Fuente: Cronista ~ Para los fabricantes de indumentaria la coyuntura económica presenta un combo letal. Suba de costos de producción, insumos que en un año casi duplicaron su valor, fuerte caída de ventas, pérdida de empleos en el sector y menos incentivos a las ventas.
Todo junto, después de un año de restricciones impuestas por la pandemia y a las puertas de la temporada de invierno, que como suele suceder, vendrá con nuevas remarcaciones en todos los eslabones de la cadena de valor.
«En febrero los precios de la ropa subieron 61,2% interanual, empujados por la fuerte suba de 84,2% de los precios de los insumos«, asegura un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), difundido esta tarde.
El documento destaca que el sector «está en crisis», expresada en «caída de ventas y de producción, pérdida de puestos de trabajo y cierre de empresas», que se han transformado en moneda corriente en los últimos años.
Hacia adelante, el panorama luce complejo. «En marzo se espera un aumento (de precios) mensual importante«, pero es por un factor estructural que sucede ese mes, el cambio a la nueva temporada otoño invierno, que «afecta a los precios por el tipo de tejidos utilizados y las características de la ropa de invierno», explica CIAI.
La actividad ya está siendo golpeada pero además, el Gobierno recientemente limitó las compras en el marco del programa Ahora 12, a 3 y 6 cuotas para indumentaria, calzado y marroquinería.
Por eso, desde el sector reclaman medidas de incentivo. «La segunda ola volverá a golpear las ventas, por lo que necesitamos imperiosamente la asistencia del Estado Nacional. Sacar las 12 cuotas sin interés golpea a los consumidores y no controla a los verdaderos formadores de precios», indicó la CIAI en un comunicado.
Y amplió: «En este contexto de caída de ventas y presión de costos, sorprende la decisión oficial de excluir al rubro indumentaria de la opción de 12 meses del programa Ahora 12″.
Desde la industria sostienen, además, que los insumos aumentaron mucho más que los bienes finales, en gran medida por la incidencia del tipo de cambio, pero es un fenómeno similar al que se observa en electrónica (80,6%), autos (77,6%), materiales para la construcción (76,5%), mantenimiento y reparación de la vivienda (69,2%), carne vacuna (59%) y calzado (58%).
«En general se trata de bienes cuyos precios no están regulados (salvo parcialmente la carne), se ven afectados por las subas del dólar y de los precios internacionales y sufrieron dificultades de producción y abastecimiento por la pandemia», precisó.
En el caso de la indumentaria se disparó el precio del algodón, como muchos otros commodities agrícolas, y también el polyester, que es una fibra sintética producida por la industria petroquímica, referenciada en la evolución del tipo de cambio.
En base a un relevamiento propio, en el que se consulta a los socios acerca de los precios efectivamente pagados por diferentes tipos de tela, la CIAI concluyó que entre febrero de 2020 y febrero de 2021 los insumos textiles subieron 84,2%.
Así, la suba de precios de la ropa al consumidor fue de 61%, muy por debajo del aumento de las telas, «lo que indica que tanto el eslabón industrial de confección, como el de comercialización minorista, absorbieron parte de los aumentos de los insumos productivos, resignando margen de rentabilidad«.