Fuente: ADN SUR @marcelasaezaltamoda ~ La primera vez que Marcela Saez (48) participó de la Madrid Bridal Week, un evento de alta moda nupcial que se realiza en la capital de España, donde se hacen presentes los principales diseñadores del mundo, Comodoro estaba detonado.
Los efectos de la inundación se hacían notar con toneladas de barro desparramados por diferentes partes de la ciudad y el panorama era desolador, con casas destruidas y mucho por reconstruir. No era un buen momento para brillar. Sin embargo, frente a sus ojos apareció la oportunidad de su vida: presentar su trabajo en una pasarela internacional, frente a los ojos de grandes diseñadores que siempre admiró. Marcela no dudó; fue con su valija y los sueños a cuestas, y brilló.
El próximo 9 de septiembre, Sáez otra vez ella tendrá la oportunidad de presentarse en este megaevento. Esta vez, por la pandemia, será en forma online. Sin embargo, esto es lo de menos para ella.
“Es algo increíble, voy a estar de nuevo”, dice a ADNSUR. “El año pasado no se hizo el evento por la pandemia, y esta vez se hace en forma virtual, online, así que estoy contenta”, admite en una entrevista que se realizó en el atelier que tiene sobre la avenida Polonia.
Marcela no puede olvidar la primera vez que fue, por lo que significó, pero también el contexto es que como dice pasó de una ciudad inundada a estar al lado de quienes admiraba, tal como recuerda. “Estábamos saliendo de la inundación. Comodoro estaba devastado y cuando se habilitaron los vuelos yo me fui con mis dos maletas: quería conocer París, quería conocer Cibeles, y fue cómo vivir un sueño porque me iba de una ciudad devastada a una pasarela internacional. Fue una experiencia enorme, de aprendizaje, sobre todo, porque estás con profesionales que son muy buenos, generosos y eso genera un compromiso con la profesión”, dice con orgullo y humildad.
UNA PASIÓN HEREDADA
La historia de Marcela es rica por donde se la mire. Tenía 38 años cuando se lanzó al mundo de la moda, un lugar donde siempre había estado, pero nunca había visto con ojos de profesional.
Es que desde chica, en Trevelin, un pueblo de la cordillera de Chubut, vivió de cerca lo que es la costura. Allí comenzó ese juego de niña que luego continuó en Rawson, la capital provincial, y Trelew, donde también vivió un tiempo. Incluso fue en esta última ciudad donde inició sus estudios universitarios, cuando la carrera de Comunicación Social daba sus primeros pasos.
En la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNSPSJB), Marcela comenzó a estudiar la tecnicatura, pero luego decidió venir a Comodoro. Era la década del 80, y no veía en la costura “una carrera posible acá en el sur”.
“En esa época el diseño de indumentaria era viajar, estudiar en Buenos Aires y era muy limitado quién podía hacerlo”, admite sin tapujos. “Si estaba el oficio de modista de muchos años, así que lo más cercano a lo que era edición, revistas, venía por el lado de comunicación, que era lo que estaba al alcance, así que opte por comunicación social y la independencia en la que tenés que trabajar para vivir el día, porque cuando me vine fue con esa condición”, recuerda a la distancia.
En su época de estudiante Marcela fue niñera, censista del INDEC y radio operadora.
En total cursó tres años, sin embargo, terminó dejando la carrera, cuando se dio cuenta que no era lo suyo. Así, decidió continuar trabajando, primero en la vieja Casa Tía y luego en una empresa de Telefonía celular.
Fue recién cuando tuvo a su tercer hijo en que se dio cuenta que cada vez era más difícil trabajar en relación de dependencia, entonces decidió emprender, y uniendo hilos terminó volviendo a aquella pasión que tuvo desde chica.
“Sentí que tenía que emprender y esto me había gustado siempre. Mi mamá era modista, y yo creo que a los 8 años ya cosía a máquina; hacía ropa para las muñecas, era como natural todo, era estar al lado de mamá y tejer a telar, a crochet, con aguja. Ella era una mujer empoderada y me crie con todas esas actividades que hoy todavía mis familiares que están en la cordillera lo sostienen”.
Es que Marcela asegura que la actividad la acompañó toda la vida. Entre sus recuerdos, aparece la imagen de sus amigas de adolescencia y esas tardes en que cosía tops para que ellas vistan. También aquellas previas de boliche en que terminaba de diseñarle el look que las acompañaba durante la noche, y por supuesto, aquella vez que con solo 17 años le pagaron por su primer vestido de 15.
