Fuente: El Marplatense ~ «Me gusta la pregunta quién es Eli Delbasto«, confiesa la docente, modelo e influenciadora, al mismo tiempo que un hola mami interrumpe el audio y evidencia la manera en la que el trabajo se mudó a los hogares. Sin embargo, la situación no es novedad para alguien que tiene casi 20 mil seguidores en Instagram, donde lo público y lo privado suelen mezclarse.
La marplatense, que no sólo es reconocida por más de un centenar de usuarios, recibió este año una distinción por parte de la Municipalidad de Mar del Plata gracias a su propuesta «Mujeres que hacen historia», su trabajo y su proyecto: utilizar las redes sociales para desterrar la idea de que existe solo un cuerpo válido.
Lo que comenzó como #DesafioProbador, una iniciativa que busca compartir su experiencia al comprar ropa y las limitaciones del mercado, terminó por convertirla en una referente de las redes sociales. Eli, como la conocen sus seguidores, asumió el compromiso de intentar construir un espacio donde la moda y el amor propio sean para todos.
— Entonces, ¿quién es Eli Debalsto?
— Se me ha transformado en un alter ego, que representa como todo los bueno de mi personalidad. Es el idealismo de creer que las cosas pueden ser un poco más justas. Eso es educar y reflexionar. Es una persona idealista que encontró un hueco para poder decir lo que pensaba y se atrevió a usarlo. Eli Delbasto es lo que sucede entre la maternidad, el trabajo, la familia y todas las demandas que tiene una mujer y que lidia con todas las opresiones culturales por su corporalidad.
El hueco que Eli menciona se llama Instagram. Allí, dio sus primeros pasos camino a la imagen pública que es hoy. «Me acuerdo que en ese momento tenía un curso en el cual muchas chicas comenzaban a hablarme del feminismo y eso me llevó a pensar a mí que realmente las mujeres debíamos liberar nuestros cuerpos de tantos requisitos para la belleza», recuerda.
Un link al mundo
Las redes sociales resultan una herramienta que permite la difusión masiva de mensajes, imágenes, videos. Con buenos ojos y uno a medio abrir, hacen posible que conceptos e ideas positivos, que en la mayoría de los medios no verían la luz, lleguen a cientos de personas.
«Se fue construyendo un espacio colaborativo con un montón de mujeres, donde se armo una especie de tribu y compartimos experiencias y nos apoyamos. Cuando una sana, sanamos todas», afirma. Hoy, Instagram se convirtió, a través de múltiples cuentas como la de Eli -que es una referente local, nacional y más- en un arma en tiempos de Internet, en una espada que muchas esgrimen en la lucha por naturalizar todas las corporalidades.
«Estoy convencida de que esta realidad virtual abre un camino y una puerta a democratizar toda la información. Es muy importante lo que las redes están haciendo en este aspecto y en un camino en el cual la belleza sea algo mucho más individual, único, que tenga que ver con el desarrollo de una identidad y no con un protocolo forzado de cirugías y tratamientos«, entiende.
— ¿Cómo son tus seguidoras?
— Son 96% mujeres, respetuosas y buena onda. Es una comunidad. Hay una comunicación permanente y yo necesito que apoyen esto que hago para demostrar que se puede mostrar moda en otros talles.
Ropa, la piel social del cuerpo
Para Eli, #DesafioProbador fue el puntapié inicial de todo. La idea se centra en recorrer muchos locales y mostrar cómo era la experiencia de compra: si tenían talles, si los probadores tenían espacio y si el trato era bueno.
La iniciativa, que tuvo su origen dos años atrás, hoy fue reemplazada por otro tipo de actividades. «En un momento hubo una marca que no entendió lo que yo quería decir, me hizo pasar un momento muy feo y medio que lo fui desandando. Para mí, este espacio (NdR: su cuenta) es un disfrute y una conquista, y no tenía ganas de bancarme el amedrentamiento», explicó.
Pero el desafío también tenía otro componente fuerte para quien lo realiza: «El desgaste que produce ir a un montón de lugares y encontrarme con que nada me entra«. De esta manera, y con la intención de convertirse en una bloggera de moda no hegemónica, la práctica mutó a un blog en el que Eli Delbasto muestra looks completos para todos los cuerpos y dónde pueden conseguirlos.
«Necesitamos estar vestidos. La indumentaria es eso que nos habilita salir a la calle. Hay toda una comunicación y es un lenguaje que uno necesita tener para poder interactuar. Lo social es todo. Si vos no podés acceder a la ropa, lo que están haciendo es dejarte aislado en tu casa. Se convierte en un derecho«, destaca.
Fuera de las redes: minibio
Un libro: «Putita golosa: por un feminismo del goce», de Luciana Peker.
Una película: «Historias cruzadas», de Tate Taylor.
Una frase: «Me gusta la idea de que las mujeres cargamos en el ADN la historia de muchas. Cuando sana una, sanamos todas. Las mujeres hoy estamos sanando las historias de nuestras abuelas y nuestras madres«.