Fuente: A24 ~ La digitalización, que antes parecía un «extra» para aumentar la productividad y las ganancias, hoy se ha vuelto un requisito para que las empresas sobrevivan.
El crecimiento del comercio electrónico se mantiene y no se desinfla a pesar del contexto económico y de la vara alta que dejaron los años de la pandemia. Durante los primeros seis meses del 2022, los compradores de comercio electrónico de Argentina crecieron un 18 %, de acuerdo a un reciente informe elaborado por Tiendanube, empresa argentina dedicada a la creación de tiendas online.
En relación con esto, el último estudio realizado por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), muestra que entre enero y junio del 2022, las ventas digitales facturaron $1.090.480 millones, lo que representa un incremento del 73% con respecto al mismo período pero del año anterior. En ese período, se vendieron 133,8 millones de productos a través de 91,2 millones de órdenes de compra.
En estos casos, el celular tuvo un rol protagónico y se consolidó como el medio favorito para búsquedas y compras: el tráfico a través de la telefonía móvil fue de un 74%, mientras que las compras representaron un 58%.
El crecimiento del comercio electrónico se mantiene y no se desinfla a pesar del contexto económico y de la vara alta que dejaron los años de la pandemia. (foto:Pixabay)
Iniciar en pandemia y crecer en ventas
El emprendimiento de Jonatan y Araceli comenzó en el mes de noviembre de 2020 durante la pandemia, mientras regía el aislamiento obligatorio. Ellos pensaron que podían hacer para pasar este tiempo, tan difícil, que nos tocó vivir a todos. Mientras tanto, cada uno tenía su propio emprendimiento, Araceli una marca de ropa y Jonatan una fábrica de aberturas, que a raíz de la pandemia “estaba bastante complicada”.
Fue así como surgió la idea de crear un emprendimiento online, lo único que estaba permitido realizar durante el tiempo de pandemia, y fue así como hoy llegaron a producir 100.000 artículos por mes y venderlos todos de manera virtual.
El emprendimiento de Jonatan y Araceli comenzó en el mes de noviembre de 2020 durante la pandemia (Foto: Ganga Home)
La crisis que aparejó el coronavirus puso a prueba la realidad productiva de nuestro país, que ya venía de enfrentar años complejos. Sin embargo, durante el último año la actividad textil experimentó un fuerte impulso, revirtiendo la caída de empleo observada previamente.
Ahora bien, para Jonatan y Araceli dos emprendedores de zona norte, la creatividad y la tecnología jugaron un rol clave. Lo que fue una aventura de pandemia, hoy se convirtió en un emprendimiento textil que produce 100.000 artículos por mes y emplean a más de 100 familias.
En la actualidad, cuentan con dos depósitos donde almacenan la mercadería. “De la casa de Jonatan pasamos a un departamento que a los dos meses nos quedó chico, Justo se había desocupado el departamento de al lado así que también decidimos alquilarlo», afirmaron en diálogo con A24.com los jóvenes creadores de Ganga Home.
Sin embargo, lo que nunca se imaginaron fue que de arrancar en su casa, el nuevo depósito textil les iba a quedar chico. ”A los dos o tres meses nos volvió a quedar chico el lugar. Fue ahí donde decidimos buscar un espacio más grande y conseguimos un lugar de 400 m2 en tres pisos. Hoy es nuestro centro de empaquetado”, sostuvo Araceli Arriola.
Ahora bien, para Jonatan y Araceli dos emprendedores de zona norte, la creatividad y la tecnología jugaron un rol clave
Entre las idas y vuelta de la pandemia, la producción de Ganga Home seguía creciendo a pasos agigantados y debieron alquilar otro galpón de 600 m2 donde hoy tienen su propio taller de corte y depósito.
En este y muchos casos más, el rol que tuvo la tecnología fue indiscutible. Las pymes que tuvieron la capacidad de dar el salto a la digitalización vieron reflejados los beneficios que eso implica para el negocio.
No solo la pandemia fue un punto de inflexión, sino que el freno a las importaciones y la falta de insumos durante la pandemia hicieron que todo se volviera aún más difícil. “Fue muy complicada la situación Argentina. La realidad es que nosotros arrancamos vendiendo productos electrónicos importados y por las restricciones del país en pandemia cada vez era más difícil conseguir mercadería, entonces frente a esto decidimos incursionar en el mundo de la decoración, ya que pudimos encontrar proveedores locales que nos podían abastecer”, sostuvieron los jóvenes de zona norte.
Sin embargo, tenían tanta la demanda que en un momento nadie los podía abastecer con tantos metros de tela, y fue ahí cuando decidieron sumar un extra a su emprendimiento. “Arrancamos a interiorizarnos sobre la fabricación de las mismas y hoy todas las telas que vendemos son 100% producción nuestra”, afirman los chicos de Ganga Home.
Entre las idas y vuelta de la pandemia, la producción de Ganga Home seguía creciendo y debieron alquilar otro galpón de 600 m2
Cada crisis, una nueva oportunidad
Si toda crisis es una oportunidad, la industria textil es otro ejemplo claro de resiliencia. Frente a una pandemia, miles de productores abocaron su producción a la confección de barbijos para no perder sus ventas, sostener los ingresos, mantener los compromisos laborales y así solventarse durante los dos años de aislamiento social
“En junio de 2020 estábamos en un momento muy complicado. Sin producción, con la cadena de pagos rota y con un horizonte sombrío para la empresa. Sin embargo, la cosa cambió radicalmente y ahora tenemos un lindo presente y miramos el futuro con optimismo”, dijo Alan Gontmaher, fundador de KOVI, a A24.com. La empresa fabrica los tapabocas Atom Protect, conocidos como los barbijos del CONICET.
Frente a una pandemia, miles de productores abocaron su producción a la confección de barbijos para no perder sus ventas
Según un estudio de Claves Información Competitiva, el sector textil en la Argentina transita este 2022 “una recuperación de la producción” a niveles prepandemia, con una inversión anual proyectada de US$200 millones en bienes de capital, al tiempo que enfrenta aumentos de costos (como consecuencia de que gran parte de los insumos son importados y de los precios de los fletes por los combustibles) y una caída en el consumo de indumentaria.
Ahora bien, según los resultados de la Encuesta Cualitativa que realiza la Fundación Pro Tejer, el panorama sigue siendo favorable: ocho de cada diez empresas consideran que mejorarán sus ventas y su desempeño general, e incluso más de la mitad prevé tomar nuevo personal. Asimismo, siete de cada diez planean nuevas inversiones productivas procurando aumentar su productividad.
Argentina tiene todo para seguir invirtiendo, ampliar su producción y generar empleo de calidad. Entendemos que este es el lente con el que debe pensarse la cadena textil. Desplegar una estrategia de desarrollo de mediano plazo, que pueda sostenerse en el tiempo.