Sin embargo, como contó anteriormente nunca vio en la moda una salida profesional, hasta que comenzó a unir hilos, se dio cuenta que en Comodoro había gente, como Marcelo Arbe, que también hacía alta moda, y fue en busca de su camino.
“Era mi destino y no lo sabía, pero implicaba todo el compromiso de poder estudiar y de estar en los atelier. En 2008 empecé a estudiar, empecé a prepararme. La parte del oficio ya la tenía, pero tenía que entender que era la profesión. Yo quería un lugar donde la clienta se sienta la protagonista”, dice.
En 2011 finalmente decidió dar ese paso que le faltaba y tener su propio local habilitado y listo para recibir a sus clientes.
Por ese entonces, Marcela ya trabajaba en su casa con adolescentes que llegaban recomendadas buscando un vestido de egreso o de 15, y decidió meterse de lleno en la actividad, buscando materiales, proveedores y todo el conocimiento que se necesita para emprender.
A la distancia recuerda que en marzo ya tenía la habilitación del local, pero no se animaba a levantar la persiana, hasta que el 16 de julio de 2011, en el cumpleaños de su hija mayor, sus amigas la animaron a que empiece. Así comenzó a explotar su propio negocio, sin saber que iba a crecer tanto.
ANIMARTE A MOSTRARSE
Por ese entonces, Facebook, estaba en crecimiento y muchos comercios se animaban a dar sus primeros pasos en las redes, también Marcela, sin imaginar que ahí iba a la oportunidad de su vida.
“Me acuerdo que mis primeras clientas fueron del barrio: Una nena de 14 años y otra de 17. Yo ya tenía algunos diseños propios y empecé a hacer fotos. Tenía una amiga que sacaba fotos en el jardín. Le dije que tenía ganas de hacer algo y sin darnos cuenta empezamos a hacer producciones. Era mucho disfrute porque era mi amiga, mis clientas y yo sintiéndome diseñadora. Tenía 50 seguidores, y ahí empezó a crecer y una de esas fotos vio la productora de Nubis. Me llegó el mensaje por Facebook y no le creí, me emocioné, pero le conteste recién un par de días después, pensé que era mentira”, confiesa.
En su primera producción eligió a la modelo Ingrid Grudke para hacer su diseño, sería la primera experiencia de muchas, junto a modelos de la talla de Nicole Neumman y Natalie Webber.
De ahí en más fue todo crecimiento para Marcela, que en las últimas ediciones de Nubi pidió hacer las producciones en la Patagonia. Así, con producción local, mostró el Bosque Petrificado, Rada Tilly y Puerto Madryn.
Precisamente una de esas producciones fue lo que la llevó por primera vez a España.
A la distancia, al ser consultada por la razón que la llevó a crecer tanto en la moda, Marcela asegura que fue su búsqueda constante. “En mi caso fue ir aprendiendo y entender que me la tenía que jugar por el diseño de autor, dejar esa impronta de diseñar sureño, de empezar a mostrar lo que era el sur, de empezar a llevar esa creatividad que se va perdiendo porque muchas veces no tenemos lugares de trabajo”.
“Cada oportunidad que he tenido ha sido una búsqueda. La verdad es que yo quería trabajar simplemente y la profesión me ha dado tantas vivencias felices. Me ha sorprendido siempre, pero todo lo vivo como un sueño. Lo bueno que no me tuve que ir a ningún lado, desde Comodoro pude generar esa convocatoria. Muchas veces es difícil estando en Comodoro trascender más allá de la provincia, incluso a nivel nacional, pero yo tuve esas posibilidades con mucha responsabilidad, porque aunque no le pude dedicar el tiempo que he querido, el tiempo que le he dedicado es súper dedicado, apasionado, así que ha rendido”, dice con orgullo.
Marcela sabe que esta exposición es otra nueva gran oportunidad para seguir creciendo. Como será online, toda la producción se realizará en la ciudad, junto a Ideas Gráficas, Laura Salvidia, Eliana. Pero lejos de quedarse con eso, ella quiere por más y enseñar a otros lo que sabe sobre esta actividad de mucha soledad, muchas horas, y mucha dedicación».
«Espero lograrlo y si no, sé que lo estoy intentando”, cerró, esta diseñadora que desde Comodoro pudo llegar a las principales pasarelas del mundo.