Fuente: La Portada ~ Lucía Chain es una de las diseñadoras más vanguardistas de su generación. Usa tintes extraídos de plantas y textiles orgánicos. Cuestiona el sistema de la moda por no ser eco friendl y busca nuevas formas para comunicar de manera amable cómo es posible modificar hábitos indumentarios.
¿Cómo es hacer diseño sustentable en Argentina?
Diseñar de una manera sustentable es primero comprender el contexto en el que uno vive. No existe una definición de lo que es sustentable, se construye de acuerdo al contexto en el que crea y vende el producto. Eso significa tener bien presente nuestras raíces y entender cómo son nuestros modos de producción que difieren un montón con respecto a otros sitios, conocer quiénes pueden ser nuestros proveedores dentro del país. Es un desafío porque no hay información, entonces los diseñadores debemos investigar constantemente sobre nuestras materias primas.
¿Cuáles son tus raíces?
Me crie con mi abuela y mi mamá. Ellas me enseñaron a bordar, a tejer y a coser. Teníamos un mantel que comenzó a bordar mi abuela cuando mi mamá era chiquita, lo siguió bordando ella cuando yo era chiquitita y después lo seguí bordando yo. Y sigue la pieza incompleta, pero me parecía que era como el símbolo de esta generación tras generación de mujeres, como un legado femenino que forma lo que es el espíritu familiar en sí y que está también tan oculto y con tan poco valor a nivel mundial, o al menos antes que no se hablaba para nada de la artesanía.
Entonces, ahí empecé a indagar un montón sobre el tiempo que lleva elaborar una prenda, sobre qué procesos se pueden llevar a cabo para hacerla más artesanal y para hacerla más amigable con el ambiente. También conocer la historia de las mujeres que están detrás de la confección de estas prendas, que son personas invisibles.
¿Qué características debe tener una prenda para que sea sustentable?
Tienen que estar realizadas con materiales nobles, biodegradables, que no afecten al medio ambiente en su proceso de producción y que por supuesto no dañen la piel. Por ejemplo, el polyester hace transpirar por demás y nuestro cuerpo tiene que activar de otra manera las glándulas, algunas pelusas que largan ese tipo de telas pueden afectar la piel. Es fundamental saber cómo están hechas esas prendas, evitar los talleres que ejercen la esclavitud. Por eso brindo capacitaciones gratuitas para poder dar nuevas herramientas a aquellos que quieran producir de una manera sana, mostrarles cómo es el proceso y ver que con pocas herramientas puedan independizarse. Debemos utilizar nuestro trabajo como herramienta transformadora.
¿Qué materias primas utilizás?
Mis diseños están producidos con algodones crudos realizados en Chaco, sin agrotóxicos, en campos trabajados por cooperativas de trabajadores, cooperativas pequeñas, pero que trabajan con mucho corazón y con mucho esfuerzo para generar un textil de calidad y de origen puro y nacional. No tienen ningún tipo de proceso químico, entonces el textil es completamente crudo .Les agrego valor con pigmentos naturales que surgen de condimentos, alimentos y plantas. Y estos tintes salen de, quizá, rezagos de la producción de flores de mi papá y de campos que estén alrededor, pero también de los rezagos de la cocina, por ejemplo, de la piel de la cebolla. A la hora de producir, trabajo solamente con máquina recta para simplificar recursos, energía y para facilitar trabajo a personas que puedan disponer de esta maquinaria simple. Además produzco por pedido, entonces no genero un stock innecesario y produzco avíos (como botones) con madera recuperada. Como mis colecciones son biodegradables, cuando estas prendas terminen su ciclo de vida volverán a la tierra.
¿Cuáles son los conceptos creativos que definen tu marca?
Primero, el tema de lo natural, de cómo lo trato y cómo lo comercializo después. Lo segundo, es lo universal, que es esto de contemplar absolutamente a todos sin tener un estereotipo o un modelo de persona que pueda ser usar lo nuestro. No hay límites ni de edad, ni de género, ni de intelectualidad, ni racial, ni nada. Es para todos.
Finalmente, el tercer concepto es la rebeldía que hay detrás de la marca, una que nació imponiéndose a un montón de cosas que estaban impuestas justamente dentro del sistema de la moda. Lo que intenté yo fue ir poniendo como mi semillita y sembrando algo que inspire a otros a generar un cambio.
¿Cuáles son tus retos a futuro?
El principal es algo que me sigue pasando: tener que explicar lo que uno hace como si fuese algo extraordinario cuando en realidad tendría que ser lo común para todos los procesos productivos. Ese es el reto principal, el comunicarlo y explicarlo constantemente todo el tiempo.
En la etiqueta de uso y cuidados hay una frase que para mí es fundamental y dice: Usá mucho la prenda, cuidala con cariño y si con el tiempo se rompe, remendala. Es mi manera de decir que mis prendas no son descartables. Si en un tiempo la dejas de usar y se convierte en un trapo, la prenda es biodegradable. Eso es importante, vuelve a la tierra.
Artículo elaborado para diario La Portada por Pablo Bauman Obredor, Juliana de Oro y Cristian Larrañaga, equipo de “El Bicho Reactor”, programa radial que se emite por FM del Valle de Trevelin.