Fuente: Cronista ~ Carolina Pavetto fundó una marca de alfombras premium y trabaja con artesanos de Santiago del Estero respetando sus técnicas. A dónde exporta.
La necesidad de iniciar una actividad creativa vinculada al diseño fue el disparador para armar Mantara, una firma que produce alfombras premium tejidas con técnicas ancestrales de artesanos de Santiago del Estero, que para su fundadora es mucho más que un emprendimiento. «Mantara es una plataforma que está alineada con los conceptos de economía circular y comercio justo. Un laboratorio textil y un proyecto solidario. Mantara es mi vida, mi pasión», dice Carolina Pavetto, contadora pública y diseñadora al frente del proyecto.
Su vínculo con la comunidad de tejedores de Santiago del Estero empezó en un viaje que hizo en busca de nuevas experiencias creativas. De a poco fue conociendo su realidad y su relación con la naturaleza, lo que la inspiró a emprender en conjunto. «La conexión con las familias de artesanas y artesanos es cotidiana. No solo intercambiamos ideas de diseños, tintes y medidas de alfombras. También estoy al tanto de las problemáticas. Respeto profundamente sus tiempos, intento contribuir a mejorar su calidad de vida. Con el tiempo cada artesano se especializó en distintas técnicas (chusi, baeton, pelo cortado), entonces cada uno asume un rol clave dentro del equipo», explica la emprendedora.
Mantara obtuvo el Sello Buen Diseño argentino y vende, además de en el país, en Miami y Toronto. Sus clientes son estudios de arquitectura e interiorismo y particulares.
¿Cuál es su diferencial?
El respeto por la tradición ancestral y el gran trabajo de difusión de sus técnicas generación tras generación. Ese es el valor de Mantara: el compromiso constante con la capacitación de las nuevas generaciones y la puesta en valor del oficio. Mantara es socialmente responsable, genera fuentes de trabajo genuinas y promueve los valores del triple impacto. Los artesanos y artesanas realizan todo el proceso. Desde la esquila, el lavado de la lana y el proceso de tintes naturales con distintas especies nativas autóctonas. No usamos tintes ni sometemos la lana a procesos químicos. Para los nombres de las piezas elijo palabras en quechua, la familia de lenguajes originarios de los Andes peruanos. Munay (amor, belleza, libertad), Yuraq (blanco, pureza, paz) son algunos de los conceptos
¿Qué proyectos de crecimiento tienen?
Crecer está en el ADN de Mantara. Realizamos alianzas creativas con estudios alineados a nuestros conceptos. Diseñamos en sinergia con Estudio Moraschi una línea de sillas y taburetes tejidos en tiento y chañar. Y acompañamos la línea de sombreros y accesorios artesanales de De La Vera Cruz.
El texto original de esta nota fue publicado en la edición 330 de la revista Apertura