», explicó.
En octubre de 2019, Flor inauguró junto a otros cuatro emprendedores un showroom llamado Casa Venus en el sur de la ciudad, y luego invitaron a otros emprendimientos a formar parte. Explicó que «la idea es ayudarnos a crecer entre todos. Buscamos poder instalar un lugar en Santa Fe donde se encuentre el trabajo de varios diseñadores locales y así potenciaron mutuamente».
ME ENCANTARIA VER UNA COLECCION DE TUS PRODUCTOS.