De regreso a la Argentina, decidió iniciar su propio emprendimiento: Isla de Lobos, una marca de trajes de baño cuyos materiales provienen aproximadamente en un 60% de redes y botellas de plástico recolectadas de costas y océanos.
«La tela es igual a la de cualquier traje de baño: poliéster o poliamida. No hay una diferencia visual o de tacto. El tema es que el poliéster o poliamida viene de botellas de plástico o redes sacadas del mar», afirmó Curi, de 41 años, en diálogo con LA NACION y dijo que trabaja con proveedores que son líderes mundiales en prácticas sustentables y acatan las más altas normas de control e impacto en el medio ambiente (monitoreando constantemente cada estadío de su producción para reducir al máximo el uso de agua, energía, químicos y basura).
Además, la diseñadora reutiliza cada retazo de tela o muestra de color o las dona a ONGs y organismos de caridad que puedan hacer uso de eso. Y, por último, practica «la ética de diseño»: busca generar prendas que puedan ser re-utilizadas una y otra vez porque las colecciones trascienden temporadas y los nuevos artículos se pueden combinar con otros de años anteriores.
En tanto, consultada acerca de qué la motivó a producir ropa sustentable, Curi dijo que es importante que los diseñadores produzcan sin destruir el planeta. «No tiene futuro seguir haciendo cosas que el mundo no necesita para destruirlo. Es una tristeza. Tiene más sentido hacer algo que no dañe y que sume además. Lo bueno del proyecto es que además de que no generas algo nuevo para hacerlo a la vez limpiamos el mar», consideró.
La base del emprendimiento está en Buenos Aires donde tienen un showroom en el barrio de Palermo y presencia online a través de su ecommerce. Pero la comercialización empezó en José Ignacio, Uruguay, donde los trajes también se venden en tiendas y hoteles.
«El emprendimiento tiene un año, pero esta es la primera colección que lanzamos en Buenos Aires. Estamos muy asombradas por la buena recepción que está teniendo. Sabíamos que iba a ser buena, pero no esperábamos tanta repercusión. Todos los feedbacks son muy positivos», aseguró.
De acuerdo con la web de la firma, una enteriza puede partir de $4300 a $10.200, mientras que un set de corpiño y bombacha va desde $3600 a $13.200.
En cuanto a la facturación con la que espera cerrar este año, Curi dijo que todavía es muy reciente como para tener un estimativo y dijo que, en principio, se centrará en la categoría swimwear aunque no descartó una futura incursión en el rubro de la ropa deportiva.